𝘓𝘜𝘡 𝘋𝘌 𝘔𝘐 𝘝𝘐𝘋𝘈 ~ 𝘓𝘦𝘨𝘰𝘭𝘢𝘴 𝘎𝘳𝘦𝘦𝘯𝘭𝘦𝘢𝘧

11: Creo que empiezo a quererte

Estaban todos en la sala del Trono mientras que los niños que acababan de llegar estaban comiendo ansiosos. Quien sabe desde hace cuantos días no habrían probado bocado. Saruman era el causante de tal vileza y el Rey debía pelear, debía proteger a su gente.

—Éomer y sus hombres aún les son leales, el regresara. -el rey negó ante las palabras de Aragorn y se levantó de su Trono.

—Deben estar a las de 1.400 kilómetros al menos. Éomer no nos salvará, se que esperan que pelee pero no puedo traerle más desgracias a mi pueblo, no me arriesgare a una guerra. -Eva intervino en sus palabras.

—La guerra ya inició, aunque usted no quiera verlo.

—Lo último que supe es que Theoden es Rey de Rohan, no Evangeline. -la nombrada no bajo la cabeza en ningún momento y su mirada hacia el rey era amenazante y reflejaba reproche. Un eructo por parte de Gimli suavizo un poco la situación pero su acción no pasó desapercibida por el elfo quien golpeo su cabeza debido a lo irrespetuoso que había sido.

—¿Es la última palabra del rey? -Gandalf fue el que se acerco a él ahora.

Theoden no respondió y solo salió de la sala dejando a todos allí con las palabras en la boca. Fue seguido por Gandalf, el castaño, el enano y la rubia debido a que había empezado a dar órdenes de evacuar. Eva no quizo salir puesto que se estaba terminando un trozo de pastel que no dejaría inconcluso. Y el elfo como siempre no quería dejar pasar la oportunidad de estar con ella, a solas.

—Es una idea mía o estabas dispuesta a desafiar a un rey? -Legolas tomo asiento a su lado.

—No le tengo el más mínimo miedo, y se que el solo actuó por impulso, quiere proteger a su gente. -bebió un poco de agua mientras la mirada del rubio caía sobre ella. —Que? Tengo alguna mancha en la cara? -empezo a pasarse la lengua por la comisura del labio pensando que tenía algo. Legolas solo rió y negó con la cabeza.

—Te he dicho que eres la mujer más hermosa que han visto mis ojos? -las palabras de él hicieron que la castaña se sorprendiera y miraba con confusión y un sentimiento extraño al elfo.

—De que estas hablando? -el rubio a su lado sonrio.

—Eva, eres lo más hermoso que mis ojos han visto. -esta vez tomó su mejilla y ante tal acto la castaña cerró sus ojos. —Eres perfecta ante estos ojos, y creo que decirte que me estoy empezaron a enamorar esta de más. -su corazón empezó a latir a mil por hora y sentía que en cualquier momento se desvaneceria.

Sin embargo ella no se quedó atrás, por las abrumada e impactada que se sintiera, ella sentía lo mismo, se estaba enamorado del elfo de cabellos dorados siendo que se había prometido no volver a hacerlo.

—Eres la razón por la que estoy volviendo a creer en el amor, rubio. -la mirada de él se iluminó haciendo que sus ojos se volvieran el lugar favorito de Eva en ese instante. Se empezó a acercar a la castaña sin que esta lo detuviera, junto sus frentes haciendo que ambos cerraran los ojos.

—Puedo? -su voz era tan suave y delicada que fue música para los oídos contrarios. Ella solo asintió y el, sin esperar alguna otra respuesta, acerco por fin sus labios a los de Eva y se unieron así en un deseado y perfecto beso.

Sus labios encajaban a la perfección y había un sabor dulce en sus bocas debido a la torta que anteriormente estaba comiendo la chica. El beso era lento y delicado, simplemente un acto hermoso, Legolas la tomó de la cintura atrayendola más a el profundizando así un poco más el beso. El bello momento fue interrumpido por una voz.

—Oye orejas puntiagudas deberías ir a...-Gimli vio a los jóvenes que se separaron rápidamente al oír su voz. —oh! Yo siempre interrumpiendo en los mejores momentos. -golpeo su frente mientras los jóvenes lo observaban. —Estem...Aragorn los llama, Theoden esta haciendo a todos evacuar al Abismo de Helm. -los tres salieron del palacio y vieron todo el movimiento de la gente que ya empezaba a empacar su cosas para partir.

Todos nos dirigimos al establo donde Aragorn y Gandalf yacían hablando. Las últimas palabras de Gandalf fueron que al quinto día miremos al este y sin más partió sobre sobragris a quien sabe donde.

—Bien, prepárense. -Todos ensillaron los caballos e incluso le dieron uno a Eva quien ya no viajaría con Legolas, en su lugar sería Gimli.

Sin embargo Eva vio algo inusual entre la chica Éowyn y su hermano. Sólo se concentro en observar los movimientos de la chica mientras hablaba con su hermano quien controlaba al caballo.

—Ahora cambiaron los roles linda? -Legolas se acerco con Arod a la castaña quien tenía su ceño fruncido.

—No es eso, es solo que se ve que por parte de la chica ahí segundas intenciones. -dejo de observarlos y le dio una manzana a su caballo quien la acepto mientras que recibía caricias de la chica.

—Deberías dejar que tu hermano se encargue, además será un caso perdido para ella, el corazón de tu hermano le es fiel a Arwen. -ambos se dirigieron a las afueras del establo mientras buscaban al enano quien se había ido en busca de algún lugar para afilar su hacha.

—Hey Gimli! Debemos irnos. -Legolas llamó al enano quien se veía a lo lejos.

Legolas ayudó a subir al enano antes de subirse el, Eva quien ya estaba arriba espero al elfo para ambos caminar a la par.

Al estar ya en marcha, había un gran silencio entre los tres presentes que Gimli rompió.

—Siento que estoy estorbando, pero para su mala suerte, tengo piernas cortas y no puedo manejar un caballo de estos. -ambos prestaron atención al enano. —Pero no se preocupen por mi, yo no mencionaré nada hablen como si yo no estuviera aquí, tranquila Eva ninguna palabra saldrá de mi boca hacia tu hermano. -la castaña rió mientras volvía su vista al frente, y el elfo pegaba un codazo al enano. —Yo solo trataba de ayudar. -se quejo un poco ante el dolor del golpe causado por el elfo.

Su viaje siguió tranquilo y relajado con una que otra charla de intermedio sin saber el desastre que ocurriría solo unos momentos después, en especial para Evangeline...