Puedes Decidir

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Estaban todos sentados alrededor de la fogata. Hanna no se había dado cuenta en que momento sus amigos comenzaron a jugar verdad o reto. 

_¡Hanna, tú turno! ¿Verdad o reto?_ Dijo una de sus amigas.

Era obvio, elegiría verdad. _¡Verdad!_ respondió ella velozmente 

_ Nos pondremos profundos _ Dijo otro de sus amigos. _¿Quién ha sido la persona que te ha hecho sentir segura contigo misma, y te ha dado paz?_

_¡Hey, Amigo! ¡Eso es un montón!_ Dijo otro burlándose 

_Hanna, tu responde _ le dijo otra de sus amigas

_ Bueno... solo hubo una persona que me hizo sentir así..._ ella agachó la cabeza, sabiendo que esa persona se encontraba en la ronda. _ Él fue muy importante, podía haber silencio entre nosotros y no sería aburrido, mucho menos incomodo _ una sonrisa de lado, producto de la melancolía apareció en su rostro _ Pero ya sea por el destino, el universo, Dios, la vida, no lo sé... No se pudo, me costó aceptarlo... Pero acá estoy, no lo sé_ 

Todos se quedaron en silencio, mirando. Lo que ellos veían, era a su amiga con el corazón en pedazos, tratando de reconstruirlo por sí sola. _¡Wow, Hanna!_ Dijo él amigo que la había retado a confesarse.

_ ¡Arruinas el momento dramático!_ Le respondió una de las chicas golpeándolo en el brazo, haciendo que todos se rieran.

Hanna se levantó con su jarro de café en las manos y se aisló por unos minutos del grupo. Admirando el cielo nocturno pintado de estrellas, suspiraba pidiendo a la tierra que se la tragara. Rogando estar en su casa, en su cama abrigada, comiendo helado de chocolate mientras veía películas con adolescentes sexys. En un instante, se sintió acompañada...

_¿Era yo, verdad?_ Una voz que le era familiar, al punto de hacerle erizar la piel.

_¿Qué?_ Respondió fingiendo que no había entendido

_ El chico del que hablaste en la fogata... Era yo, ¿No es así?_ Era Theo quien hablaba con ella

Theo y Hanna habían sido amigos por muchos años. Theo siempre había sentido cosas por Hanna, a pesar de que, él nunca fue capaz de decirle. Y por si solo, se resignó a la posibilidad de que alguna vez pudieran estar juntos. Fue después de un tiempo que conoció a Emi.

_¿ Cambiaría algo el hecho que te diga que si?_

Por el lado de Hanna, ella también había sentido cosas por Theo, pero a diferencia de él, ella si se lo contó. Pero para entonces ya era tarde, para entonces Theo y Emi ya eran pareja.

_ No, porqué..._ ella no lo dejo continuar

_No. No cambiaría nada. Porque si no es Emi la excusa, son la docena de personas que hay despues de ella..._ Resultaba ser que Theo y Hanna ya habían tenido varias conversaciones respecto a sus sentimientos. Y en todas llegaban a lo mismo.

_¿Crees que para mí es fácil?_ Le interrumpió Theo

_Esto no es justo, ¿Lo sabes no?_ Ella volvió su vista al cielo, esperando que las estrellas la ayudaran a sobre llevar este encuentro.
_No es justo que cuando estoy logrando superarte, aparezcas con este coqueteo indirecto y que cuando me permito sinceramente me digas que no o me corras la cara_ Hanna temía haber gritado o hablar muy fuerte, pero se sentía dolida. Él no comprendía que ella jamás lo superaría. Tampoco consideraría el hecho de que a pesar de todo, ella nunca se fue de su lado.

Theo la observaba, sin decir una palabra. Por primera vez, era él, el que se encontraba indefenso.

_Asi que, si. Yo creo que para ti es muy fácil fingir_ Hanna se le acercó lo suficiente para que solo él pudiera oírla. _No tienes muchas opciones. Decides que harás o te apartas y me dejas superarte_

Hanna con su café ya casi frío tomó sus cosas y decidió regresar a casa.


Escritos De Amor, Desamor Y Salud MentalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora