VI

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Esta ciudad es extraña o quizás solo es que no estoy acostumbrado a estar rodeado de tanta gente, me dan ganas de apartarlos y mantener mi espacio personal, pero realmente no puedo, supongo que lo que pasa cuando habitas con tantas personas

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Esta ciudad es extraña o quizás solo es que no estoy acostumbrado a estar rodeado de tanta gente, me dan ganas de apartarlos y mantener mi espacio personal, pero realmente no puedo, supongo que lo que pasa cuando habitas con tantas personas.

Un tiempo a pasado desde que la vi, desde que tontamente le aventé un paraguas y escape como un niño tonto, desde ese momento sin darme cuenta comencé a deambular por las calles de la ciudad con más frecuencia, es una ciudad agradable, una ciudad muy tranquila, sus habitantes son amables, todo eso solo me lleva a pensar en lo cerca que estuvimos de destruir todo esto, casi condenamos a todas estas personas a un verdadero infierno...

Realmente...

Realmente odio lo que hice...

Odio el daño que cause...

Me odio por todo esto...

Realmente desearía poder revertir el daño que cause en mi idiotez, realmente quisiera poder remediarlo, poder ayudarlos, pero puede que sólo sea un acto egoísta que hago con la única intención de aliviar mi culpa.

—¡Ah!- El grito de una chica me saco de mis pensamientos, sin darme cuenta choque con una mujer mientras caminaba.

—Mira por donde vas- Fue lo que salio de mi boca con fastidio.

—¡Tu eras el que no miraba por donde pasaba! ¡Idiota!

Mis ganas de contestarle no faltaron pero note algo, note el latir de su corazón, su corazón llenándose de enojo, llenándose de ira... incluso sin quererlo sigo causando estos sentimientos en las personas, realmente soy de lo peor.

—Yo... tienes razón perdóname... fue mi error, déjeme ayudarle...- Tras decir eso extiendo mi mano a la chica que aun permanece en el suelo, puedo notar como su seño se suaviza junto al latir de odio en su corazón, aceptando mi ayuda se pone de pié.

—Me disculpo también, no debí de explotar contra ustede...- Me da una suave sonrisa antes de ver el reloj en su muñeca y soltar un pequeño grito- ¡demonios! ¡llegó tarde!

Con eso dicho la chica salió corriendo, bueno al menos no podría ser peor, realmente tengo que dejar de ser tan problemático.

El sonido del timbre le pareció divertido interrumpir mi autodesprecio sonando con su horrible sonido ¿Quien fue el genio que invento esa tontería? Creo que no existe ruido más molesto que eso, siento pena por los que tienen que escuchar eso todo el tiempo.

—Eso es el sonido del timbre- Fue lo que me dijo Reichel cuando pregunte con duda sobre el sonido de la puerta- Es parecido al que usan en las centros educativas para anunciar los cambios de períodos.

—¿Isti que? ¿Cambios de que?- incluso si no hubiera perdido mi memoria realmente nunca estuve familiarizado con cosas como esas, entonces estaba mil veces más perdido.

𝑺𝒕𝒓𝒂𝒏𝒈𝒆 𝑳𝒐𝒗𝒆 (IraxReichel) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora