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Yoongi no sabía por qué se demoraba. Taehyung ciertamente siguió adelante, sin darle otra mirada en toda la noche. Namjoon, el otro hombre que se presentó como el hermano de Taehyung, le sirvió.
Namjoon era encantador y ciertamente menos grosero que su hermano. No es Taehyung, dijo una vocecita dentro de él. Yoongi seguro que no sabía por qué importaba. ¿Por qué diablos estaba matando sus penas en un bar como este? ¿No estaba bebiendo por una nueva vida, no soñando con un barman guapo y flaco que aparentemente coqueteaba con todos los que veía?
La noche se prolongó. Llegaron más clientes. La multitud se volvió ruidosa, pero después de su primer problema, nadie se acercó a él. Quizás Taehyung le dijo a Namjoon que lo vigilara, pero él no lo creía. Cuando pasó la medianoche, el bar todavía estaba lleno. Decidiendo terminar por la noche, le dio las buenas noches a Namjoon y regresó a su apartamento. No fue una caminata larga.
En cuestión de minutos, tropezó dentro de su módulo y puso las cinco cerraduras. Bastante excesivo, pero Yoongi no quería cortejar el peligro si podía evitarlo. Según su guapa agente de bienes raíces, el vecindario era decente. Por otra parte, lo mismo podría decirse del resto de la pequeña y tranquila ciudad de Green Creek.
Ver su pequeño estudio siempre lo llenaba de orgullo. No tenía mucho, pero este lugar era indudablemente suyo, no propiedad compartida en la casa de la manada. Esta noche, sin embargo, sus pensamientos vagaron.
A pesar de toda su charla sobre la independencia, no le gustaban las noches solitarias. Se preguntó cómo sería volver a casa con un compañero después de un agotador día de trabajo. Su compañero de ensueño sería posesivo y hermoso. Ese tipo sería un hombre digno de servir y alguien que lo respetara como un socio igualitario, demasiado pedir en un mundo que le etiquetó como débil desde el momento de su nacimiento.
Suspirando, se dio una ducha fría, esperando que eso le ayudara a olvidarse de Taehyung.
No fue así.
El sueño eludió a Yoongi durante la siguiente hora. Finalmente, su mano se deslizó por debajo de sus bóxers. Gimiendo suavemente, se imaginó que era la mano grande y callosa de Taehyung la que mantenía cautiva su polla. En su visión, Taehyung tomaría sus labios por asalto. El beso sería eléctrico. Taehyung le negaría la liberación y haría que Yoongi suplicara por ella. Rogaba y protestaba, pero en realidad, saboreaba cada dulce momento.
Bombeó su polla más rápido, golpes seguros y constantes. Gritando fuerte, se corrió, derramando su carga sobre sus dedos. Yoongi podría estar saciado, pero solo por un tiempo. Se acurrucó de lado. Al final, follar su propia mano era un pobre sustituto del verdadero asunto.
De cualquier manera era tiempo perdido. Yoongi estaba seguro de que un hombre como Taehyung no era material de pareja. El hombre exudaba sexo y poder. Sentarse en la barra le dijo suficiente. Taehyung parecía conocer a la mayoría de la gente del bar. ¿El lobo dominante se folló a la mayoría de ellos y olvidó sus nombres cuando llegó la mañana?
