¡NO NECESITO UN EMPLEO!

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El plan del día era simple: Ir a la editorial Best Choice a renunciar con dignidad tratando de no pisotear mi orgullo y salvar mi futuro laboral.

Tomé una respiración profunda y llenándome del valor que nunca me había cobijado en mis 23 años de vida caminé hacia la oficina de Melissa, la secretaría de las entrevistas anteriores cruzando los dedos para que se me permitiera renunciar sin repercusiones.

-Buenos días -saludó Melissa.

- Hola -me pare frente a ella y le planteé el problema.

-Bueno, eso será un poco dificil ya que fue el mismo Minho quién hizo las entrevistas ayer y es uno de los puestos más importantes como redactor-negó con la cabeza-. No creo que le siente bien a tu carrera.

-¿Puedo hablar con él?

Melissa me miró aburrida. -Claro -resopló- ni siquiera tiene tiempo para su secretaria.

-Pues yo haré que me escuche ¿Donde está?

Me miró sin decir más.

- Bien. De acuerdo.

Salí de la oficina de Melissa en busca de la oficina del ocupado Minho, quien al parecer era el unico capaz de arreglar la situación sin arruinar mi futuro trabajo.

La cosa era que si alguna otra editorial se enteraba que cierto chico había rechazado el empleo en Best Choice inmediatamente después de conseguirlo... bueno, dicho chico perdería credibilidad y nadie más le daría empleo. Ni en Izzy pizza.

- ¿Esta es la oficina de Choi Minho? - pregunté a la rubia de sus secretaria.

-Si... ¡Pero no puede entrar así! ¡¿Está
escuchandome?!

Demasiado tarde. Ya estaba dentro de la oficina frente a un Minho que se limitaba a escribir cosas en papeles solo para volver a los antiguos papeles y escribir más notas. Parecía realmente aburrido.

- ¡Lo siento! Le dije que no podía entrar.

Minho me miró y olvidé para que estaba ahí.

Ah, cierto. Renunciar sin aplastar tu reputación Tae.

- Taemin ¿Cierto?

(:D) ¡Sabe mi nombre!... Digo... ejem. Si, eso...

-Quiero renunciar.

Al grano.

Arqueó la ceja repentinamente interesado y dejándose caer en el respaldo de su cómoda silla de oficina y me dio toda su atención.

-¿Conseguiste un mejor trabajo en el periodico local? ¿ó me acosté con tu hermana? -preguntó más bien serio.

Abrí la boca de golpe. Él no había dicho eso...
(O. O)

-Ah, pues no lo sé, después de verte fajar con la secretaria es dificil saber si estas a favor de la monogamia.

Me miró sin inmutarse.

- Perdón, estaré afuera -se disculpó la secretaria.

Había olvidado que estaba ahí.

- ¿Por qué pediste el empleo si no lo querías?

- ¿Por qué me aceptaste? -señalé a la puerta - ¿Escuchaste lo que dije? ¿Cómo puedes darme trabajo después de eso? ¿En que estabas pensando?

- Tienes un inexistente filtro mental pero un excelente perfil profesional. Nadie en esa sala de juntas había trabajado jamás para Publisher Weekly. No necesito que hables, necesito que escribas, creo (y espero ) que presentarás más cordura que al hablar. Si te hace sentir mejor, la mitad de los presentes obtuvieron el empleo.

¿Y que iba a decir ante eso? Estaba preparado para que me mandara al diablo dejándome marchar sin más.

- No necesito el trabajo —mentí.

- ¿Tienes una mejor oferta?

Asentí.

- ¿Donde?

-En Izzy pizza -si, eso fue cortesía de mi dormido filtro metal.

- En Izzy pi... -pero no pudo terminar de hablar por que explotó en una sonora carcajada.

Me quedé de pie fulminandolo con la mirada mientras trataba de recobrar la compostura. Tenía que reconocer que se veía mejor cuando estaba tranquilo y relajado, parecía un ser humano normal... gran contraste a cuando era Minho el jefe la mayor parte del tiempo, eso como que le daba la corona a la imbecilidad.

- ¿Terminaste?

- No estas hablando enserio -aseguró.
Arqueé una ceja. -¿Vas a arrojar todo tu talento en una pizzería? -preguntó todavía sonriendo- ¿Qué vas a hacer? ¿redactar la orden del día?

-¿Eres siempre tan fanfarrón? ¿tienes una época del mes?

-¿Eres siempre tan hablador y malhumorado o también tienes fecha?

¡Malhumorado! ¡Yo era malhumorado! Claro por que yo era el loco que follaba en el escritorio, con una corbata de seda gris, poseía una editorial entera y me encargaba de hacer miserable la vida de mis empleados.

Lo fulminé con la mirada.

Me miró sin inmutarse.

- ¿Qué tengo que hacer para desaparecer de aquí?

Lo pensó. -No te irás.

Resoplé. -No puedes obligarme a...

- No saldrás bien parado.

Sabía a lo que se refería. Nadie volvería a confiar en mí si dejaba este trabajo.

- Puedes borrarme del sistema, no he firmado nada, es algo sencillo para ti.

- Si, pero no lo haré.

-¡¿Porqué?!

- Escribiste la sinopsis en la contraportada del ultimo libro de Suzanne Collins. No voy a dejarte.

- ¿Como sabes que hice eso?

-Yo investigo a mis empleados...

- No soy tu empleado.

-.,.principalmente a aquellos que han trabajado para empresas grandes como PW- continuó ignorandome.

- ¿Qué tengo que hacer para que me dejes ir?

Comenzó a tallarse la frente con la mano, probablemente tratando de llegar a un acuerdo.

- No puedo obligarte a trabajar aquí...

- Gracias...

- Pero no voy a permitir que te vayas limpiamente.

- ¿Eso qué significa?

- Trabaja para mi un año, si después de ese tiempo quieres renunciar, adelante. Y tendrás recomendaciones que te ayudarán a encontrar un buen empleo... aun que, no sé si pueda garantizarlo en la pizzería.

Claro, ya decía yo que estaba siendo demasiado amable.

Rodé los ojos. -¿Y si me niego?

Ya sabía lo que pasaría, pero creí que no podía ser tan desalmado como para declararlo en voz alta.

Pero lo hizo:

- Esto irá a tu perfil.

Maravilloso. Si Voldemort no había asesinado su alma un Dementor probablemente la había succionado, era un tirano.

Entonces comencé a plantearme las expectativas. 1) Tendría dinero y podría pagar mis libros... ah y la comida, 2) Tendría un puesto prestigioso y probablemente haría más reseñas de autores importantes, 3) Tenía entendido que pagaban muy bien, 4) Doyun necesitaba ir a la escuela y todos sabemos que la adolescencia es la etapa en la que se consume más dinero, 5) Cuando la prensa publicara las hemorroides de Jennie, bueno, ella como que me estrangularía, así que necesitaba dinero para el hospital...

- Está bien.

Minho arqueó una ceja ligeramente sorprendido y me entregó el contrato.

Perfecto Desastre [2min] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora