CAPÍTULO 1: EL BRUJO, EL NIÑO Y LORD GARRETH

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El cuartel de la inquisición había sido ocupado hacía menos de un año por sacerdotes, magos, militares y milicianos. Lo que antaño había sido el orgullo de Aeron y el cuerpo militar y religioso que había mantenido la ciudad limpia de practicantes de artes oscuras, fue disuelto en la primera medida que tomó el Concilio de los Cuatro, tras su subida al poder.

La realidad es que, antes de eso, la situación política de Aeron era precaria. Lord Baltan, quien era el Rey, ostentaba también el cargo de Lider y Sumo Paladín de la lnquisición de la Luz, y todas sus políticas estaban orientadas a mantener la influencia religiosa en la vida civil y militar.

La Inquisición inició una purga contra las familias nobles, y acusó falsamente, según una parte de la sociedad, a algunas de las cabezas más importantes de la aristocracia aerónica. De las siete casas más importantes del reino: Auran, Balinchart,  Fieflord, Fordrid, Khaos, Mantxestel, y Ohanne, cayeron seis debido a las acusaciones de práctica de brujería y otras artes oscuras, quedando solo la casa Mantxestel —la del Rey Lord Baltan— impune. 

En lo que se llamaron los Juicios de la Ley Blanca, se acusó y condenó a la cabeza de familia de cada una de las seis casas, así como a prácticamente toda su descendencia, la mayoría de las casas vasallas y una infinidad de esclavos y siervos. Los Altos Inquisidores, que tenían la capacidad de detectar las mentiras, afirmaban que prácticamente todas las personas a las que se sometía a juicio, eran culpables de usar las artes oscuras, o conocer que otros la usaban sin denunciarlo. En consecuencia, se realizaron piras masivas donde decenas de personas ardían cada día. 

Incluso a las personas a las que se encontró inocentes —como es el caso de Diana o Lanlott Fieflord— se les castigó por los supuestos pecados de su familia. Se les retiraron los títulos nobiliarios, y las tierras. Se retiraron los escudos de armas, los fondos económicos, las asignaciones nobiliarias, y, en general, sólo se les permitió mantener el apellido sin el título, y, algunas casas pequeñas en el Distrito Central. Curiosamente, la mayoría de las personas encontradas inocentes estaban relacionadas con la Iglesia de la Luz, la Torre Ónice, o el Ejército de Aeron.

La erradicación de las otras casas nobiliarias hizo recaer todo el poder e influencia sobre el Rey Lord Baltan, quien se negó a ceder tierras a las nuevas casas que le juraron lealtad. En cuestión de meses, el monarca se deshizo de todos sus consejeros en ejecuciones públicas, acusándolos de deslealtad y sedición, e inició una nueva ola de gobierno autoritario basado, principalmente, en consignas religiosas extremadamente conservadoras. 

Como en todo régimen autoritario, suele surgir siempre un grupo revolucionario. Por desgracia, la Resistencia fue descubierta por un grupo de inquisidores y sus miembros fueron ejecutados públicamente en la plaza de la catedral. Esto movió a las masas del reino, que, por la fuerza, tomaron la catedral y el palacio, e hicieron huir a Lord Baltan

El reino eligió democráticamente, como nueva forma de gobierno, a cuatro personas que constituirían el nuevo Concilio de los Cuatro: Nicole Hallen, Archimaga y líder de la Torre Ónice; el Khaz Rithoren, sacerdote enano que denunció públicamente los delitos de la Inquisición; Mandra Auran, una de las generales del Ejército de Aeron, a quien también le había sido retirada son condición de noble; y, finalmente y para desagrado de la sección más conservadora, la semielfa Sayra Annimun, una de las pocas integrantes de alto rango de la Resistencia que aún quedaban vivas.

Este nuevo concilio tenía claro que debía mostrar la diferencia con la anterior forma de gobierno, así que dictaron tres edictos que se hicieron efectivos gracias a la colaboración de la iglesia, la torre de magos, el ejército y la participación de las milicias ciudadanas: la ilegalización de la Inquisición de la Luz, y el exilio de todos y cada uno de sus oficiales de alto rango; la captura y condena de Lord Baltan a quien le arrebataron su alma mágicamente; y la creación de un nuevo cuerpo legislativo que traería la democracia al reino de Aeron. El trono vacío se mantuvo como un recordatorio constante de lo ocurrido, aunque ya carecía de poder alguno, y jamás volvería a sentarse allí ningún rey.

Elegido por la LuzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora