8: Sin palabras

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La oreja del castaño estaba posada sobre una roca mientras que todos guardaban el mayor silencio posible para que este no se desconcentrara. Llevaban ya días siguiéndoles el rastro a las criaturas y sentían que cada vez se acercaban más.

—Su paso se acelera. -se levantó. —Debieron habernos olido. Rápido corran.

Evangeline y Legolas corrían a la par mientras que Gimli apenas y podía seguirles el paso.

—Necesito un poco de agua. -El enano apenas podía hablar.

—Debemos seguir corriendo, ya habrá momentos para el descanso Gimli. -el enano solo miro de mala manera a la castaña quien corría bastante más adelante que el.

Al bajar una colina Aragorn encontró uno de los broches dados por la dama de lorien. Eso les daba aún esperanzas de que los hobbits estuvieran vivos.

Eva se quedó parada esperando al enano mientras los otros dos seguían corriendo unos metros adelante.

—Gimli rápido! -su grito hizo desconcentrar al enano haciendo que este tropezara y cayera colina abajo.
La cara de Evangeline se desconfiguro al ver al enano rodar en su dirección y no le dio tiempo de correrse cuando ya había sido derribada por este quedando tendidos los dos en el suelo.

—Ayyy mi cabeza. -Eva había quedado algo aturdida por el fuerte impacto.

—Creo que vomitare.

—Eva! -Legolas llego a su lado y observo desde arriba a la mujer que se encontraba tendida en el suelo sin intensiones de levantarse. —Estas bien? -la nombrada asintió y acepto la mano que el elfo le tendía para poder levantarse.

—Yo también estoy perfecto orejas puntiagudas, gracias por preguntar. -Gimli hablo mirando de mala gana a Legolas.

Todos volvieron a retomar el viaje, los orcos iban a un día de distancia y si aceleraban de paso podrían lograr alcanzarlos.

Al llegar a una colina todos observamos al horizonte.

—Rohan, ciudad de los señores de los caballos. -el castaño observaba todo muy concentrado tratando de ver un poco más haya. —Algo maligno les está dando velocidad a esas criaturas.

Sin haberse percatado el rubio había bajado la colina y se había posicionado sobre unas rocas a gran altura dándole una mejor apreciación del gran panorama.

—Legolas! Que ven tus ojos de elfo? -Aragorn tuvo que gritar debido a la distancia a la que se encontraba su compañero.

—El camino se desvía al noreste! Están llevando a los hobbits a Isengard!

—Saruman. -Eva miro a su hermano que solo asintió y empezó a correr nuevamente seguido de todos los demás.

Las horas que llevaban corriendo ya eran demasiadas y definitivamente necesitaban un descanso, aunque sea unos 5 minutos.

—Comeremos y beberemos algo. -Aragorn detuvo al grupo.

—Al fin! -Gimli cayó de espaldas al suelo mientras tomaba grandes bocadas de aire.

Aragorn se había alejado del grupo mientras que Eva y Legolas se sentaban en una roca a descansar.

—No te he agradecido por salvarme antes. -la castaña observo al rubio. —Si no fuese por ti yo...ya estaría muerto. -las palabras de él elfo hicieron que Evangeline recordará lo que había hecho y al recordarlo se ruborizo un poco y dejó de mirarlo.

—No es nada Legolas. -el nombrado también quería preguntar algo.

—Que significó eso? -y esa era la pregunta que Eva no quería, ni sabia, como responder.

𝘓𝘜𝘡 𝘋𝘌 𝘔𝘐 𝘝𝘐𝘋𝘈  ~  𝘓𝘦𝘨𝘰𝘭𝘢𝘴 𝘎𝘳𝘦𝘦𝘯𝘭𝘦𝘢𝘧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora