Universo ▸South Park One-Shot◂

☄ 𝐂𝐮𝐚́𝐬𝐚𝐫: 𝐃𝐞𝐬𝐩𝐮𝐞́𝐬 𝐝𝐞 𝐞́𝐥 ☄

Fanart cortesía de silfires

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Cinco años de condena. Finalizados estos, no podría entrar a South Park durante nueve años. Por lo tanto, me tendría que esperar hasta el 2012 para poder volver al pueblo.

Mi entrada a prisión fue en 1998, finales. Me llevaron por un pasillo vacío para evitar encontrarme con otros reclusos que, para este punto, ya se habían enterado de lo que hice. No imaginé que les iba a afectar tanto.

— ¡Desearás nunca haber nacido, hijo de puta! — escuché por parte de un recluso. Me detuve de manera seca, aunque los policías insistían en que debía seguir caminando.

— Ya maté a alguien, no me hagas volverlo a hacer. — le dije. El preso arañó mi cara, y un policía controló todo el alboroto.

Me hicieron volver a caminar y por fin llegamos hasta mi destino. La cárcel era un lugar que no se veía tan mal, las películas lo suelen exagerar un montón. Sí, mayoría de celdas olían a mierda pero la mía no lo hacía. Parecía estar bastante bien cuidada, quizá es porque es una prisión mixta.

En esa celda pasé mis primeros días. Durante el primero vigilaban dos oficiales de policía intentando que no acabase con mi vida, y tampoco es que tuviese algo para hacerlo.

Mi compañera de clase era una mujer blanca, de cabello oscuro y bastante arreglada. Los policías me entraron y me quedé parado, observándola desde mi lugar.

— Siéntate, ¿No te duelen las piernas de estar parado durante todo el juicio? — me preguntó. Asentí.

Me senté frente a ella. Tenía los ojos verdes y la cara un poco triste.

— ¿Cuál es tu nombre? — me preguntó.

— Richard Tweak. — le respondí.

— Claudine. — respondió ella — ¿Por qué estás aquí?

— Maté a un estorbo. — le dije — ¿Y tú?

— A mi mamá. — me comentó — ¿Tienes alguien fuera de prisión?

Lo pensé bien. Mi padre llevaba sin hablar conmigo desde una semana antes del juicio. Thomas, por obvias razones, no volvería a hablarme. Lo único que quedaba decir era que tenía a Steve y a Helen, pero eso me era algo vergonzoso.

— No pusieron a mi cómplice conmigo en la misma celda, así que... se podría decir que no.

Claudine mantuvo una pausa larga.

— ¿A quién mataste? — preguntó Claudine. Parecía estar curiosa por saber todo detalle.

— Al hermano de mi mejor amigo. — le respondí, mientras iba perdiendo la paciencia de ir contestando como un idiota a cada rato — él tenía quince años. Era autista. No soporto a ese tipo de gente, y mezclado con que Thomas me rechazó y la rabia... ugh.

Claudine palideció y no supo que decir, pero más temprano que tarde encontró palabras para describir su caso.

— Mi nombre es Claudine Taylor. Mi madre se había conseguido un novio mucho menor que ella y él se aprovechó de la inocencia de mi hermana menor, Carol. Ella también es autista.

La miré.

— ¿Cómo que es autista? — ella asintió.

— Bueno, no se lo han diagnosticado oficialmente por falta de recursos económicos, pero... mi hermana no es capaz de comunicarse lo suficientemente bien para comentar lo que Stuart hace con ella. Y tienen muchos rasgos que me hacen pensar que podría serlo.