|Uno|

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El compromiso.

La princesa Rhaenyra aceptó la propuesta de su padre el Rey Viserys de comprometer a su hijo Lucerys con su medio hermano Aemond, un alfa dominante, para estrechar los lazos de paz entre ambos bandos, tanto como la reina Alicent con la princesa Rhaenyra estaban de acuerdo.

El príncipe Lucerys ahora no puede conciliar el sueño. Incluso pensando así, le resultaba difícil soportar el peso de los párpados. Su mente estaba cada vez más confuso, recordó lo que su madre le había dicho hacía un rato para ahuyentar de algún modo su somnolencia.

«Aemond viene mañana»

Al Omega le sorprendió bastante cuando su madre le había dicho que se casará con el Alfa de su tío, de todos los candidatos nunca imagino que fuera aquel Alfa al que le clavó una daga en uno de sus ojos y de por cual comenzó una rivalidad desde niños, Lucerys no era un Omega dócil y frágil, muchos lo describen valiente y fuerte, además de hábil con las espadas.

Miró el techo de sus aposentos y suspiro fuerte, como si hubiera contenido su respiración, se sentó en su cama y miró hacia el vacío de sus aposentos, se sentía demasiado cansado, si pudiera huir lejos de aquel compromiso, lo haría, pero estaba de por medio su familia, sus hermanos y su madre, no quería decepcionarla. Cabe recalcar que cuando Lucerys se casé con Aemond se mudaría hacia desembarcó del rey.

—El tío que más odio será mi esposo... que ironía del destino—pronunció Lucerys.

Alguien tocó la puerta de sus aposentos, se levantó y se fue a abrir la puerta, se encontró con la presencia de su hermano Jacaerys, que es un Alfa caballeroso, de los pocos que existen. Lo dejó pasar, su hermano le miró con calma y una sonrisa en su rostro, quizás dándole tranquilidad.

—Aún no te duermes —comentó Jacaerys, se sentó en uno de los asientos que hay en el aposento de su hermano menor —es tortuoso no conciliar el sueño.

—Es más tortuoso casarse, más cuando no te avisan con anticipación, mañana estaré casado con el enemigo—declaró Lucerys, con un enojo en su voz—no soportare ese matrimonio.

—Si la alianza matrimonial se concluye con éxito esta vez, habré sido útil tu felicidad—concluyó Jacaerys

—Incluso si fuera un matrimonio vendido o arreglado, tengo derecho a negarme.

—Es tu deber—finalizó su hermano.

«¿por que esta actuando de esa forma?, no es el hermano que conozco» pensó Lucerys.

La voz de su hermano Jacaerys se quedó en sus oídos. Iba a ser entregado por el beneficio de ambos bandos del reino. Estar casado con un hombre que nunca amó y no estar cerca de sentir algo por él. Era su deber como lo había dicho y de lo cual negarse no estaba en los escritos.

—Si me caso ¿realmente dejaré este lugar? ¿Te volveré a ver?

Jacaerys que actuaba algo distinto de lo habitual, habló con seguridad

—No importa mi respuesta, no hay diferencia.

—Lo tomaré como una respuesta negativo... en fin, el matrimonio no durará mucho sin ambos no nos soportamos, solo es cuestión de tiempo.

Casados Sin Amor +18 | Lucemond|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora