CAPÍTULOS DEL 106 AL 110

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CAPÍTULO 106. ES IMPOSIBLE
NO SALVARLO.

Se dice que cuando las personas están cerca de la muerte, verán un recorrido de sus recuerdos.

Yan HeQing no sabía si estaba en ese estado o no, pero podía ver a su yo más joven y a sus hermanos mayores reales estudiando juntos en la Academia. Eran niños de siete u ocho años, moviendo la cabeza y leyendo sobre asuntos familiares, asuntos de Estado y asuntos mundiales. Cuando volvió a levantar la vista, todos sus hermanos reales estaban decapitados y enterrados en el suelo de loess.

Se levantó y retrocedió presa del pánico, como si intentara escapar de la escena. En su estado de pánico, tropezó con una persona. Su madre, la Emperatriz.

La madre de Yan HeQing se situó detrás de él y le dijo con voz suave: "HeQing, debes vivir, debes permanecer vivo."

Repetía la palabra "vivir" una y otra vez. Su voz se hizo cada vez más aguda, hasta el punto de que parecía querer cortarle los oídos. Su rostro se volvió feroz mientras estiraba los brazos cubiertos de joyas de Jade y agarraba el cuello de Yan HeQing, estrangulándolo mientras repetía una y otra vez la frase "debes seguir vivo."

Yan HeQing no luchó, y justo cuando pensaba que moriría estrangulado, la escena que tenía delante cambió de repente. Yan HeQing se cubrió la garganta y se arrodilló en el suelo, levantando la vista sólo para ver a su padre gritando al Cielo: "¿Por qué destruyes mi Reino Yan del Sur? ¡El odio a nuestro país quedará grabado para siempre en nuestros huesos y corazones! Y no seremos olvidados por las generaciones venideras."

Después de gritar, su padre usó su espada para cortarse la garganta.

Yan HeQing sintió que se estremecía y, cuando intentó levantarse, alguien le dio una patada y rodó por el barro. Poco a poco, fue sepultado por el lodo fétido e inmundo. Entonces, vio al Emperador del Reino del Norte mirándole: "¿Hmm? ¿Hay otro vivo? No importa, llévate a éste de vuelta al Reino del Norte como prisionero."

Justo después de eso, Yan HeQing se despertó.

La conciencia volvió gradualmente a su cuerpo, y Yan HeQing no pudo evitar pensar para sí mismo: "Una vez más, no he muerto."

Yan HeQing abrió lentamente los ojos, tratando de identificar dónde estaba, pero por alguna razón, sus ojos estaban llenos de niebla gris. Por más que parpadeaba y se frotaba los ojos, seguía sin poder ver nada.

¿Está ciego he.....?

Este pensamiento surgió de repente del fondo de la mente de Yan HeQing. Ante la mera idea de quedarse ciego, entró en estado de pánico y su cuerpo empezó a sentirse extremadamente frío. Se sentía indefenso y asustado.

En ese momento, oyó el sonido de una puerta que se abría a empujones, seguido de una voz femenina: "Ah... tú, ejem, Gongzi, ¿estás despierto?"

Yan HeQing no tenía intención de contestar. Siguió apretándose y frotándose los ojos, como si quisiera apartar la niebla gris que tenía delante, pero lo único que consiguió fue frotarse los ojos hasta que se le inyectaron en sangre.

Yan HeQing oyó entonces el ruido de unos pasos que se acercaban a él, y aquella mujer alargó la mano para tirar de la muñeca de Yan HeQing, impidiéndole frotarse los ojos. Luego dijo: "No te los frotes, no estás ciego. Te recuperarás en unos días."

Yan HeQing levantó la cabeza y entrecerró los ojos, pero lo único que pudo ver fue una vaga silueta de la persona que tenía delante: "¿Cómo lo sabes?"

"Puedes creer en mí, yo... Gongzi, he aprendido algunas habilidades médicas, así que Gongzi sólo puede creer en mi palabra."

Yan HeQing inclinó la cabeza, apartó su mano de la de la mujer y preguntó: "¿Dónde estamos? ¿Quién eres?"

TRANSMIGRAR A UN VILLANODonde viven las historias. Descúbrelo ahora