i. welcome to new york.

2.9K 175 14
                                    

" It's been waiting for you
Welcome to New York
The lights are so bright
But they never blind me
Welcome to New York
(...)"

———————

Casi dos años en Barcelona no habían sido suficientes para lograr acostumbrarme a lo aburridas que eran las fiestas en comparación a Argentina.

Era sábado a las tres de la madrugada, cuando se suponía que debía ser la cúspide de la noche, donde mitad debían estar borrachos y la otra mitad drogados y bailando o besándose con desconocidos, acá había personas que hasta estaban saliendo de la discoteca; como si la noche ya hubiera acabado.

No estaban apreciando el reggeaton viejo que estaba poniendo Marco desde la cabina del dj. Aproveche y levante mi vista para guiñarle un ojo en modo de saludo. Marco había comenzado a trabajar en la discoteca al mismo tiempo que yo y logramos hacernos buenos amigos tan solo una semana después.

Llegué a Barcelona un mes luego de cumplir los 18 años; me había ido completamente sola, me había despedido de mi familia con un beso y un abrazo como si me fuera a comprar a la esquina cuando en realidad no iban a volver a saber de mi. Vivía allá con mi madre y su marido, mi padre se mudó a Canada cuando yo tenía solo 12 años y después de muchos años sin poder perdonarlo, lo entendí... mi mamá era francamente insoportable.

Decidí huir y librarme de una vez por todas de esa odiosa pareja, no mantuve contacto con ellos; aunque tampoco se interesaron en llamar.

Mi papá simplemente se encargaba de pagarme los estudios y de enviarme plata mensualmente para sobrevivir, no hablábamos mas que eso.

Ya me había acostumbrado, así era mi familia y de esa manera me tocaba vivir. No era como si me importase mucho, no los necesitaba.

Cuando llegué a Barcelona todo me parecía increíble, el ambiente era distinto. Llevaba ya casi dos años acá y cada día me encontraba mas feliz por mi decisión.

Me había inscripto en una universidad a la semana que pise la ciudad y mientras sobrevivía con la plata que me daba mi padre y buscaba un piso para alquilar, comencé a enviar curriculums para conseguir un trabajo y poder tener algo mas de dinero.

No fue mucho el tiempo qué pasó hasta que me llamaron de uno de los boliches en los que había dejado mi curriculum. Y desde ese momento había comenzado a trabajar los sábados y algunos viernes por la noche; a veces trabajaba detrás de la barra y otras me tocaba servir como mesera a las mesas VIP del lugar.

Durante la semana buscaba algún que otro trabajo casual, de lo mas inesperado que haya. La semana pasada me había tocado ser cuidadora de un perrito caniche durante dos días y esta semana debía acompañar a un niño a su prueba de futbol porque su madre no podía.

Con el tiempo y las noches pasadas en la discoteca comencé a notar la forma en la que los hombres se acercaban para que yo tome su pedido; como si mi esencia argentina se les colara a través de los poros y les pareciera irresistible. No me costo mucho sacarle provecho y empezar a devolverles los coqueteos a los que me parecían atractivos.

No me conocía nadie, podia empezar de nuevo, podia hacer lo que quisiera; me gustaba jugar con eso. Aprovechaba las noches en las que me sentía sola y buscaba a algún caballero que este en la misma condición que yo y luego me daba el lujo de desaparecer. ¿Cómo me encontraría? Era imposible. Yo no era nadie allí, solo una mesera más en la gigante Barcelona.

style - gaviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora