21.

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Cuando Hanbin terminó su turno y se estaba preparando para salir y encontrarse con Hao a la salida. Algo lo detuvo de acomodarse su chaqueta.

La puerta de salida hacia el callejón estaba entreabierta.

Frunció el ceño algo extrañado, todos los empleados tenían una llave para la puerta y no podía abrirse sin esta por afuera, tampoco tenía perilla, solo una pequeña manilla para empujarla y el orificio de la llave un poco más abajo.

Se acercó cautelosamente y a paso silencioso hacia la puerta, ya que sus zapatos tendían a rechinar bajo la cerámica de la sala de empleados, y acercó su rostro a la apertura, lo suficiente como para ver parte del callejón y descubrir la motocicleta de Hao estacionada allí, junto con el casco de este.

Hanbin intuyó enseguida que Hao estaba allí, esperándole, e iba a abrir aún más la puerta, pero justo cuando su mano serpenteaba para llegar al material y empujarla, la voz de Chaewon resonó por aquel espacio.

—Viniste a hablar conmigo, ¿cierto? —Hanbin alejó su mano de la puerta como si quemara, apretando los labios y los ojos atolondradamente al darse cuenta de que efectivamente Hao se encontraba allí, pero que Chaewon lo había pillado justo con las manos en la masa.

Hanbin cambió el ángulo un poco hacia su derecha, esta vez teniendo una vista parcial del cuerpo imponente de Hao y su rostro estoico, y la espalda de Chaewon casi por completo. Hanbin escrutó el rostro de Hao, tan carente de algo de emociones cuando miraba a Chaewon, Hanbin reconocía esa mirada, durante todo aquel mes que Hao iba a por Chaewon, la traía y se la dedicaba, tan aburrida, irritada o cansada. Pero cuando Hao le miraba, Hanbin sentía que lo hacía con tanto cariño y delicadeza, tanta atracción, veía los pequeños ojos oscuros de Hao brillar casi, o quizás, más fuerte que los suyos cuando chocaban miradas.

Hanbin realmente se daba cuenta de lo que causaba en Hao, de todas las emociones que le hacía sentir, y se enorgullecía tanto de aquello, que era una felicidad constante en su día a día.

Escuchó un leve suspiro pesado, antes de sentir la gruesa voz de Hao, tan calmada pero con un toque de impaciencia en ese instante.

—No Chaewon, no vine a hablar contigo.

El silencio se prolongó por un par de segundos luego de eso, Hao pasando su peso a su otra pierna logró quedar en completa visión de Hanbin, y al parecer, el azabache se dio cuenta de su presencia por sobre el hombro de Chaewon, ya que por un segundo, una mueca de sorpresa cruzó el rostro de Hao, antes de volver a fijar su mirada en Chaewon y tener aquella expresión retraída.

—¿Entonces a qué viniste? —preguntó Chaewon, con algo de brusquedad—. No tienes otro motivo más que yo para volver a la cafetería, estoy segura que quieres hablar conmigo —habló con demasiada seguridad, y Hao soltó una risita algo burlesca e irritada.

—No sabes que motivos son los que me traen acá, pero claramente, no eres tú esta vez, Chaewon.

—¿Entonces cuál es? —Chaewon exclamó, Hanbin vio como ella se movió bruscamente, recriminándole a Hao colocando sus dos manos en la curva de su cintura.

—¿Por qué demonios debería decirtelo? Ya no hablamos, Chaewon, no debo por qué decirte la razón por la que vengo a lugar donde trabajas. Puedo simplemente querer tomar uno de los batidos que hace Hanbin y venir —ante la mención de su nombre, Hao le miró por milésimas, nuevamente por sobre el hombro de la rubia, y Hanbin sintió un escalofrío ante eso, porque, volvía a repetirlo, su nombre a través de los labios de Hao se escuchaba simplemente maravilloso.

El silencio volvió, tan tenso y desastroso que Hanbin sentía que la chica en cualquier momento explotaría en gritos. Quería irse ya, quería quitar a Chaewon del camino y abrazar a Hao, cambiar esa expresión por la que estaba acostumbrado a ver.

—¿Acaso la chica que te gusta viene acá? ¿Es eso? —Hanbin se mordió el labio y volvió a cerrar los ojos, tan nervioso como exasperado—. ¿Ahora vienes a buscarla a ella acaso?"

—¿De verdad me estás montando una escena de celos? —preguntó Hao, incrédulo ante lo que decía Chaewon, y la chica se pasó una mano por el cabello mientras suspiraba y soltaba un gimoteo frustrado antes de acercarse a Hao y colocar sus manos en los hombros del azabache, causando que el contrario se alejará y le sujetara las muñecas con cuidado.

—Por favor oppa, dame otra oportunidad —rogó, y Hanbin vio la mueca de desagrado de Hao al escuchar el oppa salir de los labios de la rubia—. Prometo mejorar, prometo sobrepasar a quien sea la chica que te gusta —Hao negó con la cabeza, pero Chaewon le interrumpió antes de que pudiese siquiera abrir la boca—. ¿Tiene el pelo largo? Puedo dejármelo crecer... ¿Es mas ordenada y estudiosa? Te juro que haré lo que sea para sacar mejores notas y y...

Chaewon fue interrumpida por el gruñido de Hao.

—Chaewon, basta, deja de humillarte así —le masculló, con un tono de voz más grave, Hanbin intuyó que era porque la chica ya le tenía exasperado—. Entiende Chaewon, no necesitas cambiar por mí, por nadie —le sacudió suavemente las muñecas a la chica, antes de continuar—. Lo nuestro no funcionó, me gusta otra persona, y por más que intentes ser mejor que aquella no podrás porque...

Hanbin no lo soportó, empujó la puerta, causando un rechinido feo y desagradable que interrumpió la discusión de aquellos dos. Chaewon giró su cabeza con algo de molestia, mientras que Hao conectó sus miradas con algo de desesperación y nerviosismo, mientras soltaba suavemente a la rubia y se separaba de esta. Dejó la puerta abierta para que Chaewon pudiese entrar para terminar su turno, y a paso sumamente calmado y despreocupado, como si no supiera que pasaba allí, se ganó a un lado de Hao y le sonrió amistosamente.

—Hola, Hao hyung. Estoy listo para irnos —dijo, con voz aniñada y mirándole de costado con una sonrisa. Con el ojo que Chaewon no podía ver al estar de perfil, le guiñó un ojo al azabache, explicándole que le siguiera el juego—. Lo siento, Chaewon noona. Pero Hao hyung y yo debemos irnos.

Chaewon le miró confundida, con la boca semiabierta y pasando sus pequeños ojos rasgados entre Hao y Hanbin.

—¿Ustedes son amigos? —preguntó, incrédula.

Hanbin asintió sin borrar su sonrisa amistosa.

—Así es, nos hicimos muy amigos —tal vez puso un poco de énfasis en las últimas dos palabras, viendo de reojo como enseguida Hao le miraba con nerviosismo, pero Chaewon parecía no haberse dado cuenta—. De hecho, ahora mismo vamos a un evento de un nuevo videojuego que a los dos nos gusta muchísimo.

—Ah... —Chaewon no le miró a loa ojos en ningún momento, si no a un punto muerto entre los dos, algo perdida y con las mejillas algo sonrojadas.

Hao carraspeó luego de dos segundos de silencio sepulcral.

—Eh... Bueno Hanbin, ¿nos vamos ya? No quiero llegar tarde y que se llene —Hao se rascó la nuca, sonriendo levemente al ver a Hanbin asentir como un niño con los ojos cerrados.

Ambos se dieron media vuelta, Hao enseguida extendiéndole el casco sobrante y él ajustándose el suyo mientras se montaba en la motocicleta, todo a una velocidad bastante acelerada para no tener que darle otra explicación a Chaewon, quien miraba a ambos chicos sin poder creérselo.

Hanbin se ajustó el bolso, cruzándoselo por el pecho mientras apretaba la correa del casco, y se montó atrás de Hao, intentando mantener distancia y agarrándose del asiento para no levantar sospechas de que solamente eran amigos. Y con una mirada triunfante a través de las viseras de sus cascos, Hao encendió la motocicleta y le quitó el seguro, partiendo suavemente lejos del callejón y dejando a Chaewon con las palabras en la boca.

for me? ♡ haobinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora