CAPÍTULO CUATRO "MAZATLÁN"

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Johana

Esta era mi última semana de clases, pronto empezarían las vacaciones, después la universidad, sin embargo, había hablado con mama sobre tomarme un año antes de escoger una carrera, lo platico con Jennifer mi psicóloga y llegaron a la conclusión de que era lo mejor.

Pero mi idea de quedarme en casa a hacer absolutamente nada se había esfumado.

-Creo que lo mejor será que este año que te tomes vivas con tu padre- podía aceptar muchas cosas de mi madre, pero vivir en esa ciudad, con Papá era la peor idea que se le pudo haber ocurrido.

-Creo que es la peor decisión que has tomado en tu vida - dije mientras cerraba el libro que estaba leyendo en la pequeña biblioteca de la casa, llevábamos las últimas semanas discutiendo sobre esto, siempre terminábamos con el mismo resultado, enfadadas.

-No puedes estar aquí un año sin hacer absolutamente nada - podía notar que mi mamá está empezando a perder la paciencia.

- Claro que haré algo, saldré a correr, leeré libros acabo de empezar uno, la chica tiene cáncer y se enamora de un chico que escucha por la radio, claro y puedo conseguir un trabajo de medio tiempo - de verdad no me quería mudar.

-Si quieres trabajar, hablaré con tu padre pude conseguirte un trabajo en el club - contesto mi madre mientras se sobaba la sien. - Ya está decidió, de iras en una semana, empaca tus cosas-

Mamá no podía entender que no quería dejar la seguridad de mi cuarto, mi casa, mi ciudad, volver ahí después de tantos años solo iba a ser una tortura

...........

-Me comentaron que no estás muy de acuerdo con mudarte- Me encontraba platicando con Jennifer - sé que puede ser duro volver a esa ciudad, pero tal vez es lo mejor, han pasado cuatro años, debes empezar a cerrar estos ciclos y empezar otros, debes de seguir con tu vida- lo que menor quería era olvidar, tener el recuerdo presente conmigo me recuerda lo feliz que alguna vez fui, puedo sonar egoísta, pero quiero esa felicidad, aunque tenerla me lastime y me mate lentamente.

-No me dieron opción, claro que no estoy de acuerdo - mencione sin muchos ánimos.

-Johana en este tiempo me gustaría hablar contigo al menos tres veces a la semana, además sabes que me puedes llamar en cualquier momento, si estoy consultando apenas termine te regresaré la llamada - Jennifer es una chica muy linda, ha sido mi psicóloga tantos años que podemos decir que nos hemos encariñado, saber que al menos algo no va a cambiar me reconforta, los primeros años que sufría ataques de pánico ella fue la única que me ayudaba a mantenerme de pie.

-Te llamaré si lo necesito - esperaba no tener que llamarla, porque si era así algo verdaderamente malo debía ocurrir.

-Cuéntame cómo te fue esta semana en el instituto- la verdad desde el escándalo en el torneo de natación las cosas se complicaron, mi idea de pasar de desapercibido mis últimos días de clase me fueron imposibles, los alumnos se enteraron de una vida que solo intentaba ocultar.

-Nada bien, pero lo sobrellevo- dije apenas en un susurro, pasamos un rato más hablando de cosas sin sentido hasta que fue el momento de despedirnos

-Entonces creo que esta será nuestra última sesión presencial, cuídate mucho- no negaré que me sentí triste al despedirme.

-Tú también cuídate - me puse de pie y le brindé un pequeño abrazo, no sé cuánto tiempo estaría fuera, pero la extrañaría

................

Carlos y mi madre me acompañaron al aeropuerto, llevaba solo una pequeña maleta y mi mochila de todos los días, mis demás pertenencias llegarían después por paquetería, tenía una pisca de esperanza de no irme, pero entre más llegaba la hora de abordar ese avión menos existía. Estuve todos los días rogándole a mi madre que me dejara quedarme, nada sirvió, frente a mi último intento fallido me resigne, despide a Carlos con un beso en la mejilla y un cálido abrazo, él me tendió una pequeña caja, me pidió no abrirla hasta que estuviera en el avión, acepte.

Anclada al marDonde viven las historias. Descúbrelo ahora