-Cree solo la mitad de lo que ves y nada de lo que oyes.
Edgar Allan Poe
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Walker
Ciudad de Weberh.-29 de marzo.
Hora: 12:22am.
- No,definitivamente no iré.
-Claro que no irás-resoplo Hitler
-Aunque...
-Ni lo pienses Walker- hizo una pausa para mirarme con desaprobación- podría ser un asesino en serie,te vio como una presa facil y piensa capturarte para sacarte las tripas y lanzarte al acantilado,y eso no es lo peor nadie s....
- Hitler hablaba demasiado rápido,Asi que deje de escucharlo,aunque por una parte tenia razon ,no iría podría ser peligroso,pero ¿y si tiene información valiosa?¿y si quiere ser nuestro aliado?,No lo sé,pero este chico oscuro despertó mi curiosidad.
- Un poderoso estruendo de saco de mis pensamientos.
- La mirada de Hitler se encontró con la mía y ambos sentimos con complicidad.
-Bajamos las escaleras en silencio pero lo más rápido que pudimos,tenía los pelos de punta,algo me decía que está noche encontraríamos una nueva piesa.
-Y eso resultaba peligrosamente interesante.
-llegamos a la pequeña sala,No había nada,nadie,vacío.
-Utiliza la lógica,me dictó mi mente.
- Misterios.
-cabaña.
-"posible infiltrado"
<detrás de la escalera.>
Bingo.
-Justo detrás de la escalera yacia una pequeña puerta.
- Le hice señas a Hitler para que viniera y este al notar la puerta vino corriendo en puntillas sosteniendo un cuchillo y con una sonrisa inocente.
-ok,esto era gracioso,pero estamos en un momento serio.
-Abrimos la puerta con un breve empujoncito y....
-Oscuridad.
-Humedad.
-Mal olor.
-Di un paso adentro y sentí que se me salía el alma,un grito,era de ¿una chica?,¿un grito femenino?
- venimos en son de paz,muestrate
-Una risita maliciosa sono por todo el lugar,pero esta vez era masculina. Ya me estoy asustando.
-Ahora si, sal de hay o la que se va a terminar riendo en tu patética cara soy yo.
- Sabia que no vendrías.
-esa tranquilidad.
-esa voz.
-esa aura oscura.
- El pequeño cuartito se iluminó.
-Efectivamente era el.
-Silen,sentado, con las piernas sobre una larga mesa que ocupaba casi todo el lugar.
- Pero algo no encajaba¿y la chica del grito?.
-comece a mirar a todos lados,y en una esquina se encontraba Hitler sosteniendo firmemente su cuchillo y con la piel pálida. Pero no había rastros de la chica.
-¿Dónde está la chica?- la Sonrisa de Silen se expandió. Era lo único que podía ver debajo de tanta tela.
- No hay una chica,fue tu amigo el que grito- aseguró Silen apuntando a Hitler.
- ¿ Hitler había gritado como niña?por alguna razón no me sorprende.
-bueno,considerando que ya estamos aquí pueden tomar asiento y escuchar lo que tengo que decir.-Propuso Silen bajando las piernas de la mesa.
-Y como podemos confiar en tus palabras-solto Hitler con desconfianza.
-La pregunta tenía sentido,como sabríamos si lo que diría sera lo que necesitamos o si es cierto.
-Se donde está Wright,André Wright.
-y eso fue suficiente para captar mi atención.
<será lo correcto confiar en ti Silen>
-Donde está- Dijo Hitler.
-En el norte de la ciudad.
- Por que nos das está información y como sabes que buscamos a Wright-Dije con desconfianza.
- Por que yo también quiero verlo caer, y los he estado observando,les aconsejaría ser un poco más discretos-
-Todos nos quedamos en silencio por unos segundos,asta que Silen volvió a hablar.
-Andre es dueño de un pequeño negocio de espadas.-
-¿Espadas?,quien vende espadas a estas alturas.-Dijo Hitler como si fuera la cosa más estúpida que ha escuchado. Sin embargo a mi me pareció interesante.
-Silen ignoro a Hitler- Parece un negocio Inocencibo,pero es sólo una fachada,esconde un gran imperio que se encarga de el tráfico de mujeres y drogas, de el centro de Weberh asta las fronteras de Wilber.
<se me helo la sangre.>
- Esto es más profundo de lo que parece.
-Voy a hacerte arder en la quinta olla de tu infierno André Wright.-Dios mío y silen como un alma en pena en todas partes.
Toma tu chiclaso.
Kateherin Willon