Capítulo 23 "Paseo nocturno"

49 3 0
                                    



(POV DANA)

Era ya la segunda vez que le preguntaba a Tom a donde me llevaba, y este solo contestaba que no fuera impaciente, que estábamos a punto de llegar, yo estaba algo ansiosa y preocupada a la vez, ¿a done me llevaría?

Nos habíamos separado de Bill y Lia, los cuales no sabía exactamente a donde habían ido, solo había visto a los gemelos hacerse unas señas extrañas que no entendí, pude notar que Lia tampoco podía entender nada.

(FLASHBACK)

Después del cine, paseamos sin rumbo alguno en las motos, hasta que dimos con un pequeño parque el cual parecía para niños, pues disponía de un colorido tobogán y un par de columpios, el primero en subir en uno fue Bill, el cuál de inmediato sacó de su chaqueta un cigarrillo y empezó a fumar, vi a Lia caminar hasta el y sentarse en sus piernas, al dirigir mi vista hasta Tom, este me hizo un ademán con su mano indicándome que me acercara, el estaba sentado al pie del tobogán, mientras también encendía un cigarro y lo llevaba a su boca, palmeó sus piernas para que me sentará y así lo hice, hasta que vi a Bill y Lia caminar hasta la moto de Bill, Tom miro a su hermano y este le hizo una seña, a lo que Tom sonrío ladino y asintió, entonces el pelinegro encendió su moto llevándose a mi prima Lia a quien sabe dónde.

(FIN DEL FLASHBACK)

Noté que transitábamos una carretera un tanto apartada de la ciudad y ya llevábamos poco más de media hora, hasta que Tom se desvió de la carretera adentrándose por un camino de tierra medio boscoso, me sujete más fuerte de su cintura al notar que la moto se tambaleaba un poco, mientras Tom iba concentrado, unos 10 mntos de camino y enfrente de nosotros se empezaba a ver lo que parecía una cabaña, parecía medio abandonada, ya que el pasto afuera estaba descuidado y sin podar, el sonido de los búhos y los grillos inundaron mis oídos. Tom apago la moto y yo me baje de inmediato.

—¿Donde estamos Tom? ¿Que es este lugar?— pregunté a lo que este soltó una suave carcajada al mirarme, mi cara de rata asustada.

—Estamos en la cabaña de mamá, hace mucho no venimos aquí, creo que la última vez fue en el verano del año pasado— dijo mientras se acercaba y me sacaba el casco, para después tomar mi mano y caminar a la entrada.

—¿Enserio? Con razón esta así todo descuidado— reí leve, mientras subíamos los pequeños escalones de madera, los cuales rechinaron, Tom palpo su gran pantalón en busca de las llaves, esbozando un suave "Ah" al dar con las mismas.

—Si bueno, hoy nos quedaremos aquí a pasar la noche— dijo ya al abrir la puerta tirando de mi mano y adentrándome al lugar.

—¡¿A que?!— abrí los ojos como platos, y mi voz había salido chillona, mientras en mi cara había nervios y confusión, ¿pasar la noche allí con Tom?

—Si, eso— río burlón mientras buscaba los interruptores para encender las luces, al hacerlo, pude notar el lugar mejor, era lindo, todo era decorado con madera perfectamente lijada, los sillones de cuero color marrón y las alfombras de pieles que parecían ser de oso, aunque deduje rápidamente que no eran de pieles reales, una bonita chimenea en medio de la pequeña sala y decoraciones de madera que la hacían ver de fantasía. —No te preocupes, en la mañana nos iremos— volvió a hablar el de rastas, mientras se sacaba su camiseta, y la lanzaba a uno de los sofás de cuero.

—Bien, ¿y ahora que?— solté un leve suspiro sentándome en uno de los sillones, Tom se puso de cuclillas y sacó su encendedor de su bolsillo y encendió la leña que yacía dentro de aquella chimenea, pronto pudieron verse las brazas, lo observé con más atención cuando el fuego alumbró su torso descubierto, Tom se veía demasiado bien, en cualquier situación o como sea que se encontrara el de rastas, siempre se veía hermoso.

Trust me [Bill Kaulitz] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora