Angst

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Resumen: "Lo difícil de este trabajo... es que no siempre podemos salvar a todos"

Advertencia:
Muerte de un personaje
Universo alternativo

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"Lo difícil de este trabajo... es que no siempre podemos salvar a todos"

No sabía que esas palabras le iban a pesar tanto, pero lo estaban haciendo.

— Respira, cuenta conmigo, uno, dos, tres...

— Deja de hablar, estás perdiendo sangre — Sus manos apretaban las heridas en su estómago del contrario, este le sonrió de lado antes de escupir sangre.

Buscó algo con lo cual hacer presión y detener el sangrado, pero sólo había escombros a su alrededor; gritos se oían de fondo, civiles escapando de aquella persecución y varios Spiderman pasaron sobre sus cabezas sin siquiera mirar abajo.

— Carajo... ¡¿acaso nadie puede llamar a un médico?!... tranquilo, tranquilo, vas a estar bien, vamos a conseguir un médico y todo estará bien, los demás van a La Mancha y tú podrás...

Busco con su mirada a los demás, pero todos se hallaban ocupados reteniendo a La Mancha quién rugía furioso, lanzando agujeros dimensionales por doquier, destruyendo todo a su paso.

Era imparable.

Lo necesitaban.

Volvió su vista al contrario y este tenía una mirada decidida; también sabía que era necesario ahí.

— Tienes que ir con ellos, no podrán ganarle a La Mancha sin ti — Murmuró este, apretó la mano del contrario, ¿acaso debía sentirse fría?, no, no, no, las personas debían tener las manos cálidas a menos que fuera invierno y estaban en épocas cálidas.

Él debía estar bien, iba a conseguirle ayuda y todo estaría bien.

Pero primero debía encargarse de ese ser, ahora interdimensional. Tenía que ayudar a los demás, Jessica estaba haciendo un trabajo increíble guiando a los Spiderman junto con Peter.

— Volveré, Miles — Prometió y el chiquillo le sonrió una vez más aunque luego hizo una mueca de dolor.

— Sólo ve, anciano... ve y patea su trasero interdimensional.

Soltó la mano del menor con esfuerzo, sintiendo un mal presentimiento de dejarlo solo; sólo tenía dieciocho años, se suponía que lo ayudarían con este desastre y celebrarían su cumpleaños en el cuartel todos juntos el día de mañana. Se suponía que Miles celebraría con sus padres el día de hoy el ascenso a capitán de policías de parte de su padre.

— Sigue haciendo presión en las heridas, traeré a alguien para cuidarte... sólo quédate aquí.

Miles ya no le respondió, simplemente le hizo una seña de que se fuera y él volvió sus pasos hacia la pelea que estaba sucediendo; fue Penny a quién se acercó, la nipona se acercó a él saliendo del robot de un salto, tenía varias heridas y su robot no estaba en las mejores condiciones.

— Miles está herido, busca ayuda médica.

La fémina sólo asintió y volvió a subir a su robot, yéndose a la dirección que le señaló.

Vio al enemigo que tenían enfrente suyo y tronó sus nudillos.

— Tú no eres mi Spiderman — Siseó La Mancha, nadie sabía que demonios tenía en contra de Miles, pero había estado actuando desde las sombras hasta hace unos días que se había presentado en los universos de otros Spiderman y ganado poder — ¿Dónde está mi Spiderman?, voy a matarlo.

— Sobre mi cadáver.

Sus garras sobresalieron y se lanzó sobre el villano siendo seguido por varios Spiderman.

(...)

"Lo difícil de este trabajo es que no siempre podemos salvar a todos".

No podemos salvar a todos.

No podemos...

— Lo siento... enserio lo intentamos pero... pero yo... — Penny siquiera terminó de hablar y empezó a llorar nuevamente siendo consolada por Gwen.

El cuerpo de Miles se hallaba descansando en una camilla, sus dedos tocaron su rostro pálido, sus ojos todavía seguían abiertos pero ya no poseían ese brillo ámbar que le había embelesado desde que Gwen lo trajo a la Sociedad Arácnida cuatro años atrás.

Cerró sus ojos con suavidad; sus ojos se nublaron por las lágrimas que estaba manteniendo con todo su esfuerzo pero que, una vez que dejaron pasar a los padres de Miles, dejó caer.

Volteó, viendo como varios Spiderman llevaban a La Mancha, siquiera oyó los gritos de Jessica diciéndole que se detuviera.

Lo iba a matar, definitivamente lo haría.

— ¡Déjame salir, Peter! — Rugió tratando de salir de la prisión donde lo habían metido y se empezaba a arrepentir de haberle entregado un par de estas al mayor y a Jessica.

— Debes calmarte, Miguel, no podemos...

— ¡¿Acaso no te importa lo que hizo?! — Gritó, golpeaba con fuerza la barrera pero ésta no cedía  — Lo mato ... mato a Miles... era sólo un chiquillo que quería ser un gran Spiderman como su Peter Parker... como nosotros.

Se dejó caer al suelo; Miles, ese chiquillo que había llegado con catorce años al cuartel, el mismo que hacía travesuras a todos y que le traía empanadas a su oficina, aquél al que le enseñó personalmente a pelear y que dejaba dibujarlo cuando quería.

Ya no estaba.

Miles estaba muerto.

Lo había perdido para siempre.

Flowerfang WeekDonde viven las historias. Descúbrelo ahora