𝑩𝒓𝒐𝒘𝒏𝒊𝒆𝒔

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Un mes después.

Sus codos se incrustaban en sus propias piernas que se movían al compás de la música que sonaba en la habitación contigua. Jungkook consultó el reloj de pared en el estudio: quedaban cinco minutos para que la hora de práctica terminase.

Acomodó su tote bag en su hombro otra vez. Aún le parecía increíble la rehabilitación de Yugyeom. Es decir, ahí estaba, esperándolo a que terminara la sesión de baile en su antigua academia de baile, quienes no habían dudado en recibirlo devuelta con los brazos abiertos. Fue muy poco el tiempo que le tomo al alto seguir el paso, pues sus habilidades indudablemente seguían ahí, intactas, listas para brillar de nuevo. Jungkook pensó que debía amar mucho al bailar, pues a pesar de todo, seguía siendo el formidable bailarín.

Durante esas semanas, esporádica y repentinamente pequeños recuerdos volvieron a la mente de Yugyeom como pequeños destellos de su propia vida. Pero nada sobre la relación con Jungkook al parecer. Claro que el castaño se alegraba de su progreso, sin embargo inevitablemente, le entristecía seguir cubriendo la verdad.

En sus más paranoicas noches, pensaba que tal vez Yugyeom ya lo sabía pero que lo estaría ocultando al ya no sentir eso por él. Maldita sea, era aterrador. Sacudía su cabeza cada que esos pensamientos llegaban a su mente. 

Pero entonces había algo mas aterrador:

¿Y si no lo había amado lo suficiente? ¿Y si era por eso que no lo recordaba?

—¡Jungkook! Estas aquí —saludó Yugyeom sonriente apenas vio a su "amigo".

Algo torpe y casi automáticamente, Jungkook se levantó de su asiento mientras revolvía su cabello.

—Si, llegué antes de lo esperado

—En mi caso la práctica se alargó un poco más —el alto notó como Jungkook algo distraído se aferraba a su tote bag —¿Llevas algo ahí? —preguntó señalando.

Intentado salir por completo del ensimismamiento Jungkook respondió mientras mostraba el interior de la bolsa: —Si, de hecho, mi jefa me regaló dos de los brownies sobrantes de hoy. No están tan frescos como solían pero... —

—¡Oh genial! —respondió Yugyeom entusiasmado —Iré por mis cosas para salir de aquí y comer esos brownies —y desapareció rápidamente del campo de visión dejando a Jungkook con una sonrisa boba.

—En la mañana, antes de salir, revisé el buzón y las invitaciones para la boda de Mingyu estaban ahí —comenzó a decir Yugyeom mientras abría el envoltorio de su brownie —Las dejé sobre la mesita de la sala

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—En la mañana, antes de salir, revisé el buzón y las invitaciones para la boda de Mingyu estaban ahí —comenzó a decir Yugyeom mientras abría el envoltorio de su brownie —Las dejé sobre la mesita de la sala.

Jungkook asintió.

—San Francisco ¿cierto? —Yugyeom asintió ante la pregunta de Jungkook.

—Le comenté a Seungyeon al respecto, no tiene ningún problema con que me tome esos días —contó Yugyeom. 

Si algún día me olvidas // 𝒀𝒖𝒈𝒌𝒐𝒐𝒌Donde viven las historias. Descúbrelo ahora