BDSM

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Resumen: — Siéntate, Miguel — Aunque su voz sonaba suave, la orden estaba ahí, se sentó en el suelo, oyendo un ronroneo suave de parte del omega quien pasó sus dedos por su barbilla — Buen chico, eres un buen chico, Miguel, ¿y sabes que se les da a los buenos chicos?

Advertencia:
Top omega Miles x alfa Miguel
Pet play

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— El motivo de esta reunión es que hay una nueva amenaza, este villano ha aparecido en la dimensión de...

La puerta se abrió lentamente, dejó de hablar cuando todos voltearon a ver a la persona que había tardado, ya sabiendo quién era antes de que el aroma a girasoles inundará sus fosas nasales, volvió su atención a explicar sobre el nuevo villano de la semana.

— Perdón Miguel, tenía que atender un asunto — Le susurró el omega sentándose a lado suyo, en respuesta le dio una palmada en su cabeza que hizo ronronear a su omega. Cualquiera diría que era condescendiente con el menor sólo porque era su omega, pero ya era completo conocedor de sus llegadas tardías a los llamados (aprendió a aceptar aquello un año y medio después de que Miles Se uniera a la Sociedad Arácnida)

— Como decía, Jessica junto con Gwen y Peter... — Como cinco Peter Parker se señalaron mutuamente, suspiró contando hasta diez — El del traje con lunetas — El Peter Parker nombrado alzó sus pulgares en señal de entendimiento y el resto dijeron que eso era preferencial al elegir al de lunetas — Ustedes tres irán, siendo acompañados por los dos Peter Parker del fondo, Spidercat y Lego Spiderman.

Un maullido se oyó, Spidercat y Lego Spiderman chocaron su pata... ¿y la diminuta mano de Lego Spiderman?, al menos sabía que con ellos dos y Jessica la misión iba a terminar de buena forma, eran de sus mejores Spiderman.

— ¿Alguna objeción? — Ninguno de los Peter Parker dijo nada — De acuerdo, pueden retirarse... menos Miles y Hobie.

Mientras el resto de arañas se iba a la misión, Hobie se cruzó de brazos y descansó sus pies en la mesa mientras que Miles estaba enumerando con sus dedos (probablemente analizando que travesura los hizo quedarse).

— Peter ... el papá de Mayday — Aclaró antes de que Miles preguntara y Hobie viniera con sus comentarios sarcásticos — Ha pedido su ayuda para... en realidad no sé que quiere, pero ha pedido que ustedes vayan a su dimensión por alguna cosa que sólo él sabe que es.

— Diez libras a que es algo relacionado con la niña — Apostó el omega británico levantándose de su asiento.

— Cinco dólares que es algo sobre "su asunto".

— Trato.

Hobie creó el portal y lo cruzó sólo haciendo una seña de despedida, Miles, por otro lado, beso su mejilla.

— Vendré más tarde, Miguel.

— Portate bien, Miles, llama en Caso de una emergencia.

Su pareja le enseñó la lengua antes de entrar al portal dejándolo sólo con Lyla quien apareció sentada en el escritorio.

— Ese niño te ha puesto una correa, Miguelito — Se mofó la IA — ¿Vas a ladrar cuando él te diga?, jajajaja.

— Eso es mentira, mejor presta atención a tu trabajo — Siseó dándole la espalda a su IA y centrándose nuevamente en su trabajo.

— Como digas — Tarareo Lyla antes de desaparecer como siempre.

(...)

— Siéntate, Miguel — Aunque su voz sonaba suave, la orden estaba ahí, se sentó en el suelo, oyendo un ronroneo suave de parte del omega quien pasó sus dedos por su barbilla — Buen chico, eres un buen chico, Miguel, ¿y sabes que se les da a los buenos chicos?

Esperó a que le fuera permitido hablar y aquello causó que su omega sonriera, abrió la boca cuando Miles paso su lengua por sus labios y le permitió besarlo a su ritmo.

Las manos del menor se enredaron en su cabello, dando pequeños jalones que le hacían jadear entre el beso y, aunque deseo tanto apretar entre sus manos su delgada cintura, de amasar sus caderas y tener todo de él, fue obediente.

Él era un buen chico.

— Te mereces una recompensa — Susurró Miles mordiendo el lóbulo de su oreja — Venga, chico grande, vamos a subir de nivel.

Un jalón en su collar y caminó siendo guiado por su omega quien se sentó en la cama, sus piernas abiertas dejándole ver el bulto en su boxer; Miles le sonrió e hizo una seña con su dedo, dándole permiso de comenzar.

Sacó la polla de su omega y empezó a lamer la punta, Miles acariciaba su cabeza con su mano derecha mientras que la otra se hallaba jugando con la correa con la que sujetaba su collar; lo oyó gemir cuando metió su polla a su boca, chupando mientras sus manos masajeaban sus bolas.

Siguió satisfaciendo a su omega quien movía sus caderas buscando mayor profundidad y gemía con sus ojos lacrimosos; apretó sus piernas, sintiendo su propia erección doler con cada segundo que transcurría pero no sé tocó en ningún momento para perseguir su liberación, sabía que si hacía un buen trabajo, prontamente tendría su recompensa.

Era un buen chico.

— Detente — Ordenó Miles y él acató sus palabras soltando su polla, Miles se quitó su camisa y su boxer, dejándose caer en la cama matrimonial que compartían dejando ver desde su lugar su agujero ya lubricado y listo para él, un jalón a su correa le hizo volver a la realidad — Follame, Miguel, ya sabes cómo me gusta.

Y él se levantó, su polla entró con suavidad en su omega, sus manos apretaron con suavidad sus caderas y lo tomó, una y otra vez, obedeciendo las órdenes dadas por su omega; si debía ser más rápido lo haría, si tenía que ir más lento lo haría.

Si quería un beso, lo besaba y mordía su cuello cuando le era pedido.

— ¿Quieres mi nudo, omega? — Preguntó y el gimoteo que hizo Miles aunado de sus largas piernas abrazándose a su cadera le hizo saber que así era.

Estocadas rápidas y profundas, satisfaciendo a su omega hasta el clímax de ambos; Miles enterró sus uñas en sus hombros cuando sintió su nudo y sus hermosos ojos volvieron a verlo a él.

— ¿Quién es un buen chico, Miguel?

— Yo.

— Correcto, tu lo eres — Suaves caricias fueron a dar a su cabellera, ronroneos salían de sus propios labios, disfrutando del amor con el que era llenado por su omega — Te amo, Miguel.

— Y yo a ti.

Beso la marca de enlace en el cuello de su omega haciéndolo reír en esas cuatro paredes donde nadie jamás sabría lo que sucedía; disfrutando el fervor con el que se entregaban hasta que fuera el día siguiente.

Y tendrían que regresar a la misma rutina.

Flowerfang WeekDonde viven las historias. Descúbrelo ahora