capítulo 17

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CAPÍTULO 17

EN VANO

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No había hablado con James desde entonces

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No había hablado con James desde entonces.

Es decir, con Potter.

Había intentado conversar con ella en el desayuno, por los pasillos y en la mayoría de lugares en los que se topaban. Sin embargo, Aneesa era incapaz de contestar lo que fuera que dijera. En su lugar, hacía oídos sordos y se esfumaba deprisa.

Todavía no había ido a la Sala de los Menesteres porque sabía que allí se lo encontraría y no podría huir.

Ahora sabía por qué el Sombrerero Seleccionador ni siquiera había nombrado la casa Gryffindor en su cabeza.

Se había estado refugiando en Regulus, quien sabía que había ocurrido algo pero se mantenía en silencio, y en la Sala Común de Slytherin, donde la acogían sin problema alguno. Eran dos lugares que, estaba segura, Potter no pasaría del límite.

Había rogado a Regulus que la acompañara a hablar con Dumbledore, quien ya le había recordado un par de días atrás que debía pasarse por su despacho, y todavía no lo había hecho desde que llegó. El Black menor, aunque cansado de no saber qué pasaba, caminó con ella todo el trayecto.

—¿Quieres que hable con Dumbledore por ti, también?

Frunció el ceño ante el tono de su amigo. Esa voz monótona y aburrida la ponía para todo el mundo con el que hablaba, a excepción de Aneesa.

No le gustaba que le hablara como al resto. Eso significaba que estaba molesto.

Lo entendía. Estaban siendo días duros y extraños para todos, además del extra peso en los hombros de Regulus por ser el único mortífago dentro de los viajeros, siendo sabido por los del futuro, como había dejado claro Umbrigde al principio. Aneesa sabía que eso preocupaba al pelinegro, esa incógnita sobre qué harían con uno del bando enemigo.

A pesar de aquella entendible razón, seguía sin agradarle que Regulus le hablase de ese modo tan desinteresado y arrogante.

—Lo siento —dijo, meneando la cabeza. Debería habérselo dicho antes, haberle hecho saber que confiaba en él con su vida personal, por todas esas cosas que no le contaba por seguridad—. Siempre estoy aquí si quieres hablar, lo sabes, ¿no?

Notó los hombros del chico destensarse, al igual que si recordase que ellos eran Aneesa y Regulus, que no eran ningún desconocido sino el lugar seguro para el otro.

ɴᴏ ʜᴀʏ ꜰᴜᴛᴜʀᴏ ꜱɪɴ ᴛɪ / ᴊ.ᴘ x ᴏᴄ (Saga Tiempo #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora