Capitulo 2 : ¿Una relación de apariencia?

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—Entonces, ¿tú y el doctor van a fingir ser novios para molestar a Polet?

—Sí, parece que lo detesta. Seguro que ese estúpido león le quitó algún omega.

—¿Y vas a dejarte utilizar de esa manera?

Gulf encoge los hombros y se mete una cuchara llena de cereal en la boca.

—Solo queremos fastidiar un poco a quien no fastidió.

Mild, quien aún estaba resacoso por venir de una fiesta en la madrugada, sentía que tenía más sentido común que Gulf.

—Gulf, ¿y si te enamoras del atractivo doctor mientras juegan a ser novios? —lo mira detenidamente.

Gulf se asusta y cruza los dedos en forma de cruz.

—No digas tonterías. Es cierto que el doctor es muy guapo y su aroma te envuelve y nubla tu juicio, pero no es mi tipo. Se ve muy inocente y desafortunadamente me gustan los alfas malos como Polet.

Mild se agarra el mentón.

—Es verdad, siempre has tenido un gusto especial por alfas despreciables.

—¡Oye! Eso no es cierto.

—¿Te los menciono? —dice Mild sonriendo maliciosamente.

—No, gracias, pero pasa que la mayoría de los ricos son así y a mí me gustan los ricos. Sabes que mi sueño es ser el omega de un empresario, darle muchos herederos y disfrutar tranquilamente de su fortuna. Por supuesto, amarlo y respetarlo.

Mild rueda los ojos.

—Ay, Gulf, nacimos pobres y tendremos suerte si un alfa promedio nos pide matrimonio.

—Eso no significa que vayamos a morir en la pobreza. Si esta sociedad de mierda me permitiera progresar, yo sería rico, pero como bien sabes, no se puede.

Mild tenía que darle la razón a Gulf, ya que los puestos importantes se repartían entre los alfas, y los omegas apenas estaban comenzando a obtener derechos para trabajar en algunas áreas de servicios. Aún se luchaba para que los omegas pudieran asistir a la universidad, al menos en dos carreras, como enfermería y docencia, pero muchos alfas no estaban de acuerdo, ya que no creían que los omegas tuvieran suficiente capacidad intelectual para ejercer dichas profesiones. Según ellos, su naturaleza dócil y amorosa solo servía para criar niños y servir al alfa.

—Ay, Gulf, agradece al menos que seamos atractivos para ser meseros —dice con sarcasmo, recordando lo que su novio solía decirle.

—Hablando de despreciables, ¿dónde está Leo? Hace mucho que no lo veo.

Mild suspira.

—Su familia finalmente logró llevárselo a la granja para que la administrara. Según Leo, trabajará varios meses para demostrar su valía a sus padres y luego les hablará de mí, para que nos casemos, tengamos 5 cachorros y vivamos en el campo ordeñando vacas.

Gulf hizo una mueca de disgusto, aquello no parecía ser la vida que Mild deseaba.

—Mild, si te esfuerzas, puedes encontrar un buen alfa que te dé la vida que mereces. Eres un omega de la ciudad, no del campo.

Mild, que estaba apoyado en la encimera, respondió:

—No es la vida que habría elegido, pero lo amo. Y si estoy con él, no encontraré mi vida pesada.

Gulf no estaba de acuerdo con esa decisión, pero apoyaría a Mild en todo.

—Parece que tendré que comprar conjuntos campestres para cuando te visite.

El veterinario Y El Lindo ConejitoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora