Capítulo Seis

738 68 21
                                    

                                    Picky

















Casa de los Orozco, Guadalajara


Jael acababa de despertar, con el reloj dando las nueve de la mañana. Milagrosamente, su hermano ya estaba despierto. La chica salió de su pijama, poniéndose una falda larga blanca y un top ombliguero color rosa pastel. Optó por dejarse puestas sus Crocs blancas, ya que no tenía visto salir.

— Quieres? — preguntó Jesús, ofreciendo uno de los panes que estaba preparando.

— No, gracias. Tienes planes hoy? — cuestionó ahora la joven, sacando una taza de los gabinetes superiores.

Simón. Invité a mi cuñado y a él Nene a jugar FIFA. Tu vas a salir?

— No es tu cuñado, y no creo salir. Traigo una hueva horrible. Eso de andar en bici me dejó muy cansada.

Ay, Jael, no te hagas. Alan no te parece ni un poquito de atractivo? — habló el Chiquete.

— No, para nada.

Tremenda mentira salió de su boca. Pasar tiempo con el la ayudó a analizar sus facciones, y se dió cuenta de que no es el más guapo, pero cada fragmento de su rostro se complementa a la perfección.

Horas después, se oyó el timbre de la casa sonar. Por la puerta entraron Fernando y Alan, ambos con bolsas de frituras, cervezas, y refrescos en mano. En segundos, Jael tenía por su lado a su insistente pretendiente.

— Hola, mi bonita, cómo estás? — dijo el lateral, abrazando a la morena y depositando un beso en su cabeza.

— Bien, Alan, y tu?

— De maravilla ahora que te veo.

El Nene quedó asombrado ante este espectáculo. Le parecía increíble que la doctora no haya empujado a Alan, y mucho más que le hablara con total confianza. Jesús se dió cuenta de esto, y por lo bajo le hizo una propuesta.

— Te apuesto mil pesos a que estos dos son novios antes de que acabe el año — susurró el gemelo mayor.

— No creo, wey. Jael es bien seria, a lo mejor solo está siendo educada. Jalo.

Los tres hombre se sentaron en la sala, y se posicionaron para jugar videojuegos. Mientras tanto, Jael buscaba recetas para preparar, uno de sus pasatiempos favoritos era hornear.

Sus actividades fueron interrumpidas por un timbre en la casa, lo cual sorprendió a todos ya que no esperaban a nadie más. Al abrir la puerta, la única mujer ahí se sorprendió al ver un enorme ramo de rosas rojas.

— La señorita Jael Orozco? — preguntó el repartidor.

— Si? Soy yo.

— Le hago entrega de este ramo de mil rosas. Fue enviado por el señor Francisco Sebastián Córdova Reyes. Le dejó una carta en el centro de el ramo. Podría firmar aquí para confirmar que lo recibió?

Eh, si, claro.

Aun en shock, Jael firmó el papel y cargó el ramo, con la ayuda de su amigo Fer.

— No mames, wey! Tienes un chingo de weyes atrás de ti — exclamó el joven mediocampista.

— Te dije que ese se muere por ti.

— Ahora si se pasó ese vato. Que cree que vas a hacer con tanta pinche flor?! — habló alarmado el defensa, y a la vez sonó el teléfono de su hermana, revelando el nombre Sebas :).

PICKY - Alan MozoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora