Primer libro de la Saga Grecia
Una estudiante de último año se muda de España a Italia.
Allí conocerá a los 5 reyes de la mafia italiana.
Ella: Parece una chica dulce, tierna y muy sociable. La típica princesita perfecta, pero no siempre todo es...
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Todo bajo el punto de vista de Hades
- Yo iba pataleando, mientras era llevado por el idiota de mi gemelo. El imbécil tenia fuerza y parecía que no iba a desobedecer las órdenes, de su querida diosa, o como yo prefería llamarla, mi montaña rusa de piernas infinitas.
La verdad no iba a quejarme, tenia unas excelentes vista desde mi posición, podía ver su exuberante trasero, tan redondo como perfecto, votando con cada contoneo de su pequeña cintura al andar.
Ufff ... si ya estaba cachondo antes, cuando la conocí y ya tenía muy polla palpitando, cuando me demostró lo respondones, que son esos labios tan bien perfilados, rellenos, juguetones y uff ... ya me imagina metiendo mi polla entre esos cachondos labios. Esos labios que no estaban hechos para decidir palabrotas si no para ser perforados y explorados.
Ahora que tengo estas vista de su cuerpo y luego de escuchar la declaración de la noche que me espera pasar con esta escultura de mujer.
No se cuanto tiempo pasé admirando su grandioso cuerpo, pero cuando me quise dar cuenta nos encontrábamos ya dentro de su habitación y vaya habitación que tenia mi pequeña bocona.
Estaba a punto de decir algo hasta que, el orangután de mi hermano me tiro a la cama que se encontraba en el centro de la gran habitación.
- ¡Que coño haces animal, ten más cuidado! - dije sobándome la nariz, ya que me la había golpeado en la caída- ¿Esto era todo lo que tenías para mostrar reina? Si lo que querías era que te dieran una buena cogida, solo tenias que pedirlo y yo mismo te la hubiera dado.
Los desgraciados no se dignaron ni a mirarme, en cambio ,solo se miraron entre ellos. Y sé que intercambiaron palabras con la mirada, porque al segundo siguiente ya tenía a mi replica sobre mi agarrándome los brazos hacia arriba.
- ¿Qué mierda crees que estas haciendo?, ¡suéltame ahora mismo!.
Mientras forcejábamos, vi por el rabillo del ojo como ella se acercaba a la cómoda de enfrente y sacaba algo, que no alcancé a ver, de uno de los cajones. Cuando se acercó, ató mis manos y pies a las esposas de la cama.
-¿Que mierda haces imbécil?, ¡Suéltame!, Poseidón no tientes a la suerte.
- Muñeca, no te recomiendo jugar conmigo, sé una buena niña y seré benévolo con tu castigo por ser una conejita mala.
De repente ella sacó lo que estaba escondiendo tras su espalda y joder era un maldito bozal para perros; una maldita mordaza de color morado. Que no dudo en ponerme con una sonrisa burlona
- Mucho mejor, así calladito te vas más bonito.- dijo ella mirándome con burla, mientras yo intentaba soltarme de mis ataduras.
-Te voy a contar lo que va a pasar en esta habitación
