Bartolomeo ha pasado sus 18 años de vida teniendo como única compañía a su familia, sin especial interés en hacer amigos y demasiado centrado en sus estudios y hobbies. A pesar de su inteligencia, nunca ha sido una persona que llame la atención a la mayoría de personas y, por tanto, ha vivido en paz y una soledad autoimpuesta hasta ahora. Durante su primer año de universidad, sin embargo, algo que le obligará a salir al mundo real y relacionarse con nuevas personas consigue llamar su atención: un concurso de robótica.