Hay que comprar comida de la gata
Ok.
No hace falta que pongas un punto después del ok que queda muy seco eh??? >:(
Ok.
ME CAGO EN TUS MUERTOS BARTO QUITA ESE PUNTO >:((((
¿La princesita necesita algo más?
Calcetines
No voy a comprarte calcetines ahora.
Te doy el dinero luego tu cómpralos ahora que los tengo casi todos rotos porfiiiii :'D
Bartolomeo se guardó el móvil en el bolsillo del pantalón otra vez, sin importarle que su hermana pequeña fuese a entrar en cólera por haberla dejado en visto y que su estado anímico empeorase cuando descubriese que, efectivamente, no iba a comprarle calcetines. Normalmente no le gustaba tener que ir a cualquier sitio que no fuese su casa nada más salir de clase porque lo único que tenía en mente entonces era encerrarse en su cuarto, hacer deberes, estudiar y, a partir de ahí, empezar a dedicarle tiempo a sus hobbies, pero entendía que el animal no tenía culpa de nada y que comer es una necesidad básica. Por mucho que no le hubiese terminado de hacer gracia cuando Cordelia llegó una noche borracha con esa gata naranja y bizca alegando que no podía dejarla en la calle porque estaba enferma y que, ya que la había llevado al veterinario, le pertenecía, debía admitir que le había pillado cierta simpatía gracias a que ese animal se empeñase en dormir con él. Podría haber elegido para eso a la adolescente que la salvó, la cama de sus padres o cualquiera de los 2 cuartos de cuando los niños eran pequeños, pero le había escogido a él de entre todas las opciones. Si necesitaba comida, entonces él no tenía problema en ir a comprarla.
Siguió caminando por ese campus universitario que todavía se le hacía un poco desconocido, llevaba solo un mes allí y el no haber dedicado tiempo a explorarlo no ayudaba a que se ubicase correctamente. No tenía pensado desviarse o detenerse, pero se encontró con un cartel azul bastante llamativo acompañado por una lista y un bolígrafo debajo: era un concurso de robótica. Con las manos en los bolsillos y acercándose lo más posible a la pared para no obstaculizar el paso al resto, se paró en seco para leer toda la información, le llamaba mucho la atención. Desde que era pequeño había sentido una gran fascinación por los robots y, en cuanto llegó a la adolescencia, no dudó en pedirle a sus padres que le comprasen todo lo necesario para poder construir a placer. Siendo Pedro y Lenka unos progenitores tan empeñados en apoyar las decisiones de sus hijos y sus pasatiempos, no habían dudado ni un momento hasta en dejarle despejado un cuarto del sótano para que hiciese lo que quisiera allí y pudiese guardar sus cachivaches, esto mezclado con su tremenda obsesión con las cosas que le gustaban había desencadenado en Bartolomeo siendo un genio de la robótica con tan solo 18 años. Sin embargo, nunca había participado en un concurso, más por la ansiedad que le generaba la idea de estar frente a un público que otra cosa. Confiaba mucho en su trabajo y sabía que, a pesar de todo, seguramente ganaría si lo intentaba, eso sí.
Le desalentaba un poco que el cartel dijese que iban a participar todas las universidades de la zona, pero le sorprendió que dejasen ir en solitario. Sí, ponía que era preferible formar parte del club de tu centro, pero si no te habían admitido o no te habías unido por lo que fuera te daban vía libre. Aparentemente, él no se llevaría nada del premio y todo se lo quedaría la universidad para invertirlo en los de robótica, lo cual también explicaba por qué era preferible ir en grupo. Bueno, Bartolomeo nunca había necesitado nada de eso, con que le diesen una excusa para dar alas a su imaginación y le moviesen para crear algo ya tenía suficiente...
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Déjame entrar en tu mundo
RomanceBartolomeo ha pasado sus 18 años de vida teniendo como única compañía a su familia, sin especial interés en hacer amigos y demasiado centrado en sus estudios y hobbies. A pesar de su inteligencia, nunca ha sido una persona que llame la atención a la...