Estaban todos terminando de instalar las tiendas de campaña, el Rey Theoden se habría paso entre le gente siendo seguido por sus jinetes. Observo todo el lugar y todos los soldados que llegaban, eran pocos. Comparados con las fuerzas de Mordor, no eran ni la mitad de estas, el enemigo debía a de tener el triple más que el ejército de ellos.
—Caballos inquietos...y hombres callados. -el elfo caminaba junto a la mano de Eva y a su lado el enano.
—Están inquietos, no les simpatiza estar al lado de esta montaña. -Éomer apunto a la grieta que había en esta mientras un viento helado recorrió sus cuerpos.
—A donde conduce ese sendero? -el enano miro de reojo.
—Hacia el bosque sombrío y entra en la montaña. -los ojos del elfo estaban estáticos mirando el lugar.
—No han vuelto quienes han entrado, la montaña está embrujada. -se dio la vuelta y se fue del lugar.
Un bufido del enano se escucho.
—No que le tuviera miedo a esos embrujo. -empezó a caminar seguro de sí mismo hacia la montaña mientras era seguido con la mirada por la pareja.
Al estar frente a la avertura, dispuesto a entrar, el viento helado volvió a invadir su cuerpo y sentio el crujir de la montaña haciendo que tragara en seco y se alejara de esta dando pasos hacia atrás, se espanto al chocar con algo.
—Por mi barba! Para la próxima avisa que estar ahí orejas puntiagudas. -el elfo rió ante la reacción del enano y Eva los llamo para que fueran a comer algo, el viaje había sido algo agotador.
La noche llegó y con ello la hora en la que todos ya descansaban, al contrario de algunos guardias que estaban de turno, y los tres amigos que espiando al castaño, se acercaron a la carpa donde había entrado Aragorn mientras el rey salía, al estar ya a un costado empezaron a oir la conversación que sostenía el montaraz junto con Lord Elrond quien había venido desde Rivendel para hablar con Aragorn. Ya sabían los planes que este tendría luego de la conversación por lo que rápidamente al escuchar que ya había terminado, corrieron el dirección contraria para no ser descubiertos por ninguno de los dos.
—Creo que emprenderemos otra travesía. -los tres prepararon sus armas y un poco de comida en sus caballos mientras que los dejaban escondidos tras unas tiendas mientras llegaban a donde estaba el señor de Rivendel.
—Mi señor Elrond. -Evangeline y Legolas hicieron una leve reverencia.
—Legolas y Evangeline, un gusto verlos. -observo sus manos entrelazadas. —Veo que esto ya viene de familia. -el sonrio mientras tocaba el hombro de la chica. —Thranduil es mucho más complicado de convencer que yo, deberás tener paciencia. -la muchacha bajo la cabeza algo apenada. —Bien, mi misión a terminado aquí. Espero y nos volvamos a ver. -observo al Gimli. —Lo mismo para ti, mi señor enano. -sin más monto en su caballo y desapareció de sus vistas.
—Gimli, ve a sentarte a ese banquito y actúa normal. -el enano con sus cortas piernitas a sentarse mientras Aragorn ya venía en su dirección.
—A donde vas? Voy contigo. -se levantó mientras el castaño negaba.
—No está vez, tienes que quedarte Gimli. -el enano solo hizo una mueca mientras por el otro lado de Aragorn, Legolas y Eva llegaban con sus caballos.
—Que no has escuchado de la obstinación de los enanos? -Legolas acario a Arod mientras Eva observaba con una sonrisa a su hermano.
—No te queda de otra, hermanito. Tu no vas a ningún lado sin nosotros.
—Resignate Aragorn, vamos contigo. -el hombre solo rió mientras montaba a su caballo, el resto siguió su acción y así empezaron a cabalgar en dirección a la entrada de la montaña, sin saber que sorpresas pudieran encontrarse dentro.
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𝘓𝘜𝘡 𝘋𝘌 𝘔𝘐 𝘝𝘐𝘋𝘈 ~ 𝘓𝘦𝘨𝘰𝘭𝘢𝘴 𝘎𝘳𝘦𝘦𝘯𝘭𝘦𝘢𝘧
FanfictionLa batalla apenas comenzaba. El anillo único usaba toda su voluntad para volver a su amo y la tierra media se convertía en un caos. En el gran palacio del señor de Rivendel, hombres, elfos y enanos llevaban a cabo un concilio donde se determinaría e...