Casados Sin Amor +18 | Lucemond|

|Tres|

➥Noche de bodas.

El banquete, los invitados y las felicitaciones habían acabado para los recién casados, la princesa Rhaenyra y su familia habían partido nuevamente hacia Rocadragón, dejando a su querido Lucerys en las manos de su ahora esposo, su medio hermano Aemond. Tanto como el Omega y el Alfa estaban sumisos a dormir en los mismos aposentos, Lucerys se había preparado mentalmente para afrontar la noche más tortuosa de su vida, quizás tenía ya un plan en mente para que la noche de bodas no suceda esta noche, el Omega siempre tiene algo bajo la manga, algo cruel o simplemente algo compasivo.

La puerta de los aposentos se cerraron detrás de ellos dos, Lucerys no se digno en mirar a su marido, estaba de espaldas observabando por el balcón, el aroma a flores irradia alrededor de él, Aemond lo miraba detalladamente su cuerpo, el Alfa no pensaba en consumar el matrimonio es noche y ni en el futuro, sentía demasiado cosas en esos momentos al estar a solas con su sobrino/esposo, sus intentos de Alfa dominante empezaban a salir a flote, pero su orgullo estaba primero antes de caer en las garras de su Omega, incluso si ambos no deseaban convertirse en uno solo está noche, sus instintos se buscarán entre sí para lograr a estar juntos.

No hay mayor enemigo que el amor entre las personas que fingen odiarse.

—Te había dicho anteriormente, no quiero unirme a tí, incluso si estamos como esposos este noche y los siguientes más, no consumaremos el matrimonio—Habló fríamente Lucerys, ahora que estaba sin su familia, se sentía demasiado melancólico—¿o es que tú planeabas tenerme bajo tus brazos?

Aemond se puso detrás de Lucerys, sus feromonas brotaban, haciendo que por un momento Lucerys se estremeciera.

—Eres el único que habla de la noche de bodas, cuando mi intención no es tocarte, ni ahora, ni nunca —susurró Aemond en los oídos de Lucerys, colocó su mano en el vientre de su Omega, haciendo que este se tensara—estoy seguro que algún Omega estará dispuesto a tenerme a esta noche... eres fácil de reemplazar querido esposo.

Aquellas palabras por alguna razón hicieron que su pecho apareciera un pequeño punzón, algo desconocido para Lucerys, las palabras que ambos se daban mutuamente eran dolorosos para sus instintos de Alfa y Omega.

—Todos somos fácil de reemplazar si no sentimos nada por el otro—Lucerys se volteo, quedando frente a frente con Aemond, los ojos de su esposo ya no eran violetas, más bien irradia un color algo amarillo y brillante—oh...pareces que tienes problema en querer controlarte.

En un rápido movimiento Aemond agarró ambas manos de Lucerys y se dirigió hacia la cama, lo tiró con fuerza, el Omega supo rápidamente que Aemond no estaba en si mismo, lo sabía por su mirada, en la forma que sus ojos cambiaron, en sus acciones, su instinto de Alfa se apoderó de él, porque Aemond prefería acostarse con cualquier prostitutas o prostitutos de alguna casa de placer que con él.

Las manos del Omega estaban sujetadas contra las sabanas, Aemond encima de él, Lucerys no temió, no debía sentir miedo en estas situaciones, era fuerte y lo demostraba justo en estos momentos, sabía controlarse y reprender sus feromonas que podrian ser más peligrosos ante un Alfa que perdió el control.

—Aemond...¿planeas violarme? —sus palabras resonaron en el oído de Aemond—adelante, porque si lo haces esta será la única noche donde veras la luz...

El príncipe Aemond no decía nada, era como si estuviera luchando en controlarse, sus feromonas a cafe, un aroma mezclado con los de Lucerys estaba por todo los aposentos. Nunca había prestado atención a cómo olían las feromonas de Aemond, pero después de haber estado expuesto a él durante un período prolongado de tiempo en la boda, descubrió que, para su sorpresa, fue muy agradable. Era similar a la fragancia refrescante. lanzado por sándalo de alta calidad. Tal vez fue porque las feromonas de un alfa eran naturalmente atractivas para un Omega.