💢Crazy💢(2won)

💢Capítulo 5💢

Capítulo 5

❣️🐹Showki time 🐻❣️

–Hyunwoo, cariño despierta, debemos partir en menos de dos horas, Nunu, amor, osito, bomboncito, solcito, nubecita, estrellita, corazón, cielo, tesoro- suspiró, casi a nada de perder la paciencia más cuando su esposo se acomodó sin inmutarse de los motes que su omega le decía - peluchito, morenito ¡ALFA!- elevó la voz- ¡CARAJO SON HYUNWOO, DESPIERTA DE UNA MALDITA VEZ!- perdió la paciencia, pero ni con los gritos pudo despertar a la marmota (marmota se le dice a la persona que duerme mucho)

Lo único que se oyó fueron los sonidos inentendibles que el más bajo no pudo interpretar correctamente, para la vista de su esposo, el más alto lucia demasiado tierno cuando hacia el amague de despertar, no lograba apartar su mirada del ser que poseía la cama matrimonial con su desnudez en la parte superior, ni evitar el recorrer desde la mata de vello de su abdomen bajo hasta su pecho hasta alcanzar su objetivo, esos labios comestibles que amaba degustar, se acomodó tumbando su cuerpo boca abajo, reposando su codo derecho en la mullida almohada, situando su rostro en la mano para así tener una mejor imagen como si estuviera observando una obra de arte recién exhibida, examinando cautelosamente los detalles. Dirigió su mano a esos pomposos labios, arrimó su dedo pulgar y barrió con sutileza desde el labio inferior hasta el superior, sintiendo al tacto lo suave de esa parte exterior carnosa que moría por probar. Su esposo seguía estando en modo piedra, ni siquiera con las cosquillas que sus dedos, que ahora jugaban con su mejilla ejerciendo un poco de presión lo hacían reaccionar, por lo que se inclinó quedando muy cerca de esas nubes esponjosas la que estaba a nada de probar, sino fuera porque su querido amor lo volteó dejando debajo de él, sin siquiera aún abierto los ojos pero con una sonrisa de labios sellados. El alfa terminó con esa distancia, creando una armoniosa burbuja que ambos disfrutaban, con esos besos que los complacía llenando, más sus corazones de ese sentimiento de vivo afecto de intensa atracción emocional con su persona favorita.

Posteriormente de esa sesión de besos apasionados afirmando más sus sentimientos por el otro, se encontraban en la isla de la cocina que precisamente la usaban para las cenas, ya que casi nunca llegaban a alimentarse en las mañanas ni en los almuerzos, pero en momentos como esos los apreciaban, porque a la vez dedicaban a tener tiempo para ellos. Mientras llenaban sus bocas con bibimbap, kimchi y ramen siendo que el alfa poco se saciaba, por lo que siempre el ramen no faltaba a su lado. Kihyun no le asentaba bien ingerir varios alimentos, no le gustaba comer demasiado porque decía que se sentía pesado pero era más obligado por su alfa, aunque sea comer un cuenco de arroz con algo de kimchi o sopa de pollo con verduras.

Pronto se hizo la hora de partir, con dos vasos térmicos de café, más unas barritas proteicas que el mayor siempre guardaba para tener un bocado a media mañana, o como decía el omega para comerlas durante el día, no le duraba más que unas pocas horas porque no se saciaba con una, tenia que tragárselas todas en menos de minutos.

Al predecir lo que ocasionalmente ocurriría, antes de introducirse en el coche, entre que acomodaban los bolsos y valijas dentro del baúl, lo vio, su hombre ya estaba digiriendo en solo un bocado la barrita de cereal.

En medio del solitario camino, con el hermoso paisaje de los árboles con sus hojas en tonos amarillos, naranjas y marrones, más el creciente césped que comenzaba a dar vida al bosque, todo ello con la transparencia de las gotas que empaparon tanto a la carretera por la reciente lluvia de otoño. El aroma a la tierra humedecida se les colaba por la ventanilla levemente descendida, a ambos les daba esa sensación de paz olfatear el ambiente al que fueran, si es que la lluvia hizo uso de presencia. Una melodía se manifestó en la radio puesta en la estación que emitía música clásica, por lo que el omega se centró en la música, apoyó la cabeza en el asiento y sus ojos se oscurecieron. El moreno lo miró por unos segundo al notar que su esposo no tarareaba,  y se dio cuenta que se había quedado dormido, apretó el botón a su lado para que la ventanilla ascendiera, rebuscó en la parte de atrás una manta negra, lo arropó y apagó la radio.