𝑺𝒕𝒓𝒂𝒏𝒈𝒆 𝑳𝒐𝒗𝒆 (IraxReichel)

I

Tu eres como mi Ángel Guardián

El sonido del timbre fue lo único capaz de sacarme de mi trance, he  girado mi rostro para ver si Maya seguía allí, para mi no sorpresa ni un solo rastro de ella se encontraba en el escritorio de mi izquierda, desde el ingreso de Regina parecía que tomo pertenencia total de mi mejor amiga.

Su ingreso...

Ya han pasado un par de semanas ¿cuantas eran exactamente? ¿Una, dos? No lo recuerdo, se que no a sido más de un mes de eso estoy segura aún así a sido el tiempo suficiente para que una gran cantidad de cambios surgieran.

La Tierra y el reino de Splendorius han comenzado una muy buena alianza, ambos mundos cuentan con lo necesario para complementarse y lograr una armonía apropiada.

Debido a todo el caos que vivió el reino de Splendorius muchos de los jóvenes han quedado atrasados en sus estudios, por eso mismo nuestra Escuela Bahía de Concha Marina con ayuda de Johnny han ofrecido unas becas para ayudarlos, becas que con clases extra planean poder poner al día a quienes lo deseen evitando por completo el problema de cursos atrasados, es gracias a eso que Regina puede estar en nuestro grado sin problema alguno.

Regina...

Ella es una de las partes de María Angelica su parte que representaba el egoísmo ese lado que absolutamente cualquier humano tiene, ella logró crecer como persona y desarrollar ese lado bondadoso, si ella fue capas de lograrlo y fue perdonada me pregunto si el también podría hacerlo...

*TRAN*

-¡¡¡AHHHH!!!-

El sonido del trueno acompañado por el grito de Rory me sacaron de mi trance nuevamente, nisiquiera recordaba el hecho de que Rory estubiera durmiendo en mi escritorio, espera...

¿cuando es siquiera que me distraje?

Esto me ha pasado desde hace un par de semanas, pienso en algo y terminó llegando al mismo pensamiento de... ¡¡¡MALDICION!!! Otra vez lo estoy haciendo.

-Reichel, por favor ya vámonos- Rory esta notablemente asustado por la tormenta de afuera, me he apurado para guardar las cosas que aún permanecían en mi escritorio, me  coloque mi mochila y he acunado a Rory entre mis brazos tratando de calmar sus persistentes temblores que tras unos instantes ha caído dormido nuevamente, he mirado a mi alrededor era la última que quedaba en la clase, por supuesto que sí... Esto era grandioso, me fijé en el reloj ubicado encima del pisaron para verificar la hora, Diablos, ya era realmente tarde.

Casi corriendo sali de la clase baje hasta la entrada de la escuela con un Rory dormido entre mis brazos,  como pude me cambie mis zapatillas en la entrada solo para darme cuenta de que mi paraguas no estaba, yo lo tome en la mañana no? ¿Lo deje en algún lado? He hecho memoria y...

-Hija, no olvides tu paraguas eso es sol de lluvia- dijo papá.

-Reichel escucha a tú padre el sabe de lo que habla- reafirmó mamá.

Solo dije que sí, pero para ser honesta no les preste la atención suficiente, incluso en ese momento mi mente vagaba en otro lado.

Me regañe internamente por no prestar la atención suficiente, por permitirme seguir así, ahora tendría que esperar a que la tormenta cesará y esoe haría llegar aún más tarde, bueno no es como si en casa alguien me esperará, mamá tiene turno nocturno y papá salió de viaje esta mañana.

-ahh- solté un suspiro mientras me sentaba en la grada que divide los casilleros de los zapatos de el pasillo principal, esto será largó y mejor estar cómoda, sin darme cuenta el agotamiento a comenzado a inundar mi cuerpo por si fuera poco tampoco e podido conciliar el sueño, soy un completo desastre, mis párpados pesan y hago lo posible por no dormir, una brisa helada acompañada de un olor que me arrebata el sueño de golpe, un olor que solo pude apreciar de serca en una ocasión pero que fue suficiente para dejar marca.

Parandome casi de golpe mirando a mis alrededores algo desesperada, buscaba al dueño de ese aroma, pero no había nadie...
El leve gemido de incomodidad de Rory ante mi brusco movimiento me a calmado, me disponía a sentarme  hasta que lo vi, un paraguas de color azul que se encontraba tirado en el suelo solo a solo unos cuantos centímetros de donde yo antes estaba sentada.

Mientras tomaba el paraguas para irme a casa no pude evitar que una sonrisa se apoderara de mi rostro.