PT21: Fiesta II

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–Vaya, Kim– Soltó el pelinegro bajando las escaleras.

–Mmh... Jeongin, quiero hablar contigo– Dijo quitando la mirada de Han para dirigirla al menor.

–Jeongin: ¿Tú quieres hablar conmigo? Que raro. Lo siento, ahora no puedo, voy de salida.

–Seungmin: ¿Eh? Hace unos minutos estabas hablando conmigo por teléfono, me dijiste que viniera.

–Jeongin: Yo no te dije eso.

–Seungmin: Ya... Pero estoy aquí.

–¿Y?– Dijo mientras descolgaba un suéter del perchero e intentaba colocárselo– Seungmin, vuelve después.

–Espera, ¿con quién vas?– Comenzó a caminar trás él, quien iba saliendo por la puerta después de despedirse de Han con la mano.

–Con Bangchan y Changbin... Creo que irá Hyunjin también, no lo sé– Respondió cerrando la puerta principal.

–Jeongin, por favor... Déjame hablar contigo– Le pidió con un tono quejumbroso.

–Jeongin: ¿De qué quieres hablar? No entiendo.

–Seungmin: Pues, ya sabes.

–Mañana hablamos, tengo que irme– Volteó con intenciones de largarse de ahí.

–Seungmin: Puedo... ¿Puedo ir contigo?

—Jeongin se detuvo automáticamente, girando un poco la cabeza con una sonrisita— ¿En serio?, ¿quieres venir?

–Pues... Si no me vas a escuchar, sí– Respondió cabizbajo, jugando con los dedos de sus manos.

–Como quieras, Kim. Ven– Soltó triunfante mientas se giraba de nuevo para caminar, teniendo al castaño yendo trás él.

~

–¡Seungmin! Cuánto tiempo– Dijo Bangchan dándole un abrazo junto a una sonrisa.

–Changbin: Sí, nunca sales de tu casa, ¿verdad?

—Seungmin rodó los ojos— La última vez que nos reunimos todos, ustedes se quedaron dormidos en su casa.

–Tal vez no estaban durmiendo– Murmuró Hyunjin, riéndose solo mientras bebía de su vaso, antes de recibir una palmada en el brazo de parte de Changbin.

–Es un milagro que ustedes dos vengan juntos– Volvió a hablar el más bajo.

–Bangchan: Es cierto, según lo que me contaron ustedes se llevan mal.

–Jeongin: Las cosas cambian.

-

Jeongin se sentó en una mesa cerca de la barra, al igual que Seungmin, quien lo siguió y se sentó a su lado. Al fin y al cabo, no fue para divertirse sino para hablar con él.
No pidió nada más de beber que un vaso de agua, a diferencia del menor, quien pidió una botella para él solo y la fue bebiendo mientras Seungmin hablaba.

–Estás bebiendo mucho, ¿no crees que deberías parar?– Sugirió el castaño, viendo bien los ojos atentos del más bajo, los cuales brillaban y por un momento parecían inocentes. Era como ver a otra persona.

–No, estoy bien– Respondió con tranquilidad mientras se servía otro trago.

–Seungmin: Ni siquiera sé si de verdad me estás escuchando, pareces más concentrado en beber que en entender lo que te digo.

–Jeongin: ...A ver, te estoy escuchando- pero... En ninguna parte dices que te gusto, ¿entonces?

–Llevas la mitad de esa botella, basta– Dijo mientras tomaba de la mano a Jeongin, deteniéndolo de tomar el vaso otra vez.

–Jeongin: ¿Me puedes hablar claro?- No sé- ¿me dices? No entiendo.

–Seungmin: Eres muy lindo y... No sé si tu forma de ser me molesta o me atrae como loco, lo estoy por tú culpa, ¿tu forma de conquistar a alguien es tratarlo mal y luego seducirlo así?

Jeongin parpadeó un par de veces y luego comenzó a reír— Me gustas mucho, Kim Seungmin.

–Responde lo que te digo...

–¿Cuál era la pregunta?– Se soltó del agarra que tenía en su mano, sirviéndose tal vez el último trago que bebería esa noche.

–¿Qué harías en mi lugar?

–¿En tu lugar?- No lo sé, debe sentirse lindo ser tan lindo y poder a enamorar a la gente con esa sonrisita– Expresó mientras se levantaba de su lugar con el vaso en la mano, comenzando a caminar hacia la barra, donde estaban sus amigos.

–¡Quiero hacer un brindis!– Exclamó el pelinegro, tan fuerte, que Seungmin escuchó desde donde estaba sentado.
–¡Yo quiero brindar...- por el chico que está allá!– Se giró y señaló a Seungmin, quien suspiró y se cubrió el rostro con ambas manos.
–¡Porque me utiliza, y me gusta que me utilice porque me gusta él, porque me odia y yo odio haberlo odiado!- ¡Salud!– Gritó por última vez antes de beberse de un sólo trago todo el licor que se había servido.

Los tres chicos se giraron hacia Seungmin, miradas confundidas, sorprendidas y una de alguien que quería morirse de risa; la de Hyunjin.

Además de llamar la atención de sus amigos, llamó la de casi todo el local por haber hablado tan fuerte. Quería morirse de vergüenza.

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DRUNK | SEUNGINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora