Anclada al mar

CAPITULO CINCO "TACOS"

Johana

-Han pasado dos años desde la última vez que recibí una llamada tuya- dije ante su comentario tan empalagoso.

-Llevas la cuenta, se nota que me extrañas demasiado - estaba siguiéndome el juego.

-Eres un tonto- conteste mientras mostraba una pequeña sonrisa en mi rostro

-Lo siento, estoy demasiado ocupado en los entrenamientos- sabía lo que era entrenar, además el entrenamiento nacional para los juegos Panamericanos era riguroso, no se permitía tener distractores y el celular era un claro ejemplo de eso.

-Lo entiendo, sé que falta muy poco para la competencia - mencione con tono comprensivo.

- Tenemos muchas cosas de qué hablar- quería platicar de lo que pasó con nosotros hace unos años, quería arreglar las cosas, los dos nos equivocamos, pero la amistad que siempre hemos tenido, quería recuperarla. -Me enteré de que has vuelto, hoy tengo la tarde libre, paso por ti para ir a cenar, a nuestro lugar de siempre-

- Perfecto- tenia muchas ganas de verlo.
______________________

El resto de la mañana me la pasé en mi habitación acomodando mis cosas que habían traído los de mudanzas, hace tanto tiempo que no salía con nadie que no fuera Carlos o mi madre, estaba emocionada, empecé a buscar algo que ponerme, encontré unos jeans negros, botas negras con un poco de tacón, blusa de cuello alto negra con una chaqueta de cuero negra, me maquille un poco y alacié mi cabello pera que no se esponjará. Solo me faltaba lo mas importante pedirle permiso a mi padre.

Sali de mi cuarto en dirección a su oficina, no estaba ahí, su secretario me dijo que estaba en la piscina por el entrenamiento, empecé a caminar para buscarlo,
Entre a esa área y pude ver a Agustín acomodando trofeos en la sala de la fama que teníamos, cuando me estaba acercando para saludarlo pude notar que no eran trofeos cualquieras, eran mis trofeos y medallas, mama de seguro las envió aquí.

-Hola señorita Johana, que hermosa se ve ¿vas a salir? - comento Agustín con una gran sonrisa, pero yo no podía pensar en nada que no fueran mis cosas puestas en esa vitrina.

- ¿Qué hacen mis cosas aquí? - dije manteniendo la vista en la vitrina, estaba enojada, sabía que él no tenía la culpa, pero no era buena conteniendo mi enojo.

-Su madre las envió, quería ponerlas en el salón de la fama de su familia- lo sabía, tenía que ser mi madre metiendo sus narices donde no le importa - Su padre entiende que por el momento no quiere que conozcan que pertenece a la familia MacKoch, entonces decidió ponerlas aquí- dicho esto cerro la vitrina y tomo las cajas ahora vacías.

-Si mi disculpa señorita Johana, tengo que retirarme.

-adiós- no podía apartar mi vista, había una foto en la que estaba abrazada a Diego durante una de nuestras primeras competencias de nacionales, los dos habíamos conseguido el oro.

Era imposible olvidar ese día, apenas salió de la piscina corrió hacia mí, me pidió ser su novia, todo el publico nos estaba viendo, era tan feliz a su lado, todo fue como un cuento de hadas.

Escuche una voz que me hablaba, pero estaba tan concentrada en mis pensamientos que no me importaba.

-La gran Johana Alarcón está aquí- claro esa voz solo podía ser la ridícula de Salma.

Volteo en dirección a donde la escuché, pude observar a los dos equipos de natación, acaban de salir de las duchas después de un largo entrenamiento, ahí estaban otra vez esos ojos, tenía el cabello mojado, unas cuantas gotas de agua escurrían de él, con un pants deportivo color negro, tengo que admitir al tener unas facciones tan marcadas con un cabello y ojos negros le combinaba de maravilla, a su lado venían otros chicos muy atentos a los que estaba pasando.