Capitulo 2. La noche del evento

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Desde aquella conversación con el mánager de cómo debería ir a aquel evento y de que no debería de hacer, quedaron de acuerdo en que él también asistiría.

–Hasta mañana

El hombre alto salió de allí dejando a Zhan en total privacidad. Luego de que anocheció Zhan decidió irse a preparar su propia cena, aunque tranquilamente podría contratar a un chef, él prefería preparar su podría comida.

–Miau

Los maullidos de su hermosa hija felina empezaron a escucharse inmediatamente cuando vio a su padre. Este se agachó para tomarla entre sus brazos.

–¿Estás hambrienta?

–Miau

Zhan sonrió para después asegurarse de que su gata había sido alimentada, Xiao Zhan se dirigió a la cocina para preparar su propia cena. Mientras cortaba los ingredientes frescos y encendía los fogones, su mente seguía ocupada con los preparativos para el evento al que asistiría la próxima semana.

Con la cena lista, Zhan se sentó en la mesa y disfrutó de cada bocado, saboreando los sabores cuidadosamente combinados. La compañía de su gata le proporcionó un sentido de calma y serenidad. Después de una larga noche decidió tomar a su gata e irse a descansar, Xiao Zhan se acomodó en la cama y se dejó llevar por el sueño reparador. La suave respiración de su gata y el silencio reconfortante de la habitación lo envolvieron, llevándolo a un profundo descanso.

Por otro lado, Wang Yibo después de un duro día de trabajo decidió comer de la cena hecha por su chef, después de asegurarse comer todo decidió irse a tomar una ducha.

Luego de un largo rato por fin salió del baño con una toalla rodeada en su cintura para después de eso colocarse un pijama holgado, la comodidad a la hora de dormir era importante para él. Se acomodó en su enorme cama, pero había algo; no podía conciliar el sueño, y es que aquel chico que vio en ese escenario no salía de su cabeza por más que lo intentara, su ansiedad incrementa porque llegara ese día, su secretaria dijo que se el evento el cuál iba a realizar solo por tener una excusa de que Xiao Zhan fuera ese día, sería el sábado de la próxima semana.

La imagen de aquel hermoso rostro no se apartaba de su mente ni por un segundo, lo cual lo llevaba a reprocharse a sí mismo, sintiéndose como un auténtico idiota por la intensidad de sus sentimientos.

<Estoy enloqueciendo> –Se reprochó–

<No, solo fue admiración. Fue solo eso> –Se autoconvenció–

A pesar de sus esfuerzos, no lograba encontrar la tranquilidad que tanto anhelaba.

–¡Maldita sea!

Frustrado, se levantó de la cama y se dirigió a la mesa de noche, buscando unas píldoras para dormir y un vaso de agua. Mientras las tomaba, una sensación de inquietud se apoderó de él. Se dio cuenta de que aquel encuentro había despertado algo mucho más profundo en su interior, y es que ¿cómo ese chico hizo que esos simples minutos causarán eso en él? No lo sabía, pero debía averiguarlo el día del evento.

Decidido a enfrentar sus emociones, regresó a la cama y se acomodó una vez más. Esperaba que las píldoras finalmente le brindaran la calma y el descanso necesario para él. Respiró profundamente, cerró los ojos y se abandonó a la oscuridad de la noche, con la esperanza de que al despertar sus pensamientos estuvieran más claros y encontrara una forma de lidiar con esta nueva y desconcertante situación.

Al día siguiente los enormes rayos de luz se asomaron por la ventana de la habitación de Zhan el cual dejaba las cortinas un poco abiertas adoraba ver el anochecer mientras esperaba dormirse y que también le servían para levantarse temprano, Zhan siempre se levantaba sumamente temprano ya que todas las mañanas salía a caminar.

El último baileDonde viven las historias. Descúbrelo ahora