─¿Mi esposa? Ella es mi
razón para vivir. La amo
demasiado, y... por ella
soy capaz de hacer cual-
quier cosa─
─¿Mi esposo? Es muy
tierno y cariñoso conmigo,
...
─¡Mikey despierta!─ Es la enésima vez que intentaba despertarle y sigue negándose diciendo que está demasiado cansado para levantarse.
Cada mañana este es su primer reto
Hori decidió levantarse primero y ponerse un sujetador, ya que duerme sin él porque es más cómodo.
También encendió las luces de la habitación y se dirigió al vestidor para elegir la ropa que llevaría hoy. Mikey se ve mejor pero no esta del todo despierto.
Después de elegir su ropa, volvió a tratar de despertarlo esta vez dándole un pico. A pesar de estar medio dormido se aprovechó de la situación para abrazarla y profundizar el beso.
Minutos después del besuqueo Mikey ya estaba completamente despierto. Hori se puso de pie y arregló su cabello desordenado antes de depositarle un tierno beso en la mejilla. ─Ahora, toma una ducha en lo que te preparo el desayuno ¿ok?─ Dijo antes de salir de la habitación bajando las escaleras. ─¡Y no te vallas a dormir en la ducha!─ Le dijo en voz alta.
─¡Está bien!─ Respondió.
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─Chicos, necesito un consejo, estoy teniendo ataques de pánico últimamente─ Kokonoi inició una conversación.
─¿Qué se siente? Nunca he experimentado eso antes─ Mochi expresó su curiosidad vertiendo te en su taza.
─Puedes hacer algo memorable para calmar tu ansiedad─ Sanzu sorprendentemente dio una buena sugerencia.
─Puedes saltar desde un acantilado, hacer paracaidismo, cosas como esas─ Ran dio ideas mientras apoyaba sus mejillas en las palmas de sus manos.
─Un día serás olvidado por el universo, así que ¿cuál es el punto de hacer esas cosas?─
─Jefe, eso es muy profundo─
Sanzu levantó la mirada y habló. ─Pero no te olvidarán si te comes a la Mona Lisa─
Mochi suspiró profundamente: ─Ya me voy, tengo un viaje de negocios por hacer. Y si me quedo me van a matar con sus estupideces─ Entrecerró los ojos, mirando a Sanzu; para luego salir de la habitación, siendo seguido por Takeomi.
─Y... ¿Qué chisme hay?─ Rindou que de repente se está pintando las uñas preguntó.
─Oye, ¿tienes uno extra?─ Ran preguntó, haciendo que el otro Haitani sacara otros cinco pomos de esmalte de uñas de sus bolsillos.
¿Quién podría creer que la organización criminal número uno en Japón está ahora tomando té y pintándose las uñas?
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