DRUNK | SEUNGIN

PT8: Molesto

Ya era de noche

Seungmin estaba sentado en el sofá, chateando por chat con su amigo mientras mantenía un vídeo de fondo en su televisión.

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–Minho: Tengo que decirte algo, pero no te va a gustar...

—Seungmin rió levemente— Ahora con qué va a salir...

–Seungmin: ¿Qué pasa?

–Minho: Jeongin... Llevará la gorra que dejaste en casa de Han.

–Seungmin: Estás jodiendo
¿VERDAD?

–Minho: No, Han me dijo que Jeongin ya salió de la casa, y por hacerte el favor, te la llevará.

–Seungmin: Pudiste haberlo hecho tú cuando fueras a su casa de nuevo.

–Minho: Sólo abres, tomas tu gorra, y cierras. No es para tanto.

–Seungmin: Nisiquiera me dan ganas de abrir la puerta.

—Seungmin apagó el teléfono y lo colocó sobre el sofá
Suspiró antes de pasarse las manos por la cara con estrés.

Pasaron unos minutos hasta que por fin tocaron la puerta, Seungmin simplemente se levantó con molestia.

Caminó rápidamente, decidido a seguir los consejos de Minho y seguir lo que estaba haciendo en paz.

—Seungmin abrió la puerta.

-

–Bien, dámela y vete– Dijo Seungmin, justo en el momento que vió el rostro del chico en la entrada.

–Jeongin: ¿Y estás son tus maneras de agradecerle a alguien?

–Seungmin: Tú no puedes tener ninguna buena intención...

—El chico se abalanzó hacía el menor, tratando de alcanzar la gorra con una mano— ¡Dámela!

–¿Cómo se dice?– Dijo aún inclinándose para evitar que Seungmin pudiera tomarla.

–No-- No te diré nada!– Seungmin comenzaba a dar pequeños saltos.
–En primer lugar, ¿Para que vienes si sólo quieres molestar?

–Porque me encanta joderte, Seungmin– Dijo empujándolo, mientras con la mano jugaba con la gorra.

–Seungmin: Eso ya lo sé, pero ya tuve mucho por hoy– Dió unos pasos hacía atrás para llegar a la entrada– Sí no me la vas a dar, vete. No voy a pelear por un simple gorro.

Seungmin se dió la vuelta e intentó cerrar la puerta

–Espera un momento– Jeongin interrumpió, colocando una de sus manos sobre un extremo de la puerta.

–Seungmin: Quítate si no quieres que te lastime los dedos.

–Jeongin: Vaya, que peligroso eres, eh.

—Seungmin fingió una risa— Lárgate.

–Pues, sabes que no me gusta seguir órdenes.