02.

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Un día después, Hanbin estaba llevando hábilmente un latte a la mesa de una chica cuando sintió el tintineo de la campana.

Giró su cuerpo luego de dejar el latte de la chica y recibir una sonrisa amistosa de ella.

Lo primero que vió, fue ese casco de motocicleta que él ya conocía, y luego de ver el perfil de aquella persona, su estómago dió un vuelvo al reconocer a Zhang Hao.

Esta vez llevaba una camisa arremangada negra con líneas blancas y una musculosa debajo de color blanco con un estampado extraño. Y Hanbin podía jurar que cualquier cosa que le colocarán a ese hombre se vería maravilloso.

Hanbin se quedó congelado en su sitió al ver como Zhang Hao reparaba en su presencia a dos metros y le sonreía de lado. A Hanbin casi se le cae la bandeja ante lo caliente que se vió aquello, pero logró estabilizar sus manos y el ritmo de su corazón al verlo partir a la barra.

Chaewon le saludó nuevamente con un eufórico abrazo, diciéndole algo al oído y Hao asintiendo sutilmente, para luego ver a la rubia seguir paseando entre las mesas con algo de apuro.

Hanbin sabía que aún no terminaba el turno de la rubia, por lo que Hao tendría que permanecer en el local el tiempo que le restará a Chaewon.

Hanbin soltó un suspiro sin saber si eso era bueno o malo, retirando la vajilla y la cuenta de un cliente que ya había pagado, se dirigió a la barra intentando verse desinteresado y natural.

Entró a la cocina un par de segundos para dejar la vajilla sucia y salió de allí con la libreta de la cuenta en su mano, abriendola y ojeando la boleta desconcentradamente mientras se dirigía a la caja, la cual estaba a la izquierda de Hao, y abrir el cajón para guardar los billetes tortuosa e intencionalmente lento.

Pestañeo repetidas veces ante el impulso de levantar la vista y encarar a Hao, el chico le miraba sin disimulo, y no sabía como tomar aquello.

¿Se estará burlando de él? ó ¿Capaz le encuentre lindo?

Hanbin niega casi imperceptiblemente, Hao estaba con Chaewon, no podía ilusionarse solamente porque le mirase mucho.

—¿Cómo era que te llamabas? —Hanbin se sobresaltó con la voz de Zhang Hao, no tan grave pero rasposa.

Hanbin, por alguna razón, la sintió como la voz más exquisita que había escuchado, seguramente el chico sería un buen cantante o rapero, no lo sabía, pero desearía poder escucharle todo el tiempo posible.

¡Concéntrare! ¡Te preguntó el nombre!

—¡Oh! Uh-eh... —cerró la caja con un brusco movimiento de caderas y sonrió nervioso—. Me llamó Hanbin —sonrió, algo incómodo por el silencio formado entre ellos dos antes de abrir y soltar lo que se le pasase por la lengua—. ¿Y tú?

¡Ya sabes su nombre, pedazo de inútil!

Hao le concedió una mirada dolida, y Hanbin se mordió el labio queriendo suspirar porque, joder, no había sido buena idea preguntar el nombre.

—¿Tan rápido te olvidaste de mi nombre? Ah... Que mal me haces sentir —Hao hizo una pequeña mueca, pasando una mano por su nuca.

Hanbin se alarmó, levantando las manos.

—¡No! Uh-uh, ¡Sí me acuerdo! T-te llamas Zhang Hao —casi llora de alivio al ver su rostro volver a suavizarse, esta vez con un tono burlón que Hanbin decidió ignorar, no funcionando.

El chico se estaba burlando de él, y sus mejillas enrojecieron mientras miraba hacia otro lado.

—E-es que, atiendo a tanta gente que se me olvidan sus nombres, lo siento...

—Mmhm... Vale —asintió, sin dejar la sonrisa burlona y apoyando sus brazos en la barra.

Dios, ese hombre tenía el doble de masa muscular que él. Tenía tantas ganas de experimentar como se sentiría tener esos fuertes brazos abrazando su cintura o sus caderas con posesividad y firmeza.

Hanbin se agachó entre los estantes, fingiendo buscar algo solamente para estremecerse y borrar aquellos pensamientos. Se quedó allí agachado al sentir la voz de Chaewon del otro lado de la barra, junto a la de Hao que era tan tranquila, incluso aburrida.

—¿Hanbin? —preguntó la rubia, inclinándose sobre la barra.

Salió de su escondite con la cabeza ladeada, soltando un pequeño sonidito en respuesta y sin despegar los ojos de Chaewon, porque no quería cruzarse con los orbes de Hao.

—¿Podrías cubrirme por esta media horita? —preguntó de nuevo, casi con suplica y ojitos de cachorro. Hanbin suspiro, estaba algo cansado, pero asintió sutilmente mirando hacia abajo.

Escucho un pequeño 'gracias' de Chaewon, antes de sujetar su bolso con una de sus manos y sujetar la mano de Hao con la libre. Este mismo le miro extraño, dejando la mano estática y que Chaewon la envolviera entre la suya, sin entrelazarla.

—Te debo una, adiós~ —canturreó, jalándo al castaño fuera del local con una rapidez monumental.

Hanbin no alcanzó a despedirse, pero sintió como se derretida al ver a Hao voltear hacía él y sonreírle, agitando suavemente su mano libre.

for me? ♡ haobinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora