Universo ▸South Park One-Shot◂

☄ 𝐔𝐧 𝐞𝐜𝐥𝐢𝐩𝐬𝐞 𝐚 𝐦𝐞𝐝𝐢𝐚𝐬: 𝐒𝐨𝐥 ☄

Fanfic escrito en noviembre del año pasado. Lo publico para mantener viva esta cuenta mientras esperan actualización de un nuevo fic o de algunos de los que tengo pendientes. Extraño mucho actualizar (estoy trayéndoles una novela original en mi cuenta de libros, akemiwritesbooks, próximamente. Es el  motivo de mi ausencia)

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¿Bebé?

Mi amor, ¿Por qué tienes tus ojitos cerrados?

Bebé.

Toqué su hombro. Fue un silencio confuso, mientras observaba el cuerpo de mi chico dejar de estar tenso por el dolor. Él se desvaneció, se desmayó en los brazos de su papá quién no dejó de abrazarlo en ningún momento.

Tardé en notar que no contestó más. Su papá tenía la mirada perdida en sus zapatillas, desatadas como las de su hermano. Como él las solía tener. Tan solo que, esta vez, el color blanco de los cordones se mezclaron con el rojo intenso de las gotas que cayeron de sus heridas.

Laura fue la primera en caer en cuenta de lo que pasó. Miró a Thomas y decidió no acariciarlo; no era momento de consolarlo. Estaba en silencio, con el cuerpo desfalleciente de su hijo en sus brazos, y sin creerlo aún. Su hijo había muerto, su bebé se había ido. Él sintió eso como revivir el mismo acontecimiento otra vez.

Desvié, porque por fin me atreví, la mirada de sus ojitos y bajé la mirada. Craig sangraba, sobre todo, por detrás. Como si esa puñalada le hubiera perforado la columna vertebral. El pantalón de Thomas estaba tan manchado que, a este punto, parecían los cordones de Craig. Estaba tan rojo que el azul se desvaneció con lo que parecía ser la vida de él.

— ¡No, no, no, no! — exclamé. Levanté la cara de mi chico y me arrastré hacia él, ahora sentía que un agujero negro me lo estaba quitando tan rápido como llegó. No tuve ni que forzar a Thomas para que soltase a su hijo y me lo diese a mí, él directamente no estaba en sí. Recuerdo que lo acosté, lo tomé de los hombros y lo sacudí un poco más — ¡Craig, Craig tienes los malditos ojos abiertos, estás aquí! — le grité. Estampé su cuerpo con suavidad contra el suelo manchado de sangre. Me intentaba convencer que él estaba frágil. Muerto no. Débil. Tan débil que no podía abrir sus ojitos, hablarme. Hablarme de planetitas, ahora que lo necesito tanto para mi calma — ¡Craig! — volví a gritar. Repetí de vuelta el movimiento y, cuando me di cuenta que siquiera estaba aquí, sentí un pinchazo en el pecho que se acompañó por un dolor semejante a un desgarro en la garganta. Un nudo. Lágrimas, tan solo lágrimas que caían sobre su cuerpito. Levanté la cabeza para mirar a la mamá de Craig. Estaba pálida, tocaba la frente de su hijo con suavidad como si tan solo tuviese fiebre. Tuve necesidad de calmarla, como me saliera en el momento — ¡Laura, Laura todavía tu hijo tiene los ojos abiertos, no está muerto, no está muerto! — le grité. Y finalmente me derrumbé en el pecho de mi chico, donde deseé quedarme con él. Donde pensé, entre tanta niebla "¿Qué acabó de pasar?"

Su mamá se intentó limpiar las lágrimas, disimular la angustia y, con las manos un poco húmedas, se acercó a su hijo y lo envolvió con sus brazos sin siquiera levantarlo del piso. Era un abrazo suave, de esos que su hijo estaba dispuesto a tolerar. Y yo, después de que ella lo soltó y dejó sobre el piso, fui el siguiente en abrazarlo. O más bien lo aplasté, porque no dejé parte de su cuerpo sin ser tocado por mí.

Perdí la noción del tiempo. Él en mis brazos y yo intentando entrar a su mundo una vez más. Intentando que me diga "Estoy bien, amor. Solamente me siento un poco descompuesto." queriendo que despierte, aún si no puede hablar, para que me mire porque con solo ver sus ojos sabía que era suficiente. Que todo iba a estar bien. Que él iba a estar bien.