Capítulo 20

358 27 1
                                    

Capítulo extenso

Capítulo 20: De cabeza y sin casco

Chase POV

Annie se había ido a Los Ángeles y su Instagram dejaba muy claro cómo la estaba pasando. Rose también había viajado y había registrado todo desde ayer cuando llegaron. Aunque Annie fue algo más reservada, Rose se había encargado de dejar claro que habían salido a conocer la ciudad y en la noche se habían ido de fiesta. Eso me mató la cabeza un buen rato, ¿cuántos chicos la habrían mirado? ¿o con cuántos habría bailado? Peor aún, ¿se habría besado con alguno? ¿Y cómo es posible que se encontrarán con un famoso cómo Shawn Mendes? ¿Se encontraron con más?

No es de tu incumbencia.

Y sin embargo, lo era.

La historia que había subido Rose junto a Annie dejaba ver la vida nocturna de Los Ángeles y los outfits elegidos para esa noche. Era una foto increíble, ambas se veían hermosas maquilladas y con unos atuendos ajustados dignos de fiesta, pero Annie...mis ojos se habían quedado más tiempo de los normal analizando cada curva de su cuerpo, la expresión risueña de su cara y sus hoyuelos tímidos, su peinado y esa maldita pose que dejaba ver sus largas piernas. Me recordó al día que la vi con ese simple pedazo de tela en el estudio de fotografía. Aunque yo ya sabía cómo lucía ella sin nada y era tal cómo la había imaginado una que otra noche.

No pude evitar pensar también en ese pequeño idiota fotografiándola, algo hirvió en mí cuando lo vi, pero yo realmente solo quería hablar, esta vez era en serio que necesitaba hacerlo. ¿Eran esas fotos para redes sociales?

En este momento, debíamos estar haciendo nuestro ritual para el clásico de mañana, pero eso podía esperar un poco. Estábamos todos sentados frente al TV viendo en vivo los American College Awards. Annie había subido una historia posando sola con un vestido verde largo que resaltaba cada parte de ella. El cabello semirecogido, su rostro maquillado como nunca antes lo había visto, el vestido que dejaba al descubierto una de sus piernas y un escote profundo que estaba seguro que pondría a más de uno a suspirar.

Espectacular.

Increíble pensar que esa pequeña búlgara está en un lugar de ese gran teatro –dijo Milo–. Pero díganme que estará mañana acá.

–Confirmado –respondió Reggie–. Hablé con ella antes de irse y me dijo que la universidad había comprado el primer vuelo de regreso. Apuesto a que tendrá una resaca mañana, pero lo importante es que esté acá.

Claro que era importante, pero los chicos estaban respetando el espacio que habíamos puesto entre nosotros. Desde Pensilvania lo habían notado y la primera noche que llegamos me bombardearon con preguntas al respecto. Omití algunos detalles, pero fui lo más sincero posible. También guardé para mí lo que había pasado en su habitación de hotel, pero los actualicé sobre lo de Bryan y las tutorías falsas.

Gracias por eso, Denver.

Entre todos sus regaños, insultos y consejos no tan amables, había entendido el punto de ellos; Annie no era solo una chica más, y yo lo sabía, claro que lo sabía, pero también era un idiota con problemas con su padre y un miedo interno al fracaso, a tomar la decisión equivocada, a sufrir, a una relación, a estar con alguien que merecía mucho más.

–Por cierto –dijo Denver–. Tenemos que pintar tus uñas, Hoffman.

–¿Perdón?

–Es nuestro amuleto, Annie lo dijo.

–¿Y me las piensas pintar tú?

–¿Por qué no?

Los chicos soltaron una carcajada mientras Denver se ubicaba en el piso para poder tomar mis pies. Lo miré sin poder creerlo, pero no me quejé cuando cogió el esmalte que llevaba mucho tiempo en la casa y empezó a pasar la brocha por la uña más grande del pie. No dejé pasar la oportunidad para tomar una foto.

Chasing the BowlDonde viven las historias. Descúbrelo ahora