El comienzo

3K 212 96
                                    

No le gustaba llegar tarde, es más, era algo que odiaba completamente. Entrar después de hora a un lugar al que asistían muchas personas implicaba muchas cosas, pero la peor era que todos ya estarían ahí, y cuando entrara inevitablemente todas las miradas recaerían sobre él. Spreen era un chico demasiado tímido como para que eso no le afectaba, pero tampoco le gustaba demostrar que lo incomodaba, y así todo se volvía aún peor. Por eso siempre evitaba ser impuntual, llegando incluso antes de tiempo como para no tener que pasar por esa situación. El tráfico de mierda de la Ciudad de Buenos Aires le estaba jugando en contra esa vez, no permitiéndole llegar al horario acordado y despertando sus nervios ya de antemano.

Carre por su parte había llegado junto a Uni hacía ya un largo rato a aquel lugar donde los había citado Markito a todos los que participarían de ese stream especial que había organizado jugando al bowling. A algunos de los streamers invitados los conocía ya de antes, a otros no tanto, pero en general había visto a todos aunque sea alguna vez. Hasta que vio cruzar la puerta a un pelinegro alto, Spreen, que nunca antes había visto en persona hasta ese momento, y sólo lo conocía porque estaba creciendo mucho últimamente y de habérselo cruzado alguna vez cuando jugaba con sus amigos al Minecraft, además de alguna que otra interacción en las redes sociales de vez en cuando.

No sabía mucho de él, nada en realidad, pero en cuanto lo vio entrar y todas las miradas se dirigieron a él no le tomó mucho tiempo analizarlo y sacarle un poco la ficha al verlo interactuar con el resto. Se había acercado a saludar a uno por uno lentamente, respondiendo siempre con una sonrisa cuando le hablaban mientras todas las miradas seguían puestas sobre él. Carre fue capaz de ver más allá de esa sonrisa, y no tardó en darse cuenta que aquel chico era completamente introvertido, que se moría de nervios y vergüenza desde que cruzó esa puerta y todas las miradas habían recaído en él. Y lo había identificado a la perfección, porque eso era exactamente lo que Spreen sentía con todas esas miradas de gente desconocida encima. En cuanto se dio cuenta, Carre decidió al instante que lo iba a segundear, que iba a protegerlo y apoyarlo.

Como dicen por ahí, un introvertido siempre necesita de un extrovertido que lo ayude para integrarse a un grupo.

– Hola – saludó tímidamente Spreen cuando finalmente llegó hasta el castaño, el último de todos los presentes que le quedaba por saludar.

– Hola pa – chocó su mano a modo de saludo. – ¿Qué onda, cómo andas?

– Acá, llegando tarde como un boludo – soltó una risa falsa que sonaba incómoda.

– Na tranqui, si este hijo de puta nunca prende a la hora que dijo que prendía, la gente está acostumbrada – sus palabras hicieron reír a Spreen ahora de manera más genuina, natural.

– Sí, igual no me gusta llegar tarde pero bueno – se encogió de hombros. – Estoy en la otra punta, de pedo llegué, encima el uber parece que apropósito se metía en todas las calles con más tráfico.

– Uh es verdad que vos estás viviendo re lejos de acá. Por Nordelta es la casa ¿no? – estaba intentando sacarle conversación para que se relajara y al parecer estaba funcionando.

– Sí, re lejos mal de todo lo que se haga en capital – efectivamente estaba funcionando, Spreen se sentía cada vez menos nervioso a medida que transcurría la charla.

– Claro una cagada, yo llegué temprano porque me queda cerquita, sino soy un desastre – logró sacarle nuevamente una risa. – Y casi termino llegando tarde por ir a buscar a este – dijo señalando a Uni que estaba un poco alejado de ellos, manteniendo otra conversación que le impedía saber de qué hablaban ellos.

– Spreen vení que te ponen el micrófono que ya arrancamos – lo llamó Markito a lo lejos, el más alto giró la cabeza para mirarlo y luego asentir.

IRL - Spreen x CarreraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora