|Siete|

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Los pájaros cantan en el medio del bosque y los rayos del sol queman como si el fuego estuviera cerca y el sonido del mar cantando en silencio, esperando descansar su agonía. Los árboles se mueven como queriendo salir y llevar su raíz a otra parte donde no hay una oscuridad que les deje crecer y el viento sopla como un susurro escalofriante. Los pasos de los caballos es como un paso de un caballero luchando en guerra y los guardias son como los guerreros que mueren en un charco de sangre por los suyos, precavidos y atentos ante un peligro.

Los guerreros eran los guardias de los príncipes, atentos al peligro de que se enfrentén.

-Mira Aegon, allá esta tu Jacaerys con su amada Baela luchando con las espadas-apuntó Aemond hacia ambos, donde Jace y Baela entrenaban-¿Por que no contigo?, quizás tu espada no es demasiado bueno para él.

Aegon los miró con desinterés

-¿Quieres hacerme enojar?, deberías preocuparte por tu esposo-respondió Aegon con un poco de molestia-que esta con Ser Criston demasiado cerca, al parecer la espada de él le gusta más que el tuyo, cuidado que montan a tu dragón.

Aemond posó su mirada hacia Ser Criston Cole y Lucerys, ambos estaban demasiado cerca para ser un simple entrenamiento, habían venido al bosque a entrenar como lo había dicho Luke a su hermano, el principe Aemond al principio se negó pero aceptó de inmediato cuando pensó que Luke estaria rodeado de Alfas que no dudarian estar con él si Luke se los propone.

-Es hora de entrenar con mi amado esposo...

-Si terminan follando, váyanse lejos donde no les escuché-se burló Aegon

-Lástima hermano que no puedo decir lo mismo de tí.

-Jodete Aemond.

El príncipe se levantó de su lugar y caminó hacia Lucerys, su aura era demasiado imponente, incluso Jace notó que Aemond empezó a soltar sus feromonas, que un segundo recibió un golpe en la pierna por parte de Baela y ese acto, hizo que Aegon se burlara de él por ser tan estúpido. Al llegar en su sobrino esposo, Ser Criston cole se alejó un poco de Lucerys, ya que Aemond le dio una mirada fría y arrogante.

-Es hora mi turno Ser Criston, Luke y yo entrenaremos juntos.

-Esta bien mi príncipe-contestó Ser Criston, se retiró.

-¿Por que tanto interés a venir a entrenar conmigo? -preguntó el príncipe Lucerys

-Eres un omega. ¿Por qué estás tan orgulloso de rodearte de Alfas? Tiene la capacidad de atraer alfas...-dijo Aemond acercándose a Luke-¿deberia matarlos a cada uno? ¿Cortarles la polla y la lengua para que no estén cerca?

El príncipe Lucerys se río ante las palabras de su esposo, aun tenía en la mente lo que sucedió anoche y como lo dejó con las ganas, la frustración de Aemond por no habérselo follado creció más.

-¿Qué ocurre contigo? . Lo creas o no, mi popularidad es mucho mayor que la tuya entre ¡la audiencia de Alfas!-Lucerys miró su rostro enojado-Si no me lo hubieras recordado, yo
casi habría olvidado que tú también eres un alfa...si quieres cortar pollas, empieza con con el tuyo primero.

-¿Te gusta ser deseado por otros?

-Es maravilloso ser deseado por otros que no seas tú...¿veniste a entrenar con las espadas o entrenar tus celos? -los guardias empezaron a notar que las feromonas de ambos salían más a flote, como si fuera una batalla-al parecer, aunque dormimos bajo la misma sabanas, seguiremos batallando con el odió.

La mano de Aemond se hacen un puño y entonces se aleja de su esposo y agarra su espada fuertemente, se sentía humillado cada vez que Lucerys se creía superior a él, Aemond podía también jugar su juego y si tanto deseaba que Lucerys rogara por él, lo haría caer.

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⏰ Última actualización: May 13 ⏰

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Casados Sin Amor +18 | Lucemond|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora