¿Podemos hablar? (pt. 2)

3.1K 264 96
                                    

Desde que habían visto a sus amigos subir para hablar, todos los que habían presenciado el intercambio de palabras entre ellos estaban expectantes, aunque no dijeran nada y siguieran actuando con normalidad. Habían notado el enojo de Carre por más que hubiera intentado disimularlo, y todo se había puesto muy tenso entre ellos cuando Spreen le preguntó si podían hablar.

Cuando el tiempo comenzó a pasar y ninguno de los dos bajaba todos empezaron a sospechar que algo había pasado. Bueno o malo no sabían.

Y era cierto, había pasado algo, pero lo peor que podía pasar. Eso sí que no se lo imaginaba ninguno, todavía en la completa ignorancia. Tampoco nadie iba a averiguar, lo que sea que hubiera pasado era cosa de ellos dos nada más.

Mientras tanto, Spreen y Carre estaban cada uno en su propia habitación, dando vueltas en la cama sin poder dormir. Ninguno de los dos había procesado demasiado nada todavía, de hecho, no creían que fuera real. Eso no impedía que las lágrimas salieran de sus ojos cada tanto, cuando la pelea que acababan de tener y cómo había terminado volvía a sus mentes.

Cuando el llanto se volvía desconsolado, el pelinegro intentaba acallar los sollozos con la almohada, hundiendo ahí su cabeza hasta lograr calmarse un poco, a pesar de que fuera imposible que alguien lo escuchara en esa habitación apartado de todas.

Sentía que el pecho se le desgarraba de lo mucho que le dolía todo en ese momento, y lo peor es que entendía perfectamente a Carre, por eso no había lugar para otro sentimiento que dolor, porque no podía enojarse con él. Era un llanto desesperado por sentir que lo que más quería se le escapaba y no podía hacer nada, porque no sabía que hacer. A la vez que entendía a Carre tampoco tenía el valor de exponerse él al público.

Era una situación de mierda, y ya le dolía la cabeza de tanto llorar. Tanto que ni notó cuando, aún con el rostro mojado por las lágrimas, se quedó dormido.

Carrera no estaba demasiado diferente. Ser el que deja puede parecer la posición más fácil en algunos casos, pero en este era diferente, porque no había deseado nada menos que estar ahora en esa situación. Nunca se había imaginado cómo sería cuando cortara con Spreen, no era algo que quisiera que pasara nunca, pero si en algún momento pasaría, nunca se imaginó que fuera a suceder lastimándose tanto. Lo peor era que él también entendía perfectamente al más alto, por eso tampoco pretendía que cambie o haga algo que no esté listo para hacer, pero al no estar dispuesto a seguir sufriendo de esa manera no le había quedado otra opción que tomar la decisión que le gustaría nunca haber tenido que tomar. Pero dolía, claro que dolía.

Su llanto era más silencioso, simplemente caían algunas lágrimas por su rostro que intentaba secar en vano porque volvía a empaparse con más. Pensar en ya no tener al pelinegro a su lado dolía, pero más dolía saber que seguramente ahora estuviera sufriendo igual o peor que él.

Se sentía algo culpable por estar siendo egoísta, aunque si lo pensaba los dos lo estaban siendo en cierto punto. O ninguno en realidad, simplemente era un desencuentro entre lo que cada uno pretendía de su relación, y uno no podía hacer lo que quería el otro sin obligarse a hacer algo por lo que sufriría.

Simplemente era todo una mierda. Y no quería pensar más, quería que su cabeza se apague y deje de darle vueltas a las cosas, ya sentía que ni lágrimas le quedaban y por eso había dejado de llorar hace rato, simplemente comiéndose la cabeza sobre todo lo que había hecho o no, sobre cada detalle de la conversación que terminó de la peor manera posible.

Eso no lo dejaba dormir, de hecho, le fue imposible conciliar el sueño hasta que ya era completamente de día y sentía que algunos comenzaban a despertarse. Logró dormir con suerte dos horas, cuando se despertó de repente con una angustia insoportable en el pecho que le impedía seguir descansando.

IRL - Spreen x CarreraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora