Reencarnamiento

capítulo 11.

  Cuando las deidades volvieron a su cuartel fueron recibidas con reverencias e informes sobre lo que había sucedido en su ausencia.

  Camie estaba con sobrecarga de trabajo, por lo que puso a los recientes dioses a ayudarla.

  Uraraka también tenía mucho trabajo, sin embargo, envío a Sero y a una cantidad inmensa de parcas junto a más discípulos para hacerse cargo, pues por más que quisiera no podría ayudar demasiado, sentía que en cualquier momento se le partiría la cabeza al medio del dolor.

  Ella no les habló a ninguna de las deidades de la vida, simplemente se intento enfocar en lo suyo, evaluando que actos de pecados habían cometido las almas que le llegaban y las enviaba a las religiones correspondientes.

— Chip, ¿Te encuentras bien?

— ¿Eh? Ah, si. No pasa nada.

  La mujer rubia la veía con preocupación, sabía que la mujer se sentía mal y no sabía exactamente como ayudarla.

— Sí necesitas algo avísame.

— Gracias...

  Una presencia oscura se instalo en aquel piso, tanto a Katsuki como a Eijiro les recorrió escalofríos helados por la espalda, Camie se sacudió para seguir trabajando.

— Mi señora...

  Ochako miró de reojo a la gran parca que tenía a tan solo unos pocos metros de distancia.

— ¿A qué se debe tu visita? ¿Llegó mi comunicado de trabajo?

— Sí llego mi señora, pero tenemos un leve inconveniente que debe resolver usted misma...

  La castaña miró por completo al ente mientras arrugaba sus cejas.

— ¿Qué ha sucedido?

— Hay un alma desafiante, dice que solo hablara con usted. Por lo que averigüe se escapo de su formación buscando a alguien, se llama Shoto Todoroki.

  La castaña se apretó el puente de la nariz, miró a los dioses de la vida, quienes la miraban curiosos, no podían escuchar sus conversaciones con las parcas ni con los muertos, mucho menos podian ver a los subordinados de la muerte, por lo que era un misterio verla en ese momento.

— Kirishima, ¿Puedes ir a buscar a un alma fugitiva?

— Claro, ¿Quién es? ¿Dónde está?

— Su nombre es Shoto Todoroki, ve con Bakugo y busquen por todos lados, no puede haber salido de este lugar siendo una simple alma.

  Ambos hombres asintieron y se fueron del lugar.

— Mi señora... hay algo más.

—  Dime.

— ¿Ya busco un sucesor? Siento como su energía vital disminuye drasticamente. Su alteza, recuerde que nada dura eternamente.

— Cuando deje mi cargo será el fin de los tiempos, tú no te preocupes por ese detalle, puedes seguir con tu trabajo. Bien hecho.

  El ser le brindó una reverencia antes de partir, dejando solas una vez más a las dos mujeres.

— ¿Ya trabajaste sobre la profesia? ¿Lo saben?

— Saben que hay algo, aún no entiendo la última parte...

  Camie la miró estática por unos momentos antes de volver a sus deberes, respondiendo con la mirada gacha hablando bajo un ánimo que Ochako no lo había asociado nunca con ella. 

— Tú debes darle un peso a esas palabras...

— Eso es justo lo que me aterra Camie.

  Contrario a como era su personalidad alegre, la diosa de la vida permaneció en silencio y no volvió a emitir palabra por el resto de la jornada.