Prologo.

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—Mi familia no te considera suficiente, necesito casarme con un omega de mayor estatus social.

Cuando Gulf escuchó eso, sintió su corazón romperse en mil pedazos.

—Aunque pienses así, quiero que sepas que aún te amo —dijo rápidamente, esperando que sus palabras aliviaran el dolor causado al pobre omega.

—Terminemos entonces —susurró, apretando entre sus manos las flores que aquel individuo había traído para su cumpleaños.

—Gulf, no estás hablando en serio.

Gulf, sentado en un sofá blanco frente a Polet, levantó la mirada, luchando por contener las lágrimas.

—Claro que sí, has mantenido nuestra relación oculta durante dos años y, como un idiota, lo he aceptado. Pero ser tu amante, eso nunca sucederá.

Polet, notando la seriedad en sus palabras, se levantó y tomó a Gulf de los hombros, obligándolo a levantarse.

—Sabes que te amo y conmigo no te faltará nada. Yo pago este departamento y todos tus caprichos.

Gulf respondió con una expresión ofendida:

—Nunca te pedí eso, pero no te preocupes, seguiré pagándolo yo.

—¿Con tu sueldo de mesero? —dijo casi burlonamente.

—Eres un idiota...

Polet, cansado de las supuestas rabietas de Gulf, le dijo:

—Mejor me voy y cuando te calmes, volveremos a hablar. Si todavía estás pensando en dejarme, tienes todo este mes para considerarlo. Sabes que no encontrarás una mejor pareja que yo.

Gulf se alejó de Polet.

—Te amo, y si me amas, dejarás ese compromiso de lado y me elegirás. También tienes este mes para reflexionar —dijo, depositando toda su esperanza en esas palabras.

Polet casi se rió ante la ingenuidad de su chico, ya que su matrimonio iba a salvar a su familia de la ruina, y no podía echarlo a perder por un simple capricho del corazón.

El rubio tomó su saco y se marchó, sabiendo que Gulf no era tan idiota como para abandonar todos los lujos a los que estaba acostumbrado.

Un mes después:

—¡Qué voy a hacer! El alquiler ya venció y es tres veces más de lo que gano. No me gusta ser pobre.

—No tienes otra opción, vuelve con Polet —dijo Mild mientras rodaba por la enorme cama de Gulf.

Gulf se alarmó al escuchar eso. Si bien era un omega consentido, también tenía principios arraigados. Sabía que su madre se indignaría si pasaba de ser un novio secreto a convertirse en un simple amante.

—¡Estás loco! Nací para ser esposo, no un simple amante. Debo hacer algo para que Polet vuelva a mí, sé que me ama.

—Entonces, debes darle celos. Algún amigo estará encantado de ayudar.

Gulf casi se cae de su silla al escuchar esa sugerencia.

—Ninguno de los alfas o betas que conozco se compara a Polet. Es imponente, guapo y muy rico. Lamentablemente, todos mis amigos son pobres y no tienen la misma apariencia y estatus.

Mild, quien era su mejor amigo, se sintió muy ofendido.

—Gulf, no seas tan despiadado.

—¿Y desde cuándo decir la verdad es despiadado? —se quitó la mascarilla de la cara y tomó su celular—. Ahora bien, tu idea no está del todo mal, pero le haré algunas modificaciones. Buscaré a un guapo desconocido en internet que sea mucho más atractivo y dominante que Polet, y con tus habilidades en Photoshop haremos que ese idiota se arrepienta.

Mild tragó saliva al ver la expresión diabólica en el rostro de Gulf. Siempre que mostraba esa expresión, algo malo sucedía.

Disfruten.

Hola queridos/as, quiero aclarar que esto no significa que volveré a escribir fanfics, pero algo relacionado con la pareja que me emocionó me inspiró y no podía dejar pasar esta idea. Al finalizar este relato, compartiré el archivo en formato PDF con el grupo para que lo disfruten. 💖

El veterinario Y El Lindo ConejitoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora