20: Partida

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Los gritos cada vez se hacían más presentes alarmando a la pareja que rápidamente corrió dentro el castillo encontrándose con Aragorn quien iba en dirección a la habitación donde todos se estaban quedando. Al llegar pidieron ver a Pippin en el suelo mientras gritaba y sostenía la bola que antes Saruman tenía en su posesión. Aragorn le quito la bola de sus manos pero cayó débil al piso siendo sostenido por Eva y Legolas para que no se estrellara con este.

—Aragorn, oye! -Eva movía la cabeza de su hermano tratando de que volviera a reincorporarse.

—Pero que tonto! -el ver a Pippin inmobil en el suelo con sus ojos llenos de lagrimas, Gandalf se acerco rápidamente a el mientras sostenia su mano. Estaba pálido y su temperatura corporal empezaba a bajar, el mago recitaba unas palabras mientras que Aragorn y los demás se paraban justo a su lado observando al mediano. Al parecer recobro sus fuerzas porque empezó a respirar agitado mientras miraba a todos con miedo. —Mírame.

—Gandalf, perdóname.

—Mírame. -giro la cabeza del hobbit haciendo que lo mirara. —Que fue lo que viste?

—Un árbol, un árbol blanco, un jardín con rocas, estaba seco, la ciudad quemándose. -las palabras eran entrecortadas.

—Minas Tirith ¿eso viste?

—Vi a...a él Gandalf, su voz estaba en mi cabeza. -Estaba temblando y las gotas de sudor ya caían por su frente. —Quería mi nombre, no se lo dije.

—¿Qué le dijiste sobre Frodo y el anillo?

~•~•~

—No vi mentira en los ojos de Pippin, es tonto e insensato, pero honesto. No le dijo nada a Sauron sobre el anillo o Frodo. Tuvimos suerte. Se prepara para atacar Minas Tirith y la batalla en el Abismo les hizo entender que los herederos de Elendil han regresado. -observo a Aragorn y Evangeline. —Los hombres no son tan débiles que incluso son capaces de retarlo. Prefiere ver a la ciudad en llamas antes que volver a ver a los herederos en la corona. Si Gondor pide, Rohan deberá partir a ayudar.

—Dime ¿por qué debería ayudar a quienes no nos ayudaron? -las palabras de Theoden sorprendieron al mago. —Que le debo a Gondor.

La miraba de Aragorn y Eva cayeron sobre el rey.

—Iré yo y mi hermana.

—No. -Gandalf se interpuso.

—Deben saberlo. -ahora fue la chica quien hablo.

—Y lo sabrán. Deben ir a Minas Tirith por otro camino. -se acerco a los castaños. —Sigan el río, y tengan cuidado con los barcos negros. Yo iré a Minas Tirith y no viajaré solo.

El mago salio de la sala seguido de los dos hobbits. El rey desapareció de la sala mientras los tres ahí presentes iban tras los medianos. A la lejanía ya se podía ver a Gandalf junto a sombra gris cabalgar hasta Gondor. Aragorn siguió a Merry quien subía a una de las torres de vigilancia. Legolas y Eva esperaron abajo.

Algunos hombres que Eva conocía como soldados de Beruna salieron del palacio junto a John y el Rey que parecían despedirse.

—Mi pueblo ahora me necesita, pero espero volver a vernos, mi señor. -el pelinegro hizo leve reverencia al rey antes de dar la vuelta y caminar junto a sus hombres.

John paso por al lado de la pareja que solo lo observaban, este les dio una falsa sonrisa mientras pronunciaba con sus labios un "nos volveremos a ver" que solo fue percibido con Legolas por su gran audicion de elfo, Eva no logró escucharlo. Sin más montaron todos a sus caballos y desaparecieron entre los muros que rodeaban la ciudad de Rohan. La paz reino en el corazón de Evangeline quien soltó un suspiro mientras abrazaba al rubio.

—Agradezco no tener que volver a verlo.

Legolas solo correspondió a su abrazo, no quería preocuparla diciéndole las palabras que el pelinegro había dicho, por lo que solo beso su frente mientras asentía en respuesta a lo antes dicho por la castaña.

—Espero que no lo volvamos a ver. -sin más ambos entrelazaron sus manos mientras empezaban a caminar sin rumbo alguno, solo dejaban que sus pies los guiarán a cualquier lugar.

La noche llegó y con ella los días cada vez pasaban más y más lentos, Legolas y Eva permanecían juntos la mayor parte del tiempo, cada uno conociéndose más por cada segundo que pasaba, eso hacía que sus sentimientos se fortalecieran y que por cada día se enamoraran más. El enano siempre estaba presente junto a ellos, era como su acompañante. Aragorn también se les unía de vez en cuando pero casi siempre pasaba solo sentado mirando a la lejanía, igual que esa tarde donde estaba jugando con su espada hasta que a lo lejos justo en las montañas una luz empezó a hacerse cada vez las potente, era fuego. El castaño corrió rápidamente dentro el castillo donde se encontraban todos ahí reunidos mirando al nombrado quien se veía agitado por el maratón que se había dado.

—Los fuegos de Minas Tirith! -tomó un poco se aire. —Están encendidos! Gondor solicita ayuda! -Eva se acerco a su lado tomado su mano.

—Y Rohan va a ayudar. Busquen a los Rohirrim. -las palabras del rey por unos segundos alegraron a los castaños quienes asintieron y sin más empezaron a preparase. Todos preparando a sus caballos y llendo a las armerías para buscar sus armas.
Eva estaba junto a su hermano, Legolas y el enano preparándose, ambas dagas en su cintura junto a su espada mientras sobre sus hombros ponía una capa con capucha, que había sido robada de las pertenecias del elfo quien al ver que era su capa solo rió.

—Linda capa, Evangeline. -la chica dio un giro luciendo esta mientras los tres la observaban. —Fíjate que yo tengo una exactamente igual.

—Digamos que la tome prestada de entre tus cosas. -Aragorn solo rió por la cara del elfo que se desconfiguro al ver que Evangeline no tenía ni la menor intención de devolvérsela. El elfo se resigno y de entre sus cosas sacó otra mientras la castaña tenía una sonrisa de victoria.

—Vienes con nosotros? -las palabras del hombre capto la atención de todos y se encontraron con Éowyn a un lado de ellos.

—Solo al campamento, es tradición que las mujeres despidan a los guerreros. -Eva levantó una manta en el caballo de esta viendo una espada escondida.

—Muy al campamento. -Éowyn rápidamente quito la mano de la castaña mientras le daba una mala mirada. Volteo a ver a Aragorn otra vez.

—Ya encontraron a su capitán, te seguirán en el combate y darán sus vidas, has devuelto la esperanza.

Evangeline rodó los ojos y subió a su caballo mientras se alejaba de ellos seguida de Legolas y Gimli quienes caminaron a su lado hasta llegar al lado de las puertas donde se detuvieron.

—Calma tus celos de hermana, niña. -La mirada de la joven permanecía sin sentimiento alguno. —Ojalá pudiera llamar a una región de enanos bien armados y sucios.

—Tal vez tu pueblo no tiene que ir a la guerra, temo que la guerra ya tomo sus tierras. -las delicadas palabras del elfo captaron nuevamente la atención de Eva quien volvió a la realidad. El enano gruñó y solo se aferro el torso del elfo al ver que el caballo empezaba a caminar.

Así emprendieron su viaje a Minas Tirith cabalgando lo más rápido posible siendo guiados por el Rey quien a la cabeza empezaba a regular su paso seguido de todos los jinetes listos para la lucha...porque esta vez Gondor necesitaba su ayuda y Rohan había decidido responder.

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𝘓𝘜𝘡 𝘋𝘌 𝘔𝘐 𝘝𝘐𝘋𝘈  ~  𝘓𝘦𝘨𝘰𝘭𝘢𝘴 𝘎𝘳𝘦𝘦𝘯𝘭𝘦𝘢𝘧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora