Día 1: Agarrados de las manos

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El cielo brillaba en un color celeste claro, las nubes tapaban al luz del sol y este las traspasaba de vez en cuando. Un día común y corriente en aquella escuela, sacando de lugar el que tuvieran trabajos, siendo casi fin de semana, día jueves, los profesores no tuvieron mejor idea que hacer a sus alumnos trabajar el fin de semana, haciendo maquetas, disertaciones, trabajos en grupo, guías, etc.

Freddy se encontraba frustrado, recostado en la mesa y mirando la pared intentando que de esa forma su día mejorara. En primera se le olvidó resolver una guía en la clase de historia, y ahora tendría que hacerla en casa, odiaba los trabajos para la casa, prefería tener la tarde libre y la mañana ocupada. En segundo lugar, a sus amigos se les ocurrió faltar ese día por distintas razones, quedando así, casi, solo. En tercer lugar, no pudo dormir bien por estar estudiando para una evaluación. Y en cuarto, el problema mayor, aquel despreciable parásito que lo molestaba en la clase de matemáticas.

-Freddy~ Oh, Freddy~ ¿No te aburre está clase? ¿Y si mejor escapamos? ¿Para que debes quedarte aquí? ¿No es mejor quedarnos encerrados en el baño y no asistir? -empezaba a hablar el peli negro mientras tomaba la cola de caballo que tenía de peinado Freddy y jugaba con esta, claramente, aburrido.

-Cállate -El castaño se ordenó en la silla mirando al frente, el profesor no lo estaba viendo, el adulto solo estaba anotando en la pizarra sin poner atención atrás-. Si el profesor me encuentra hablando me dejara en la tarde tomando horas extra, además no podríamos escapar o quedarnos encerrados.

Estaba hablando por su mente para no llamar la atención de nadie y que le llamaran "Loco". Gruño por lo bajo al notar que el tiempo pasaba lentamente, tenía sueño...

-Pues duérmete -El castaño suspiro para ver a dirección del peli negro con el ceño fruncido.

-No puedo, el profesor me verá -dijo con molestia y volviendo su vista hasta el mayor, el cual se encontraba ahora sentado en el escritorio revisando las evaluaciones de otros cursos.

-Si puedes, solo que eres un cobarde que sobre piensa mucho -respondió de manera burlona mientras flotaba de cabeza frente la cara del contrario-. Déjame tomar tu cuerpo en esta hora de clase, así podrás dormir tranquilamente.

-No, no, no, no. No te dejare hacer lo que quieras, si te presto mi cuerpo pasará lo mismo que el otro día, no quiero volver a estar castigado solo porque a ti se te ocurrió enojarte con un compañero -El contrario suspiro para apoyarse en una pared mirando la pizarra.

-¡Él empezó! No es mi culpa que haya empezado a tirarte "notitas" y que justamente se me pasará la mano y le haya yo tirado una goma -explico levantando los codos en señal de no importarle nada-. Y lo volvería a hacer.

El chico solo suspiro sin entenderlo completamente. Sus ojos pesaban por el sueño que le faltaba, noto como el profesor dejaba unas carpetas en el escritorio y salia del salón para hablar con otro profesor. Aprovecho esos momentos, que de seguro serían largos, y decidio hacerle caso al peli negro, acostándose en la mesa mientras el sueño le ganaba dejándolo completamente dormido.

Cuando las clases terminaron, en ese momento es donde Fred, que también se había puesto a dormir después de un rato, se despertó y camino hasta donde estaba Freddy. Lo miraba dormido, sus ojos se encontraban cerrados, su boca medio abierta, sus cejas levantadas y su expresión en una tranquilidad que casi nunca veía en él. Se hinco a su lado para verlo con más claridad, el cabello castaño caía en unas olas hasta tapar una parte de su cara, se encontraba recostado en sus brazos dejando una de sus manos colgando, justamente en el lugar donde Fred estaba. Tomo su mano por un extraño impulso que tuvo en esos segundos, lo miro esperando que no se despertara en ese momento, cosa que le tranquilizo dando un suspiro largo.

-¿Fred...? -la voz del contrario llamó su atención haciéndolo saltar sin soltarle la mano-. ¿Acabaron las clases...?

-Eh, si, y tú cómo un flojo te quedaste dormido en la mesa -le regaño con el ceño fruncido pero una sonrisa en su boca.

-¿Por qué no me despertaste? ¿Qué hora es? -Tomo su teléfono con su mano libre para ver la hora-. ¡Dios, mamá se preocupara!

Sin soltarse, Freddy tomo sus cosas para empezar a correr con Fred a su lado. Con suerte, y una regañada del portero, pudieron salir de la escuela. Caminaban por la vereda mirando los autos que pocas veces pasaban por la calle, Fred tenía su atención puesta en sus manos aún entrelazadas, mientras que Freddy se preocupaba en lo que diría su madre al llegar a casa, sin darse cuenta de cómo estaban agarrados de las manos.

Días para amar - Fred x Freddy - FreddedyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora