❝ᴄᴏɴᴏᴢᴄᴀᴍᴏɴᴏꜱ..❞

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En la ciudad de Teyvat, existe un bello pueblo conocido como "Mondstadt", este, era especial en hacer el mejor vino del país. Por las noches los bares se abren de 18:00pm a 3:45am y se intenta mantener seguridad, todas las noches, va un joven de cabello azul oscuro con pelo largo en frente de tono verde celeste, con unas notables trenzas bastante reconocibles, el era Venti.

― o-otro vino más.. Diluc. ― musitó, dirigiendo su mirada a Diluc, quien lo veía decepcionado.

― estás tomando de más.. ― El menor le sonrió, negando con la cabeza. ― creéme, te hará mal otra copa, ya has tomado 12. ―

― cuídate. _ fue lo último que escuchó Venti antes de salir, moviéndose hacía todos lados sin poder mantener su propio equilibrio.

Mientras tambaleaba cruzaba por sectores peligrosos, en especial callejones donde se juntaba mala gente, como drogadictos y psicópatas.

Como iba borracho no tenía en cuenta en donde estaba.

― vaya.. y quién es este pequeñín..? ― no reaccionó, solo emitió un sonido agudo e intentó escapar.

― ¿¡a dónde crees que vas?! ― gritó, alertando a Venti y obligando a sus piernas a correr pero del puro miedo no reaccionaban, provocando que este en vez de huir se cayera al piso.

Antes de perder la conciencia, pudo oír aquellas risas que lo marcarán de por vida.

A la mañana siguiente, cruzaba la paz y tranquilidad que solía ser aquel callejón por el día, un ser inocente llegaba a tirar basura

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A la mañana siguiente, cruzaba la paz y tranquilidad que solía ser aquel callejón por el día, un ser inocente llegaba a tirar basura.

― qué es.. Oh por Dios!! ― gritó, soltando un chillido corrió en dirección al cuerpo que parecía estar muerto.

No tardó la autoridad en llegar y descubrir el cuerpo casi muerto de Venti, fue llevado de urgencia al hospital y ahí quedó un par de días en tratamiento intensivo.

- Uh..? - despertó Venti, con unas nauseas y dolores de cabeza increíblemente fuertes.

― Buenos días, me alegra que haya despertado, pequeño. ― habló un doctor de reconocibles características, Venti lo miró y luego miro sus brazos, un poco morados debido a los pinchazos.

― estuvo un tiempo hospitalizado por heridas en los brazos, piernas y cabeza, además de sustancias que llevaba en el cuerpo. ― comentó el doctor peliverde.

― sustancias? no he ingerido drogas.. ― mencionó el menor lleno de confusión, Baizhu suspiró y le contó a Venti el estado en el que se encontró hacía unas noches.

― Y eso.. ― Venti se quedó en silencio, comenzó a cuestionarse a si mismo, intentando pensar que hizo mal para caer en el alcohol.

― ¿Es usted adicto? ― Se sorprendió, no podía negarlo, llevaba mas de 3 años yendo cada noche al bar a emborracharse hasta quedarse ciego.

❝ Mi manera de hacer terapia ❞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora