|Cuatro|

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Lágrimas para dos.


Las manos de Aemond agarraban el rostro de Lucerys, cuando rompió el dulce besó y ambos se separaron para mirarse y por falta de aliento, no decían nada, sus ojos con destello demostraban cuanto les había gustado ser tocado por los labios del otro,eran simplemente ellos dos, incluso habían olvidado lo que había pasado antes, era como si la magia del beso hubiera ocultado sus cicatrices.

El príncipe Aemond con una mano tapó los ojos de Lucerys y puso su cabeza en los hombros de su esposo.

—Si abres los ojos, te resentirás conmigo, pero...Si digo que sería mejor enfrentarte a ti que me resientes por el resto de mi vida, ¿seria una codicia excesiva?

Había un leve de dolor en sus palabras, Lucerys estaba tratando de procesar las palabras de su esposo, era difícil para él, esta repentina situación le esta llevando a un huracán sin salida, como si estuviera luchando con sus impulsos.

—Di algo... —Aemond le susurró a él, que parecía estar buscando una respuesta.

—Hasta este punto, todo lo que sabemos el uno del otro es que estábamos cayendo hacia el precipicio y no podemos detenerlo—finalmente habló Lucerys.

Había un sonido de respiración tan débil que no podías oírlo a menos que escucharas con atención, Lucerys agarró la mano de Aemond que cubría sus ojos y le vio a los ojos, ambos estaban hipnóticos.

—Olvidemos que este beso pasó... —añadió, bajó la mirada por primera vez ante Aemond—solo quiero salir de aquí...

Al querer abrir la puerta y salir de aquel salón, Aemond le tomó de las muñecas, no había un destello en la mirada del Alfa, su presencia era sombría y agrio, las palabras de Lucerys le habían clavado en lo profundo de su corazón.

—Entonces, olvida todo lo que sucedió aquí...porque no te dejaré ir.

Aemond que parecía tranquilo, le miró con una mirada dolorosa durante muy poco tiempo. Los
vasos sanguíneos brotaron de sus manos, como si estuviera reteniendo algo violentamente.

—No me dejes...

Susurrando una palabra a la vez, agarró la mano de Lucerys. Inclinó la cabeza y posó lentamente los labios en el dorso de la mano suave de su Omega,Al contrario de lo que decía para olvidar, le besó como si quisiera dejar su huella.

Amor y culpa. Y su deseo aún latente por él se reflejaba en su tenaz beso.

Él príncipe,que levantó la vista, miró a Lucerys con ojos intensamente temblorosos. Luke se convenció en ese momento. Que Aemond estaba dejando un lado frío de él. Decir que se quede a su lado era solo una palabra vacía, y estaba a punto de dejarlo ir. Aemond que le dijo que nunca más le dejaría ir y le pidió que se quedara a su lado ,le soltó la mano con una sonrisa triste que nunca antes había visto.

Lucerys miró en silencio su mano, que se alejaba lentamente. Su corazón latía con fuerza, pero no
sabía qué tipo de emoción le causaba.

¿Merezco preocuparme por él? Pensó lucerys.

—¿Por que...? —Aemond se dejó caer en el suelo y por ninguna razón, unas lágrimas se deslizaban por su mejilla—¿Por que nos odiamos?

Casados Sin Amor +18 | Lucemond|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora