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Cuando llegaron a la habitación, Yoongi sorprendió muchísimo a Taehyung tirándolo hacia la cama.
— Siéntate — instó Yoongi, una súplica silenciosa en sus ojos — Me hiciste volar la última vez. Déjame devolver el favor —.
— ¿Estás seguro? — Preguntó Taehyung, sentándose en el borde de la cama. Estaba divertido y complacido al mismo tiempo. Su Omega estaba tomando la iniciativa.
— Sí — Yoongi se paró frente a él y comenzó a quitarse la ropa con prisa.
— Lentamente, bebé. Muéstrame lo que es mío. Quiero divertirme — dijo Taehyung.
El fuego ardió en él cuando Yoongi se quitó la camisa tortuosamente lento. Se rio entre dientes cuando Yoongi le arrojó la tela dramáticamente y luego enganchó los dedos en las presillas de su cinturón.
Yoongi se acercó más, agarrando su mano. Taehyung no necesitaba más instrucciones. Desabotonó los pantalones de Yoongi y luego le bajó la cremallera. Yoongi sacudió el trasero quitándoselos junto con la ropa interior. El Omega se inclinó para robarle un beso.
Siguiendo el instinto, Taehyung le agarró la parte posterior del cuello y empujó su lengua hacia la garganta de Yoongi. Cuando se echó hacia atrás, el Omega gimió, alcanzando su camisa. Taehyung dejó que Yoongi se la quitara. Luego, Yoongi se arrodilló entre sus piernas y le quitó los pantalones y los bóxers hasta que ambos estuvieron desnudos y listos.
— Dime si hago algo mal — insistió Yoongi.
— Lo haré — prometió Taehyung.
Yoongi curvó los dedos alrededor de la base de su pene. Solo ese toque envió pulsos eléctricos a su polla. El Omega se inclinó más cerca, la lengua saliendo para atrapar el pre semen acumulado en la punta. Lo que a Yoongi le faltaba de experiencia, el Omega lo compensaba con entusiasmo. El Omega lamió, mordió y besó, aparentemente ansioso por explorar cada centímetro de él.
Taehyung agarró el cabello de Yoongi con un puño, guiándolo.
— Mierda, nene. Deberías ver lo hermoso que te ves con los labios envueltos alrededor de mi polla, — comentó, amando el destello de color que apareció en el cuello y las mejillas de Yoongi — lo estás haciendo muy bien —.
Yoongi se detuvo para mirarlo y Taehyung vio orgullo allí. Dejó que Yoongi le hiciera la mamada, sabiendo que tenía que desatar su carga pronto. Taehyung le dio un tirón al cabello de Yoongi.
— Necesito terminar en ti, bebé —.
— Sin condones — dijo Yoongi una vez que Taehyung sacó la polla de la boca de Yoongi.
Taehyung asintió, entendiendo lo que estaba pidiendo Yoongi. Eran compañeros. ¿Qué había para esconderse? Yoongi era suyo, suyo para hacer el amor y proteger. No habría nadie más. Le habían dado un regalo el día en que Yoongi entró accidentalmente en su bar, y no había forma de que abandonara tal tesoro. Taehyung le ofreció la mano. Aunque podía disparar en cualquier momento, se contuvo un poco. Yoongi le agarró los dedos.
