11. Una noche mágica

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Seguramente habéis sentido en algún momento de vuestra vida que necesitáis algo, ya sea una amistad, una cosa material, un sentimiento repetitivo, o simplemente estar en ese lugar justamente en ese preciso instante, ese momento en el que piensas que lo tienes todo lo que necesitas y que tienes todo al alcance de tus dedos. Pues así es como me sentí yo al ver esa sonrisa perfecta, ese ardor que producen sus ojos rojos, y sobre todo esa calma y tranquilidad que proporcionan esa tez blanca. Ya no tenía ninguna duda, se trataba de él, Teha estaba a escasos metros de mí, mirándome fijamente, y llamándome con la mirada, no sé qué hace aquí sinceramente, me dijo que no lo volvería a ver más, pero, sin embargo, aquí está. Él y Jordi son las dos caras de la moneda, mientras Teha me ha abierto todo de él y prácticamente sé bastantes cosas de él, Jordi no me ha contado nada de él, simplemente sé lo de sus padres y eso me lo contó Vicky, pero los sentimientos y fantasías que me hacen sentir cada uno son muy similares pero a la vez muy distintas. Jordi me electrifica, me apasiona, me hace sentir la persona más deseada de este mundo, simplemente despierta el lado más salvaje de mi ser, en cambio, Teha me tranquiliza, me relaja, me calma, me hace sentir la persona más protegida sobre la faz de la tierra, y a día de hoy no podría vivir sin ninguno de los dos, porque necesito estos contrastes para sentirme vivo. Pero en un abrir y cerrar de ojos, Teha desapareció sin dejar ni un rastro, ni siquiera un hilo del que yo pudiera tirar para poder llegar hasta él. Mi cara cambió justo en ese momento, cambió tanto que hasta Vicky se dio cuenta, pero antes de que me preguntara decidí llamar al camarero para pedir la cuenta e irnos.

- ¿Me vas a decir que te pasa? - Pregunta Vicky -

- ¿A mí? Nada que yo sepa, jajaja.- Respondo yo esbozando una sonrisa.-

- Venga ya Isahac, te conozco desde hace poco, pero te conozco y algo te pasa.- Contraataca Vicky.-

- Es que estoy nervioso por la cena con tu primo, es que no se es todo tan precipitado, seguramente no esté a la altura.- Miento, sin mentir mucho porque es verdad estoy bastante nervioso.-

- No te preocupes, todo irá bien, confía en mí.- Responde ella sonriendo.

- Eso espero.- Digo mientras suelto un pequeño suspiro.-

     El resto de la tarde transcurre normal sin ninguna novedad interesante. Se acerca la hora de cenar y no habíamos quedado a ninguna hora, así que decido coger el móvil para mandarle un mensaje, le escribo y le digo que me recoja a las 8 en la puerta de mi casa. Me visto, me preparo y bajo a decírselo a mi familia, pero no hay nadie, así que dejo un mensaje en el grupo de los 4 y salgo a la calle. Y ahí estaba él, apoyado en la pared, con su inconfundible pelo negro, y esos ojos color café americano.

     Pero qué hace, se está acercando, dios que hago, antes de poder reaccionar los labios de Jordi impactan en los míos, y los fuegos artificiales de mi interior empiezan a estallar, y esa electricidad de la que tanto hablo, me vuelve a erizar cada ápice de mi piel, no sé cómo lo hace, pero siempre me despierta ese sentimiento de ansia, de no querer parar, y justo cuando voy a seguirle el beso, se aparta...

- Estás muy guapo.- Dice mientras se separa y me mira fijamente.-

- Tú...Tú también, y esto de besarme en la boca en la calle...- Digo con nerviosismo.-

- Si no quieres no lo vuelvo a hacer.- Contesta extrañado.-

- A ver no es eso, sino que mis padres no saben nada y pues quiero decirlo yo, no que se enteren por ahí.- Afirmo avergonzado.-

- Ah entonces no les has dicho que te gusta un chico, ¿No?- Pregunta decepcionado.-

- Pues no, no he tenido la ocasión, además nos estamos conociendo, no sé a donde llegará esto.- Respondo contundentemente

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⏰ Última actualización: Jul 01, 2023 ⏰

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