La primera idea de Ryusei fue ir a buscar al rubio a su casa, más no se sorprendió al no encontrarlo ahí, se vio en la obligación de recurrir a él, de recurrir a Baji.
Subió los pisos que diferenciaban aquellos departamentos con una peligrosa velocidad, tocando la puerta del pelinegro.
—¿Qué necesitas, Ryusei? —preguntó el pelinegro cuando le abrió la puerta, al moreno le fue imposible ignorar aquel gato que se encontraba entre los brazos de su compañero.
—¿Sabes donde esta Chifuyu? —preguntó sin rodeos, esperando una respuesta positiva.
—En mi habitación, me dijo que si podía quedarse aquí por hoy —respondió con un tono burlón que hizo enfadar ligeramente a Ryusei. —¿Por qué la pregunta?
—Quiero hablar con él.
—Él no quiere hablar contigo —la voz del pelinegro detonaba enojo e incluso se alcanzaba a distinguir una pizca de odio que fue acompañada por la puerta siendo cerrada fuertemente frente a su cara.
Ryusei coloco sus manos en aquella pared de concreto, suspirando.
—¿Qué hago ahora? —el moreno bajo las escaleras con lentitud, notando como luego de unos minutos el pelinegro pasaba a su lado, eso solo podía significar una cosa, Chifuyu estaba solo.
[...]
El rubio se encontraba leyendo un manga en la habitación de su mejor amigo, con su mente hecha un lío.
Había besado a Ryusei muchas veces en el pasado, pero esta última que había venido acompañado con una declaración había sido totalmente rechazado.
¿Se había apresurado demasiado? Era una posibilidad, pero declararse después de besarse en repetidas ocasiones no era algo raro según lo que el sabía.
El rubio hundió su rostro en el manga que leía mientras soltaba un quejido.
—Soy un idiota —susurró para si mismo mientras se levantaba de la cama del mayor para ir a buscar un poco de agua, fue poco antes de que pudiera siquiera llegar a la puerta de la habitación que su poca paz restante fue interrumpida.
Un golpe, dos golpes, tres golpes.
Se giro repentinamente buscando de donde provenía el sonido, la ventana de Baji. La cuarta piedra que golpeó el cristal fue lo que colmo la paciencia del rubio, haciendo que fuera a revisar quien era aquel que lo interrumpía en su valiosa sesión de manga y sufrimiento.
Su primera idea es que fuera Keisuke, quien tal vez había olvidado sus llaves, pero no tenía razón para golpear su ventana cuando fácilmente pudo tocar la puerta.
Se dio una buena sorpresa al abrir la ventana y ver a Ryusei a bastantes metros de distancia, mirándolo con ojos de perrito atropellado y lanzado piedras a la ventana de su amigo.
El moreno le señaló su propio celular, Chifuyu tomó el suyo recibiendo inmediatamente una llamada suya y obligándose a contestarla.
—¿Podemos hablar? —El rubio creía que ya era bastante obvio que no estaba interesado en tener una conversación, pero a pesar de esto el mayor continuó insistiendo. —Por favor, solo serán cinco minutos —.
—Que Baji no se entere —contestó el menor, sabiendo que si el pelinegro descubría esto, probablemente le daría una paliza por estúpido.
Bajó hasta donde se encontraba Ryusei por medio de los balcones que unían todos los pisos, sería una desgracia toparse a Keisuke mientras bajaba, creía que realmente una caída de considerables metros era mejor que una golpiza de el capitán.
—¿De qué querías hablar? —preguntó sin rodeos, evitando mirarle a los ojos.
—Tu también me gustas, mucho, de hecho —soltó con rapidez, claramente avergonzado.
—¿Por qué me rechazaste?
—Estaba asustado —el más bajo soltó una carcajada ante esa respuesta.
—¿Enserio? ¿El gran Ryusei? ¿Asustado? —se burló con sarcasmo —debo estar soñando para ver esto —.
—Dios mio, Chifuyu, cállate —la vergüenza seguía estando presente, pero fue rápidamente remplazada por una notable tensión, las risas cesaron y el ambiente se volvió pesado.
Sus miradas se chocaron, pero esta vez, había una diferencia, no se sentía como todas aquellas otras ocasiones.
Se acercaron lentamente, juntado sus labios en un tierno beso, uno que jamás habían experimentado antes.
Al separarse, parecía que ambos se habían quedado mudos, lo único que les acompañaba era la brisa que anunciaba la llegada del verano, los insectos nocturnos que salían por sus presas en la noche y la pulcra soledad del Japón nocturno.
—Primero me tomas la cintura, luego me pasas el humo por la boca, me besas sin aviso, bailas conmigo, me rechazas y luego me vuelves a besar —el silencio fue roto por aquella recopilación de hechos por parte de Chifuyu, acompañados por un tono gracioso.
Ryusei se limitaba a mirarlo, su activa personalidad se había ido por la intimidad de la situación. El silencio volvió a predominar por algunos segundos, hasta que finalmente Matsuno volvió a hablar.
—Realmente sabes como ponerme nervioso.
[...]
HOLA AL FIN LES TRAIGO NUEVO CAP Q TMB ES EL FINAL ‼️‼️
muchísimas gracias por el apoyo que le dieron a esta historia a pesar de q esta td mal redactada y con 7 hoyos en la trama, me divertí mucho escribiendola e incluso ahora q ya no soy taaaan apasionada a TR como lo era antes sigo amando a estos dos junto con Baji y Kazutora.
Muchísimas gracias por leer, fue un gusto pasar casi un año escribiendo este fanfic que a pesar de no ser muy largo lo escribí con td mi cariño.
—a.