El castillo estaba repleto y a las afueras, en el gran jardín, se llevaba a cabo la coronación de ambos hermanos. Los dos castaños vestidos elegantemente, Evangeline con su vestido resplandecía como el mismo sol que esa mañana los cubría. La corona fue primero posada en el castaño, la corona del rey. Y luego el mago tomó otra mucho más delicada y detallada y la poso sobre la cabeza de la chica quien sonrio en respuesta. Ambos hermanos tomaron sus manos y se levantaron observando ahora a su pueblo.
-Ahora comienzan los días del Rey y la Princesa. Bien aventurados sean. -Al decir esas palabras todos se inclinaron mientras aplaudían a los que ahora eran sus gobernantes, los hermanos dijeron unas palabras.
-En este día no solo estamos celebrando a dos personas, sino a todos. -fue Aragorn quien comenzó hablando. -Juntos reconstrullamos este mundo compartiendo la época de la paz.
-Prometemos estar a la altura y poder darles siempre comodidad y una vida tranquila. Que la paz esté presente tanto en la tierra como en sus corazones. -la castaña terminó de hablar y todos empezaron a aplaudir y a gritar frenéticamente. Pétalos de flores empezaron a caer mientras que los dos hermanos empezaban a cantar una melodiosa canción al mismo tiempo en que caminaban entre la gente quienes se inclinaban antes ellos.
Legolas apareció junto a otro grupo de elfos dándole una leve reverencia a ambos, Evangeline sonrio al verlo y sintió como Aragorn llevaba su mano justo a la mano de Legolas quien no dudo en tomarla.
-Tienen mi bendición y aprobación. -con ambas manos rodeo la de los jóvenes quienes solo sonrieron. El rubio hizo un movimiento con su cabeza indicando atrás de él, dio paso a ahora el rey y se acerco a la castaña sin evitar tomarla de la cintura y besarla en ese mismo momento siendo aplaudidos por todos los presentes quienes felicitaban a la pareja y no se quedaron atrás al ver la misma acción por parte de Aragorn junto a Arwen que ahora mismo se encontraban juntos. Los cuatro se reunieron en un grupo mientras se sonreían y pétalos de rosas caían sobre ellos.
-Agradezco que mi hermano me haya dado una espléndida cuñada. -la elfa de cierto modo se sonrojo.
-Y tu ya sabes, la lastimas y -hizo una acción de cortar el cuello con sus manos. Legolas entendió perfectamente.
Los cuatro se acercaron a los hobbits que se arrodillaron rápidamente.
-Amigos míos, no deben inclinarse. -Aragorn hizo que los 4 levantarán la cabeza.
-Demostraron que son unos hobbits muy valientes y de un corazón honorable, somos nosotros quienes deben inclinarse. -todos siguieron la acción de Evangeline mientras que los hobbits estaban sorprendidos y veían como cada uno de todos ellos de inclinaban, se sentían orgullosos.
La fiesta comenzó y todos fueron invitados a palacio para degustar y divertirse.
Aragorn se encontraba junto a Arwen hablando con Lord Elrond quien estaba bastante feliz por su hija. Por otro lado teníamos a Gimli y a Eva bailando en medio de la pista junto a toda la demás gente mientras Legolas los observaba de lejos mientras comía y reía.
-Anda baila una sola vez conmigo. -el rubio no tuvo de otra que aceptar bailar con ella mientras el enano se burlaba de como bailaba.
Cansados se sentaron a comer algo, mientras ahora se les unía Aragorn.
-Princesa. -hizo una juguetona reverencia.
-Si de ahora en adelante me vas a a dar tratando así hermano mio, mejor que no me hables. -todos soltaron una carcajada mientras que Eva ahora fue sacada a bailar por su hermano. Todos los rodearon en un círculo mientras estos bailaban. No podían tener a mejores gobernantes que ellos, la paz había vuelto y no podían estar mejor.
La noche cayó y con ello la fiesta concluyo. Todos se fueron a sus casas mientras que el palacio quedaba completamente en silencio otra vez.
Evangeline vagaba por los pasillos del gran palacio que ahora era su hogar, se sentía a gusto en el y eso era algo bueno.Salio al jardín y vio la figura del elfo quien observaba desde la orilla todo el lugar, a paso cauteloso se acerco a él.
-No puedes dormir? -el rubio la observo mientras negaba.
-Solo pensaba.
-Algo te preocupa, lindo? -lo veía algo afligido.
-Estuve conversando con Gimli. -la castaña le prestaba atención. -Queremos ir y viajar por la tierra media, conocer lugares nuevos, personas nuevas, poder vivir nuevas aventuras ahora que ahí paz. -los ojos de Evangeline entristecieron. -Pero me negué, porque quiero estar aquí, quiero quedarme contigo. -tomo ambas manos de la chica, ella negó mientras sonría forzadamente.
-Ve.
-Que?
-Legolas ve, no puedes limitarte a perder tu libertad solo por mi. -por más que quisiera tenerlo cerca y estar con él, si el deseaba emprender una aventura ella no sería la razón por la que no lo hiciera.
-Pero...y nosotros? -sus palabras retumbaron por la cabeza de la castaña.
-Yo te esperaría Legolas, cada segundo de mi vida. Pero se que tu quizás nunca más vuelvas y... -fue interrumpida.
-Ven conmigo. -ella lo miró algo sorprendida. -Podemos irnos y ser felices juntos, formar una familia, casarnos, recorrer y conocer cosas nuevas, ayudar a Gimli a conocer una enana a su altura, podemos venir aquí siempre que tu lo desees porque al fin y al cabo eres su princesa y siempre lo vas a ser, tu hermano estaría de acuerdo, estoy seguro de eso, solo necesito que tu me digas si lo deseas tanto como yo...
Lo deseaba? Por supuesto que lo deseaba, pasar cada segundo de lo que restaba de su vida con el elfo e irse y poder formar esa familia que ella siempre quizo. Asintió.
-Que significa eso? Dime que si es lo que pienso? Estoy nervioso Eva, Joder!
-Si Legolas, Si! -no hubo sonrisa más grande que la de el rubio en ese momento. -Quiero irme contigo!
Con alegría elevo a la mujer entre sus brazos mientras la besaba y daba vueltas en el aire.
-Estamos juntos? -junto sus frentes mientras la bajaba.
-Siempre juntos.
No había nada más que bello que ese momento, se irían y serían muy felices, ambos juntos. O eso es lo que esperaban, pero como todos sabemos, donde hay luz siempre debe haber oscuridad y las almas malheridas son las peores enemigas...
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𝘓𝘜𝘡 𝘋𝘌 𝘔𝘐 𝘝𝘐𝘋𝘈 ~ 𝘓𝘦𝘨𝘰𝘭𝘢𝘴 𝘎𝘳𝘦𝘦𝘯𝘭𝘦𝘢𝘧
FanfictionLa batalla apenas comenzaba. El anillo único usaba toda su voluntad para volver a su amo y la tierra media se convertía en un caos. En el gran palacio del señor de Rivendel, hombres, elfos y enanos llevaban a cabo un concilio donde se determinaría e...