Al final resultó que la oficina de Minho estaba en el piso 43, el ultimo piso del edificio Best Choice. Debí verlo venir.
-Hasta ahora ¿Que tal su ambiente de trabajo? -preguntó la anciana agradable que minutos antes, se había presentado como Rose, la secretaria de Minho.
-Creo que las secretarías son realmente aburridas.
Dios ¿por que permites que siga abriendo la boca?
Estaba tan cansado que ni siquiera abrí los ojos como platos o comencé a balbucear tratando de enmendar el error, quiero decir, de todas formas eso nunca funcionaba para mí.
-Oh... pues... lo siento. Sientase libre de enviar una queja al departamento de asesorías.
Genial, como en la primaria.
-Gracias Rose.
Rose asintió y entró a la oficina de Minho para anunciar que el loco Lee estaba por entrar.
-Adelante.
Todo el sitio era una locura. Era la oficina más inmensa que había visto en mi vida.
-Estaré en la recepción -se disculpó Rose. Juararía que estaba tratando de contener una carcajada.
La historia de mi vida.
Suspiré. No estaba de humor para pelear con mi jefe. -Terminé las reseñas, la primera (en mi opinión) es un asco. Si yo fuera el padre de Nickolas Sparks le pediría que me diera un tiro antes de publicar esa sinopsis. ¿Quién la hizo?
-Mi hermana -respondió mirandome mal.
-Pues la reseña de tu hermana apesta -aseguré sin remordimiento-La segunda es buena, pero creo que se puede mejorar, para ser honesta un libro de Kiera Cass se vendería como pan quemado a tributos con otro tipo de contraportada.
-¿Pan quemado a tributos?
Lo miré... y lo miré... y lo miré.
-¿Peeta? ¿Katniss Everdeen? ¿Los juegos del hambre? -y en cada pregunta clave el fruncí a cada vez más el ceño- ¿Suzanne-asesina-Collins?
-Oh, el libro de Suzanne.
-¿No conoces los Juegos del Hambre? - pregunté con incredulidad.
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Puso los ojos en blanco. -Tengo cosas más importantes que hacer.
-Oh, por Dios -me llevé una mano a la boca- Tu vida es un sucio agujero negro lleno de vacio y miseria.
Abrió la boca para responder pero pensandolo mejor frunció el ceño y preguntó:
-¿Cómo algo puede ser vacío y lleno?
-¿Ni siquiera las peliculas? - pregunté con la esperanza de no estar trabajando para un Muto.
Rodó los ojos. -No tengo tiempo para esto... ¿Y las reseñas?
-Ah, pues... -toqueteé mi costado - Mierda.
-No las olvidaste -aseguró sonriendo entre dientes, más para si mismo. Como si fuera una broma cruel.
Hice una mueca y cerré un ojo. —Es una historia graciosa...
-¡¿Olvidaste las reseñas?!
-Bueno... verás... olvidar es una palabra muy fea, yo preferiría el termino...
- ¡Es una irresponsabilidad!
Hice una mueca y lo señalé con el indice. -Esa es mucho peor.
-¡¿Cómo pudiste olvidar las reseñas?!
-¡Lo siento! Rayos... relájate iré por ellas...
-Son para hoy... -miró su reloj- en media hora.
-Puedo entregarlas a tiempo.
Resopló. -¿Enserio? Porque a menos que traigas un avión Concorde debajo del uniforme,no creo que llegues.
-Eso es lo que pasa cuando eres un empresario que vive la vida en corbata y zapatos de piel. Yo conozco algunos atajos.
Gruñó y tomó las llaves de su auto.— Vamos.
-¿Qué haces? No necesito que vengas conmigo.
Me fulminó con la mirada. -Tengo que supervisar que no se te olvide regresar.
Lo fulminé con la mirada.
Pero seamos honestos... podía pasar.
Solo se me había olvidado el trabajo, a todo el mundo le pasaba de vez en cuando.
Nos detuvimos frente a un hermoso auto gris.
-No estas hablando en serio -señalé su auto-. No vas a entrar con esa bestia a la calle Bromler, te matarán.
- Entra-ordenó abriendo la puerta. Bueno, era un mimado gruñon pero tenía modales-. Solo mantén la boca
cerrada -y cerró la puerta.Me crucé de brazos en el asiento del copiloto.
Bien, olviden lo de los modales.
Minho condujo en silencio, en realidad todo iba bastante bien hasta que el silencio se volvió un poco desesperante.
-¿Puedo escuchar musica?
-No-respondió tajante tocando el claxon.
-Nunca entenderé por que las personas hacen eso, quiero decir, miralos, no pueden moverse -señalé el estancamiento.
-Sabes qué, cambié de opinión, escucha música -era una clara invitación a callarme.
-Solo gira a la derecha, hay un camino que...
-Yo sé lo que hago -tocó el claxon.
-¡Odio ese maldito sonido! ¡Deja de hacerlo! ¡Solo tienes que girar a la derecha!
Me miró molesto y sin dejar de hacerlo tocó el claxon.
Era la guerra.
- ¡Gira a la derecha! -grité abalanzandome sobre el volante.
-¡¿Que haces?! ¡¿Estás loco?! ¡Quitate de encima!
-¡La calle Bromler es un atajo! -tiré del volante hacia la derecha.
Minho tiró hacia la izquierda. -¡Vas a provocar un accidente!
-¡Bien!
Peero.... las cosas no siempre salen como uno espera... ¿A quién engaño? Era la historia de mi vida, las cosas nunca salían como yo esperaba.
Dejé de tirar hacia la derecha, pero supongo que Minho no estaba muy preparado ya que el auto giró abruptamente hacia una tienda de artesanías a la izquierda.
Muy bonitas por cierto.
En segundos el auto era chatarra.
-Te dije que giraras a la derecha.
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Perfecto Desastre [2min]
HumorLee Taemin tiene 23 años, mala suerte y una lengua con vida propia. Minho es un importante empresario de 25 años, serio, con enfoque al trabajo y un inexistente conocimiento de la palabra "diversión". Cuando ambos se ven forzados a trabajar en equip...